A Messi no le gustó nada su travesía en el desierto
Leo Messi no es Leo Messi: es una pulga. Una pulga sedienta en el desierto. Sin agua, el oasis es una quimera. De su destreza se esperan milagros religiosos, pero la poción mágica se ha quedado en Barcelona. Los que han dejado de rezar vuelven a hacerlo: una gambeta, una asistencia, un gol debe venir del más allá. Tropieza en arenas movedizas: Leo Messi no es Leo Messi en la noche de la despedida del seleccionado de 2012, en un híbrido amistoso 0 a 0 contra Arabia Saudita. Cierra el año con las medias bajas, final incoloro de una temporada de acuarela, la mejor de su trayectoria en celeste y blanco.