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DEPORTES

12 de octubre de 2012

El clásico de los 1.225 goles

No hay otro partido en el mundo a nivel de selecciones que ofrezca semejante atractivo. Sólo en esta temporada, entre Messi, Higuaín, Agüero, Cavani, Forlán y Suárez hicieron 40.

 

n escenario nuevo para un duelo viejo. Ni la melancolía eterna de Montevideo ni la vorágine trepidante de Buenos Aires. Ni Centenario ni Monumental. Es aquí, al pie de las montañas donde volverán a verse los vecinos rioplatenses, como siempre, con la rivalidad caliente, puntos clave en disputa y la poco frecuente presencia de seis goleadores temibles , tres por lado. Se sabe, nada más fugaz que las palabras previas a un partido. Pero esta vez, las palabras se apoyan en los números y los números invitan. Después, si cae un 0-0, mala suerte...

Lionel Messi, Sergio Agüero y Gonzalo Higuaín han sumado 634 goles en sus aún breves trayectorias. Luis Suárez, Edinson Cavani y Diego Forlán, algo más grandes de edad, acumulan 591. Todos serán titulares esta noche.

Argentina y Uruguay van a protagonizar el clásico de los 1.225 goles. Un lujo.

No hay otro partido a nivel de selecciones que ofrezca semejante advertencia.

Sólo en esta temporada, entre los 6 hicieron 40. Como siempre, Messi está al frente con 14, de los cuales 2 fueron por Eliminatorias; Agüero, quien jugó poco en el City por su lesión, apenas marcó 2; Higuaín, condenado al banco del Real Madrid, convirtió 6. Parte de la gran campaña del Nápoli descansa en los 8 goles de Cavani, mientras que Suárez lleva 7 y Forlán sólo 3, tras su pase al Inter de Porto Alegre.

¿Qué marcan esas cifras? En principio, la tremenda calidad de los seis.

¿Y de sus Selecciones? Ahí hay que afinar la mirada.

Uruguay lleva entre cinco y seis años apostando al mismo juego. Defensa firme, tratar de asegurar el cero en el arco propio, mucha presión de los volantes (a veces más arriba, a veces más atrás) y después la apuesta a la contundencia del trío de ataque. Argentina apostó poco al tridente. Messi-Higuaín-Agüero jugaron juntos 10 partidos, pero sólo en 3 lo hicieron desde el comienzo.

Leo hizo 6 goles, Pipita y el Kun , 4 cada uno. De esos 3 partidos juntos desde el arranque, hubo dos goleadas: 3-0 a Costa Rica en la Copa América y 4-0 a Ecuador en las Eliminatorias. Dato no menor: en las dos goleadas también fue titular Di María, el “cuarto elemento” , pieza de la que Uruguay carece pero compensa de otras maneras.

El tercer partido del tridente desde el minuto inicial fue justamente el 1-1 de la Copa América ante Uruguay en el que la soberbia actuación del arquero Muslera llevó a la celeste a los penales y al 5-4 en la definición desde los 12 pasos.

De aquel recuerdo hay otro dato no menor que rescató Diego Lugano:“Argentina no es la misma”.

No, claro, el bravo capitán oriental sabe que Argentina está mejor. Y que Uruguay no está bien. Viene de ser goleada 4-0 por Colombia y de un pobre 0-0 con Ecuador. En cambio, Argentina crece, más en los resultados que en el juego porque goleó a Ecuador, venció a Brasil en el histórico amistoso de Nueva Jersey, le ganó bien pero sin lucir a Paraguay y empató sufriendo con Perú.

Si Messi-Agüero-Higuaín rompen los arcos, si Forlán Cavani-Suárez son temibles, ¿por qué Argentina y Uruguay no están mejor?

Lo mismo de siempre. A Argentina le falta juego y la defensa es de papel . Uruguay no evolucionó y se conformó con sostener, como puede, ese estilo aguerrido y contragolpeador. Cuando baja el rendimiento individual, cuando las lesiones acechan (hay 4 bajas) y la mayoría está en capilla (hay 7 con amarilla), la estantería empieza a moverse.

Tabárez tiene los jugadores, pero esconde el dibujo ¿Qué hacer con Cavani? Tal vez ponerlo a la par de Forlán, detrás de Suárez en un 4-3-2-1. O volanteando por afuera haciendo un virtual 4-4-1-1, en la posición que menos le gusta al delantero porque lo aleja del arco.

Sabella no pudo encontrar una defensa confiable . Insiste con Zabaleta, Fernández, Garay y Rojo, ninguno determinante en sus equipos, ninguno mejoró sus características. A Argentina le cuesta defender si la atacan o la contragolpean, y se le complica salir jugando. Eso sí, si la pelota sale más o menos limpia de la zona de Mascherano-Gago, el rival tiene que esforzarse para no ir a buscarla adentro. Por eso, Uruguay va a cuidarse, a cortar los circuitos de elaboración para que Messi, a quien le harán marca escalonada desde la recepción, no sea abastecido.

Y ahí mueren las palabras, los pizarrones, el estudio y hasta los deseos.

Si Messi está bien hará lo que mejor hace: los va a pasar a todos y meterá un gol. O dos.

Entonces será lo de siempre. La feroz calidad de Messi estará por arriba de todo, incluso de los otros fenomenales delanteros que habrá en el campo.

Fuente:www.clarin.com



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