El punto sirve, suma. Claro que suma. Porque continúa el invicto, porque continúa el liderazgo en las Eliminatorias. Porque, además, el equipo supo sobreponerse a un momento de zozobra, después del gol de Martins a los 24 del primer tiempo. Hasta ahí había aguantado y había tenido una chance clara, en una contra de Palacio, y parecía venirse abajo el planteo más conservador de Sabella. Pero la Selección puso Evo, puso huevos en Bolivia. Di María fue un león corriendo por izquierda, incansable. Romero estuvo segurísimo, sin dar rebotas en cada tiro de lejos. Y como pedía el DT en la previa, hubo esfuerzo colectivo, el sacrificio que se pide en las difíciles, como lo es jugar en la altura más allá de la inferioridad del rival. El equipo fue de menos a más y el segundo tiempo, más allá de los primeros minutos, fue superior a Bolivia. Es más, tuvo para ganarlo en ese mano a mano de Messi, de ésos que no suele desperdiciar, esa jugada en la que demostró que él también se puede equivocar.

Fue emotivo el partido, intenso, con final abierto hasta el último minuto. Con Sabella pidiéndole a Messi que retrocediera para dar una mano con los del medio, con el Fideo corriendo todo por izquierda, con la línea de cinco firme y segura ante tanto centro, con el gran respaldo de Romero. Todo en la altura, en la difícil altura, con gestos de cansancio y mucho oxígeno en pleno juego. Por caso, a Messi se lo vio varias veces con sus brazos en la cintura, tratando de recuperar el aire. Lo mejor de la Selección se vio en el segundo tiempo, cuando pudo dominar en base a la tenencia de la pelota. Ahí aplacó al rival, ahí empezó a demostrarle a Bolivia que era Argentina, el líder de las Eliminatorias. Con Leo entrando más en juego, con Di María activo como desde el principio, con Palacio también colaborando.

Desde el vamos que Sabella y Messi habían hablado de la dificultad de jugar en la altura, con el pesado antecedente del 1-6 en la Eliminatoria pasada. Y sí, se sintió. Por eso sirve el punto, por eso cae bien, lo confesó el propio 10. Porque el invicto no se mancha. Con un equipo nuevo (sólo tres de la base, Messi, Di María y Mascherano) se la bancó en La Paz y no se ahogó. Por eso, aunque se pudo haber ganado en el final, festejó el punto. Porque conceptualmente, por el fútbol y la actitud, fue más que un punto.

Sonrisas. Abrazos. Más fotos en cuentas de Twitter. La vida la sonríe a la Selección y, sí, por qué no disfrutarlo. Con mesura, con los pies sobre la tierra, con el “no ganamos nada” que pregonan Sabella y los jugadores. Pero es para valorar este 1-1 en Bolivia, por eso las caras después del partido en la cancha, en el vestuario, en el aeropuerto y llegando a Buenos Aires (Messi y Mascherano se fueron derecho a España). Porque la Selección no pierde desde el año pasado con Venezuela y bancó una parada difícil. Bancó estar 0-1 contra Bolivia y su altura, ésas que sufrieron muchos menos Di María, está claro: el Fideo del Real Madrid no paró de picar y, como bien definió luego, terminó “liquidado”; mismo Messi dijo que “salía solo y nos dejaba a todos atrás”. Volvió con Buenos Aires de la aventura en La Paz.

Las formaciones:

Bolivia: Sergio Galarza; Edward Zenteno, Ronald Raldés y Luis Gutiérrez; Diego Bejarano, Alejandro Chumacero, Walter Veizaga y Jair Torrico; Rudy Cardozo; Carlos Saucedo y Marcelo Martins. DT: Xabier Azkargorta

Argentina: Romero; Peruzzi, Sebastián Domínguez, Campagnaro, Basanta, Clemente Rodríguez; Banega, Mascherano, Di María; Messi y Palacio. DT: Sabella.

GOLES: PT 24' Martins (B) y 43' Banega (A).