(No) Me gustás
Sobre esta racionalidad mínima se constituyen también las “redes antisociales” (Horacio Verbitsky lo ha identificado de modo decisivo): no me gusta (0) y me gusta (1). Este binarismo es particularmente evidente en Youtubeque activa los íconos de pulgar abajo (0) y pulgar arriba (1), presentes también en la primera versión de Facebook. En las redes no es necesario elaborar un argumento para expresar una “idea”: basta apretar el ícono de un corazoncito o un like, palabra que ha colonizado nuestra lengua nacional y ha producido un nuevo sentido, el megusta, megustear; de forma análoga, el encierro pandémico alumbró el (des)mutear. El signo mínimo de las redes es una simpática pelotita: el emoticón, palabra de proximidad con emoción que, refraseada, puede nombrarse como impulso, inmediatez y delivery. Esto quiere decir que las redes han aumentado exponencialmente las componentes emotivas en la comunicación. Bien visto, escinden la racionalidad de la emotividad y construyen un sistema de pensamiento y de comunicación binario y excluyente.