Desde el fin de semana en los terrenos baldíos ubicados sobre la calle Sánchez de Bustamante del barrio Nuevo, unas 80 familias se encuentran levantando sus precarias casillas y carpas tras la usurpación llevada a cabo. Los okupas manifestaron que hasta el momento ningún propietario o funcionario se acercó para verificar la situación del nuevo asentamiento y señalaron que aguardarán hasta el sábado por contactos oficiales y avanzarán con la consolidación de sus viviendas, a pesar de tratarse de zonas bajas e inundables.
Se trata de un predio que estuvo abandonado durante varias décadas pero que se ubica en una depresión de la barriada, lo que hace que se acumule agua durante las lluvias y precipitaciones. Los okupas manifestaron que no poseen vivienda propia y desean negociar pacíficamente una eventual compra en cuotas de cada predio delimitado.
“Este es un lugar que estuvo 30 años abandonado y sin cuidado, y como nosotros no tenemos donde vivir y contamos con familias numerosas, decidimos tomar el predio sin generar inconvenientes a los vecinos de la zona”, explicó Miriam a El Litoral, una de las okupas de la calle Sánchez de Bustamante. “Los vecinos saben que somos gente que vive en el barrio y que no tenemos a dónde ir porque no contamos con casas propias y queremos darle uso y mantener limpios estos terrenos abandonados”, expresó.
Según relataron los ocupantes, el lugar es considerado una “laguna” debido a la depresión que registra, pero a pesar de ello muchas familias construyeron sus casillas y carpas precarias en la zona baja. “No tenemos a dónde ir y hasta el momento nadie se acercó a ver el estado del lugar, de las familias, ni tampoco ningún propietario”, manifestó Iris, otra de las ocupantes del nuevo asentamiento.
Asimismo la intención de los ocupantes es quedarse definitivamente en el terreno, al menos hasta que aparezca algún propietario, y consolidar la zona con construcciones de materiales, a pesar de ser una zona baja sin servicios urbanos. “Vamos a esperar al próximo fin de semana por algún contacto oficial por parte de algún propietario o de asistentes sociales, y vamos a reunirnos para comenzar a construir o traer materiales para levantar casas más fuertes que las casillas y carpas”, añadió una de las okupas.
En su mayoría se trata de habitantes de la zona con familias numerosas y que en los últimos días repelieron el ingreso de otros intrusos provenientes de otros puntos de la ciudad. De igual forma señalaron que la toma fue pacífica y que están dispuestos a dialogar para adquirir los predios.
En otro orden de cosas, desde la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia señalaron a medios radiales que buscarán la forma de intermediar entre los propietarios y los usurpadores del barrio en  busca de una solución. “Sabemos que son terrenos de propiedad privada. Nosotros aconsejamos dialogar para llegar a un acuerdo entre el propietario y la gente porque puede haber alguna salida rápida”, expresó en diálogo con Mitre Corrientes el subsecretario de Derechos Humanos de la Provincia, Manuel Cuevas.