OPINIÓN
9 de noviembre de 2025
Los socios del plan Milei y la construcción de un liderazgo opositor

El presidente estira la luna de miel post elecciones y suma aliados en el poder. Intimidad y lecciones de la victoria en el Garrahan. CGT, mayoría precaria y reforma laboral. ¿Qué es lo aplicable del fenómeno Mamdani?
Por Diego Genoud
Tenía que ir a festejar en Miami, con la familia que lo adoptó desde el primer minuto. Javier Milei ganó una campaña que costó una fortuna y vive una segunda luna de miel. El presidente fue aclamado en su décimo cuarto viaje a Estados Unidos y tuvo el respaldo de personajes que se alinean siempre con el poder de turno. Desde Susan Seagal, que recibió a todos los presidentes argentinos en Nueva York en el último cuarto de siglo, hasta Jose Luis Manzano, el nuevo dueño de Telefé que entró al Hotel Marriot Marquis de Miami de la mano de Santiago Viola, apoderado de La Libertad Avanza.
Devenido en un pulpo mediático-energetico capaz de enfrentar al Grupo Clarín, ahora al servicio de Milei, Manzano venía de Perú, donde en los últimos meses también compró la minera Volcan y los activos de Telefónica. El ex ministro del Interior, que se quedó con Edenor durante el gobierno del Frente de Todos y acompañó a Sergio Massa hasta el 19 de noviembre de 2023, exhibe el criterio del poder económico y juzga las elecciones casi como un detalle.
En Lima, Manzano se mostró indiferente a la crisis política que escaló en el último mes con la destitución de Dina Boluarte y la asunción de un presidente interino que ya provocó muertos en las manifestaciones de la Generación Z contra la reforma previsional. “El sistema electoral funciona, aunque haya dispersión de candidaturas. Sería mejor con estabilidad pero esta inestabilidad, en teoría de la política, no se ha reflejado en la economía. Acabamos de salir al mercado con Volcán y la respuesta fue fantástica tanto en Nueva York como en el mercado local. Estamos muy agradecidos con las AFP y los bancos peruanos. Perú va a tener una buena elección. Nosotros vamos a trabajar con quien sea”, le dijo Manzano a “El Comercio”.
Milei cree haber ahuyentado el fantasma de la peruanización en Argentina, pero el oxígeno que recuperó el 26 de octubre tiene un límite. Aunque no hay información oficial, la caída de las reservas delata que el gobierno ya activó el swap trumpista para que Scott Bessent se cobrara con intereses los dólares que puso para sostener a Milei hasta las elecciones. También para pagarle al FMI el vencimiento de la semana pasada. A eso se suma ña advertencia aguafiestas del director del gigante Pimco para mercados emergentes, Pramol Dhawan. “Les recomiendo encarecidamente que dejen flotar libremente su moneda ahora que la situación es favorable, si quieren romper con el ciclo de auge y caída”, dijo el financista que lleva 23 años en el rubro. Enseguida, remató a lo Adorni: “Los inversores extranjeros como nosotros no invertiremos en activos locales con la moneda a estos niveles. Punto final”. Es lo mismo que reclama una facción del Círculo Rojo.
Derrotado el riesgo kuka, Milei se quedó sin excusas y tiene por delante meses en los que van a coincidir la ausencia de los dólares que el agronegocio ya liquidó en campaña y la mayor demanda por los viajes de argentinos al exterior. La economía está planchada, las consultoras marcan que la inflación subió en noviembre y se registra un récord de morosidad entre las familias que se endeudan para llegar a fin de mes.
La interna de La Libertad Avanza no está resuelta. El rediseño de gabinete concentró todavía más el poder en Karina Milei y postergó las aspiraciones de Santiago Caputo y sus aliados internacionales. La hermana presidencial quiere desplazar al consultor del rol de interlocutor con Estados Unidos a través de Pablo Quirno, el canciller por default.
Si el plan de Karina prospera, el empresario Leonardo Scaturicce tendrá que pedirle al consultor republicano Barry Bennett que se quede en Washington por un tiempo. Contratado por la SIDE que controla Caputo y de históricos vínculos con Daniel Hadad, Scaturicce no se queda quieto. Como se publicó en el Boletín Oficial el miércoles último, el dueño de Tactic Global tomó posesión de FlyBondi, la empresa que compró en junio pasado. María de la Paz Lovisolo asumió como presidente, José Sana Saldaña como vicepresidente, Mauro Nunes como director titular y Verónica Funes como directora suplente. Lovisolo, Nunes y Funes vienen de OCP TECH, la compañía tecnológica que tiene como CEO a Scaturicce y en julio pasado trajo a Laura Belén Arrieta con valijas que no fueron registradas por la Aduana. Para que todos esos movimientos no aparezcan en primer plano, Scaturicce ordenó en las últimas semanas una agresiva campaña publicitaria de FlyBondi en los medios.
El alineamiento con Estados Unidos está fuera de duda, como lo muestra la decisión de frenar, después de 11 años de desarrollo, el radiotelescopio más grande del cono sur en el parque nacional Leoncito. “Un cientificidio deprimente”, según le dijo al portal Agendar el decano de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de San Juan, Jorge Castro.
Mientras Comodoro Py retoma su ofensiva contra el kirchnerismo en base a la letra del sargento Centeno, la agenda del gobierno incluye la privatización parcial de NASA, la reprivatización de las cuatro represas del Comahue y las reformas laboral, tributaria y previsional con el apoyo de los gobernadores del colaboracionismo.
Oposición social, liderazgo político y territorio digital
“¿Puede ser esto? No, se equivocaron”. El martes 4 de noviembre a las 11 de la mañana, una circular llegó al teléfono de los empleados del hospital de pediatría de alta complejidad más importante de América Latina con un aumento del 61%. Era dificil de creer. Después de 6 meses de ponerle el cuerpo a una pelea que se convirtió en causa nacional, el ánimo de los profesionales del Garrahan dio un giro de 180 grados. “Valió la pena, ganamos”, gritaban entre abrazos.
El gobierno de Milei, que se había negado a cumplir con las leyes de emergencia pediátrica aprobadas en el Congreso en dos oportunidades, autorizó una suba histórica para empleados de planta, contratados, becarios y residentes que se habían visto obligados a aceptar, bajo amenaza de despido, la llamada Beca Institución, sin vacaciones ni aportes jubilatorios.
Cuatro días antes, los afiliados de la Asociación de Profesionales y Técnicos habían ocupado las oficinas de la dirección en reclamo de aumento. Ese viernes, el ministro de Salud Mario Lugones había llamado a la presidenta del consejo de administración Mariel Sánchez para que no cediera al reclamo. Pero algo pasó y el gobierno tuvo que retroceder.
La victoria de LLA en las elecciones había profundizado el desánimo entre los empleados del hospital. Como nunca, muchos se veían derrotados. En medio de una persecución violenta contra los que reclamaban, que incluyó 40 millones de pesos de descuento a los que se adhirieron a los paros, sostener la atención médica se volvía cada vez más difícil. El fondo de huelga logró reunir 25 millones de pesos para compensar en parte los ingresos de los sancionados por Milei y Lugones, pero el ajuste obligó a 300 profesionales de primer nivel a abandonar el hospital durante el conflicto.
Norma Lezana trabaja hace 38 años en el Garrahan. La experta en Nutrición pediátrica que fue agredida por Eduardo Feinman en los estudios de América -también propiedad de Manzano y Daniel Vila- entró al hospital por concurso. Estuvo presente el día que se hizo el primer trasplante hepático a Guillermo Brandan, un paciente que tenía entonces 11 años y una hepatitis crónica autoinmune. Fue hace casi 33 años, el 21 de noviembre de 1992. Norma pasó muchos años hasta que decidió involucrarse en los reclamos gremiales. Hoy está al frente de un sindicato que tiene mil afiliados y hasta 2010 solo representaba a la élite médica. Ahora nuclea a profesionales, kinesiólogos, enfermeros, farmacéuticos, psicopedagogos, biólogos, bioquímicos, radiólogos, terapistas ocupacionales, trabajadoras sociales y técnicos en anestesia y hemodiálisis. El 80 por ciento, dice Lezana, son mujeres.
Hubo que redoblar esfuerzos para articular con todos los sectores sin dejar de atender a pacientes que deben seguir protocolos muy estrictos durante días, de manera ininterrumpida. El conflicto con un gobierno que removió al director del hospital pediátrico y puso a un neurocirujano, sin experiencia en el área, Mariano Pirozzo, potenció la voz de las jefaturas intermedias. Pero además, los médicos, técnicos y enfermeros tuvieron el apoyo decisivo de los padres de los chicos que recibieron tratamiento en el hospital, conectaron con otros trabajadores de salud del sector público y privado y hasta coordinaron acciones con la poderosa Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT). “Las familias nos buscaron a nosotros. Es el hospital de mi hijo, nos decían”, cuenta Lezana.
El caso del Garrahan indica que el único camino para avanzar ante los paleolibertarios es pelear. Pero los reclamos empezaron mucho antes. Para Lezana, desde 2017, cuando el macrismo ordenó que el 80% del financiamiento quedara a cargo de Nación, dejó de haber un proyecto de hospital. Durante el gobierno del Frente de Todos, atravesaron la pandemia y los salarios quedaron muy por detrás de la inflación. Desde que asumió Milei, todo fue peor. Con el presupuesto del Garrahan congelado desde 2023, el reclamo lleva casi dos años.
“No hay un paciente igual al otro. Necesitas una dieta adecuada a la edad. Son tratamientos que tienen que sostener toda la vida y es imposible si no tenes un equipo”, dice la nutricionista que dirige el sindicato de profesionales. Es un ambiente de trabajo intenso que no solo incluye la contención de las familias. También hay una pregunta que suele perderse de vista: ¿quién cuida a los que cuidan?
La victoria de los trabajadores del Garrahan se dio en la misma semana en que la CGT renovó sus autoridades. Después de meses de negociación, reuniones y plenarios, las distintas corrientes sindicales, eligieron un nuevo triunvirato. Aunque se anuncia su rechazo a la reforma laboral, el gobierno se siente cómodo con la nueva conducción, tal como lo contó Jonathan Heguier en El Destape.
De los tres dirigentes el que tiene más recorrido y predicamento es Jorge Sola, del sindicato del Seguro. Octavio Arguello representa la etapa de mansedumbre de Hugo Moyano. Por último, Cristian Jerónimo tiene el impulso de Gerardo Martinez, Andres Rodriguez y los Gordos, el consejo de Seguridad de la CGT que tiene poder de veto y llegada preferencial a Olivos con cualquier presidente.
Hay algo sintomático. Lo que surgió como un recurso transitorio se convirtió en permanente y la CGT lleva más de 9 años sin un líder de relevancia para los trabajadores. El último jefe fue Moyano que se retiró en 2016, pero había tardado más de una década en llegar a la cima desde un gremio de enorme poder en la Argentina del ocaso ferroviario. Hoy son pocos los que están dispuestos a invertir tiempo y energía en la construcción de un liderazgo que esté a la altura de las circunstancias. Más fácil parece el intercambio de favores.
En intermitente tensión con los políticos del peronismo, el sindicalismo argentino enfrenta una crisis similar. Forma parte de una oposición que no encuentra líderes para pasar al frente.
Es probable que la conflictividad social siga su propio curso, como pasó en el Garrahan. “El conflicto tiene su propia velocidad, el problema es que no hay dirección ni acumulación”, dice el secretario general de un gremio que quería un líder único.
Como nunca, los trabajadores sindicalizados del sector privado constituyen una minoría de incluidos. Un informe de septiembre de la consultora IDESA en base a datos de la Secretaría de Trabajo y el Ministerio de Economía, muestra que entre 2015 y 2025, los asalariados privados registrados se mantuvieron en 6,2 millones, los desempleados pasaron de 1,1 a 1,6 millones y los informales treparon de 6 a 9 millones. Si en los últimos 10 años la informalidad no hubiera crecido, la tasa de desempleo sería 3 veces más alta y llegaría al 23%, en lugar del 7,6% que reportó el INDEC en septiembre.
Mientras el gobierno busca darle forma legal a la precariedad de facto, la oposición tiene el desafío de conectar con un continente de trabajadores que subestima sin reconocer que hoy es el que define las elecciones.
En un artículo sobre el triunfo de Zohran Mamdami en Nueva York, Lucas Malaspina sostiene que la campaña del joven musulman de izquierda funciono como una start-up digital en base al uso combinado de plataformas tradicionales como TikTok y ActBlue con otras de origen sindical que brindan autonomía tecnológica como Solidarity Tech. Junto con el trabajo territorial y la construcción política que lleva 10 años, Mamdani interpeló a las nuevas generaciones, lo mismo que hizo Milei en Argentina para llegar al poder en tiempo récord.
“Lo exportable son las tesis de fondo: convertir atención en organización, tratar la campaña como una máquina que integra relato, tecnología y territorio, y construir autonomía relativa respecto del establishment del propio espacio”, dice Malaspina. Para él, la pregunta operativa no es “¿dónde está mi Mamdani?”, sino “¿qué segmentos poblacionales + comunidades + marcas latentes podría articular hoy si tratara mi campaña como una startup política y no como la enésima repetición de un partido cansado?”.
Hay otro dato que podría servir para la oposición a Milei. Mamdani es el reverso exacto del alcalde democrata que abandona el poder: el ex policía de Brooklyn Eric Adams, un afroamericano asimilado como defensor de los grandes intereses inmobiliarios ligados al lobby judío de Nueva York. La variante entre moderada y gastada de Andrew Cuomo no tenía chances de competir con él.
Fuente: www.eldestapeweb.com
