En el marco de una nueva suba de medicamentos -un 10% según la presidenta del Colegio de Farmacéuticos-, el representante de los visitadores médicos en la provincia comentó que aquellos dirigidos a enfermedades crónicas son los que más aumentaron. Además, el referente del sector, Arturo Romero, remarcó que en un año el incremento superó el 200% y que hay “aumentos encubiertos”.
“Los medicamentos en el último año subieron un 290% según los datos precisos con los que contamos. Hay cambios constantes en la lista de precios. Además, van haciendo aumentos encubiertos, porque si bien dicen que el incremento suele ser de un 5% o 10%, a esto se suma que van disminuyendo la cantidad que venden, es decir, una caja que tenía 30 pastillas ahora tiene 20 comprimidos”, comentó Romero a El Litoral y agregó que “hay pujas entre los laboratorios nacionales e internacionales, pero los números les cierran muy bien, nunca dejan de ganar plata”. 
Respecto a la suba que superaría el 200%, explicó que “cuando estaba el Gobierno nacional anterior funcionaba el Ministerio de Industria y Comercio como ente regulador de aumento, para que la gente pueda acceder al medicamento; ahora no se controla la remarcación de precios de las empresas”.
“Las ofertas están prácticamente desapareciendo y el farmacéutico está sufriendo bastante esta situación. El pago a más de 35 días de las obras sociales perjudica a las farmacias que, por el cambio constante de precios, compran a un precio diferente del que vendieron”, dijo. 
A la vez, comentó que estas subas complican aún más la situación de los abuelos, ya que muchos toman más de tres medicamentos. “Algunos jubilados toman tres productos de cardiología, uno de neuro, otro para el hueso y esto sin contar uno hepático para la acidez o algún otro. Creo que deben recibir mucha ayuda de sus hijos para poder llegar a fin de mes”, opinó.
“La venta de medicamentos para casos crónicos se sostiene, el paciente con una enfermedad crónica deberá tomar el remedio toda su vida, no puede dejar de hacerlo, y el mayor porcentaje de aumento fue para los remedios que tratan enfermedades crónicas”, comentó Romero y agregó que “como visitadores médicos estamos desapareciendo, estamos tratando de sostener las recetas porque cada vez hay menos pacientes en los consultorios”. Dijo que esto último podría darse porque “los pacientes no van tan seguido al consultorio por el costo de la consulta y porque en muchas farmacias barriales dan el medicamento sin receta”. 
Para Romero, el consumidor final sintió el aumento superior al 200% en su bolsillo, “es el último eslabón y los costos se trasladan a él”. A la vez, explicó que “la función del visitador médico es visitar a un médico para entrevistarlo, previamente se conoce el perfil y se ofrece el producto según su necesidad; promocionamos el medicamento y tratamos de modificar la conducta prescriptiva del doctor al tener un producto nuevo con otras ventajas”. En este aspecto aclaró que, a diferencia de otras provincias, en Corrientes es difícil tener trato directo con las farmacias porque hay una cadena que engloba el 70% del mercado. 
En relación a la posibilidad de un desabastecimiento, dijo que “no es posible y, si ocurriera, sería algo que decidieron las empresas”.