4 de febrero de 2013
La inevitable distinción entre dialoguistas y "duros"
En un año electoral, donde la puja política se fusionará con las demandas sectoriales, el ámbito educativo tendrá eje de una coyuntura que se realza cada dos años.
Durante el segundo semestre de 2012, la soledad del gremio liderado por Fernando Ramírez (Suteco), en el plan de lucha, expuso que la pulseada la ganaron los dialoguistas, por sobre los combativos.
En contacto con EL LIBERTADOR, la secretaria general de la Unión de Docentes Argentinos (UDA), Gabriela Albornoz, resaltó en diciembre pasado: "Respetamos la libertad de las agrupaciones hermanas a manifestarse, pero consideramos que estamos en una etapa de acercamientos, donde lo más importante es acercar posiciones y hallar entendimientos, antes que avanzar con medidas extremas que retrasen los entendimientos".
La postura de la UDA fue de la mano con lo pensado por otras cúpulas, como la del MUD y Amet, que durante el año pasado descartaron implementar planes de lucha para reclamar al Ministerio conducido por Orlando Macció.
Es que los incrementos salariales otorgados desde principios de año, los avances en el Nomenclador, la promesa de normalizar el Consejo General de Educación, y la posible implementación de Paritarias, son hechos que gran parte del arco sindical consideró como "positivos", motivo por el cual consideraron los anuncios de paro efectuados en su momento por Suteco, como "exagerados".
El contexto político no escapó a la valoración, Ramírez y Gerardo Marturet son vistos como "espadas del PJ", y la cercanía del calendario electoral permite que tanto el gremialismo como el ámbito gubernamental, lo vean como motores partidarios, más que como dirigentes sectoriales.
Así las cosas, tanto Suteco como la Acdp fueron las entidades que lograron vocalías en el Consejo General de Educación, dato que anticipó a las autoridades el rumbo que tomarían las negocociaciones, si no había respuestas a la brevedad.