El presidente Mauricio Macri volvió ayer a Corrientes y realizó una intensa gira de trabajo en la que se reunió con empresarios, productores y funcionarios. La visita presidencial duró 4 horas, evitó a la prensa y hasta se confundió de Gustavo, cuando quiso referirse al gobernador Valdés, a quien llamó Gustavo Santos (ministro de Turismo nacional).
Fue la decimoprimera visita del Presidente, que aterrizó un poco después de las 9 en el aeropuerto del Iberá, en Mercedes. Allí lo recibió Gustavo Valdés y varios funcionarios. Hubo abrazos y besos, y el desplante de las autoridades comunales, que no asistieron.
Apenas aterrizó volvió a embarcar en el helicóptero provincial que lo llevó hasta Colonia Carlos Pellegrini.
En el corazón de los Esteros del Iberá, Macri mantuvo reuniones con referentes turísticos y algunos integrantes de la Mesa Forestal provincial.
Recorrió la Laguna, divisó la belleza de la fauna y la flora de los esteros y mantuvo un breve contacto con algunos pobladores al recorrer la obra peatonal del pueblo.
El intendente de Carlos Pellegrini, Pedro Ignacio Piedrabuena, detalló que “el jefe de Estado visitó la Laguna e hizo un breve recorrido y tras una pequeña caminata, visitó la Municipalidad e hizo un paseo cultural”. 
“Pudimos hablar muy poco con él, pues siempre anda apurado. Pero esta visita nos da la posibilidad de que luego nos reciba en la Casa Rosada y poder hablar con él más tiempo”, dijo. 
Macri partió del pueblo a las 11.28 y aterrizó en el Hotel Atrium de Paso de la Patria, donde lo esperaban referentes turísticos de toda la región para iniciar la Mesa Litoral de Turismo.
A las 13.12, el Presidente llegó a la Cabaña Don Julián donde a la vera del río realizaría el más importante de los anuncios: un “Seguro Verde” para financiar la implantación de bosques nativos y generar puestos de trabajo.
El acto no duró más de 5 minutos. Macri tuvo tiempo de dar la nota del día al confundir al gobernador Valdés con Gustavo Santos. “Es que viajo tanto con él (por Santos) que me confundo”, dijo.
Se retiró tras los aplausos y sin mirar al escueto público que a lo lejos le gritaba: “¡Presidente! ¡Sí se puede!”.
Camino al auto oficial tuvo tiempo de burlarse de la prensa que quería entrevistarlo. “Imposible muchachos, pierdo el avión”, lanzó y tiró dos besos al aire, que aún no se sabe a quién iban dirigidos. 
Detrás corrían el Gobernador, parte de su gabinete,  el ministro de Agroindustria, Luis Etchevehere; de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Sergio Bergman, el titular del Plan Belgrano, Carlos Vignolo, y el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis. Seguidos de manera expectante por un grupo de empresarios deseosos de una foto con el Presidente.