La comunidad alvearense aguarda por el avance de la causa judicial contra la Junta Vecinal de Agua Potable, que desde mayo aumentó la tarifa del servicio un 44 por ciento sin llamar a asamblea, según sostienen más de 500 usuarios.
En un año marcado por la crisis en distintas Comisiones Vecinales de Saneamiento (Covesa) por la calidad y/o regularidad de provisión del suministro en el Interior, el problema en Alvear se ciñe sólo a supuestos incumplimientos administrativos de su estatuto.
En diálogo con EL LIBERTADOR, Galeana circunscribió los problemas del servicio a su manejo administrativo sin consultar a los usuarios que lo abonan, y relató que la calidad del suministro es privilegiada en la zona, a diferencia de localidades como Itatí, donde los vecinos denuncian que no es apta para el consumo humano, o el paraje Yahapé, parte de San Antonio de Itatí (ex Berón de Astrada), donde sólo una de las cinco perforaciones existentes tiene líquido potable, además de los casos de San Carlos y Garaví, entre otros.
"Nunca tuvimos problemas con el agua, ya que es prácticamente mineral", ilustró. Es que la Junta Vecinal primigenia, fundada 44 años atrás, construyó cinco pozos a más de 90 metros de profundidad.
"Según la última reunión con la Comisión Directiva, el servicio llega a 2.330 habitantes sobre una población total de ocho mil, lo cual nos pareció muy poco teniendo en cuenta que dos pozos están de reserva y el consumo actual es mínimo en relación a la capacidad de abastecimiento", comentó.
El dato toma más relevancia si se considera el saldo negativo de 46 mil pesos que suma la Junta Vecinal en el año, que aduce que más del 80 por ciento de lo recaudado se gasta en sueldos de su personal, desatando las críticas vecinales.