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EL TIEMPO EN LA CRUZ

17 de junio de 2014

María Isabel será la primera bibliotecaria disminuida visual y auditiva recibida en Corrientes

Sólo le resta rendir la residencia, que realizó en la Escuela Especial Nº 26, donde organizó la biblioteca de la institución.
A diario viene desde Resistencia, tomando dos colectivos, para llegar al lugar donde desempeña sus prácticas.

María Isabel “Rita” Pérez (29), se transformará este mes en la primera bibliotecaria con disminución visual y auditiva que se recibirá en Corrien-tes. Oriunda de la capital chaqueña, de lunes a viernes se traslada hasta el barrio Al-dana de esta ciudad, tomando el colectivo interprovincial hasta el puerto correntino, y luego el urbano 104 hasta la escuela donde hace su residencia.  Conocida por todos como Rita, María Isabel nació prematura y los médicos consideraron que tenía pocas esperanzas de supervivencia, por lo que sus padres hicieron una promesa pidiendo por su vida a la santa de las causas imposibles. “Rita me quedó como sobrenombre en honor a la promesa que hicieron pidiendo que yo viviera”, contó la futura bibliotecaria, en una charla que tuvo con El Litoral en el ámbito de la Escuela Especial Nº 26, donde se encarga de armar la biblioteca, como parte de las tareas que realiza para la asignatura “residencia”, la última ma-teria de la carrera de Biblio-tecología que se dicta en el Instituto Superior “Carmen Molina de Llano”. En la escuela especial no había una biblioteca, y el reto de María, uno de los tantos que tuvo a lo largo de su vida, fue armarla desde cero. La directora de la institución, Silvia Hertler, explicó cómo sobrevino la propuesta: “Des-de el Instituto Llano se acercó la directora de la carrera de bibliotecarios a preguntar si Rita podía hacer aquí su residencia. Yo le expliqué que no teníamos biblioteca, y entonces surgió la idea de armar una”, contó.    Historia de vida  Rita hizo la primaria y secundaria en escuelas co-munes en Resistencia, sin asistencia profesional para realizar una integración. “Todo lo hice con apoyo de mi familia, pero no llegué a terminar la secundaria, me que-de retrasada”, explicó. En 2009 ingresó al Centro de Rehabilitación para Disca-pacitados Visuales “Valentín Haüy” en Corrientes, donde hizo el proceso de adaptación para poder manejarse de manera independiente en su vida diaria y finalmente terminar sus estudios secundarios, luego de lo cual decidió comenzar una carrera en el nivel superior.  Por intermedio del Institu-to Haüy tuvo conocimiento de la carrera de Biblioteco-logía que se dicta en el Ins-tituto Llano, y comenzó el cursado de la misma en 2011. “Mi objetivo principal es poder brindar servicios de información a las personas con discapacidad visual, y lo que más me importa es poder crear y organizar bibliotecas para ellas, porque hay muy pocas en la actualidad”, puntualizó María Isabel. “Siempre tuve el deseo de estudiar algo, siempre quise leer y no podía porque no veía las letras de los libros. Entonces, en el Centro de Rehabilitación Haüy, comencé estudiando braille”, explicó.  Al comenzar su rehabilitación, María Isabel quedó residiendo en Corrientes y se acostumbró a la ciudad, por lo que decidió iniciar aquí sus estudios superiores, porque sentía que el contexto era más amigable y adecuado para ella. “Tengo más amigos y conocidos en Corrientes, y me siento más cómoda acá”, confesó. La principal dificultad que tuvo durante el cursado de su carrera fue seguir las clases con normalidad. “Al principio me costó muchísimo. No podía escuchar a los profesores cuando dictaban la clase, ni leer del pizarrón a la vez que explicaban. Por eso, algunos docentes se ofrecieron a asistirme particularmente. Estudiaba de los materiales bibliográficos y los interpretaba con ayuda de algunos compañeros”, recordó sobre su primer año en la carrera. “Mis padres me leían, y algunos profesores me enviaban material digitalizado que yo leía a través de la computadora, gracias a un software que permite agrandar las letras. En otros casos gravábamos los apuntes en audio”, agregó. Así, con el respaldo de profesores y compañeros, y su propia voluntad y dedicación, María Isabel fue aprobando las materias teóricas, pero aún quedaban las prácticas.   Residencia Encontrar un lugar apropiado para que Rita hiciera su práctica profesional tampoco fue fácil. “Gracias a la sugerencia del Instituto Haüy, que nos dio una lista con los posibles lugares, dimos con la Escuela Especial Nº 26, contactamos a la directora y acordamos que María realice allí su residencia”, explicó la directora de la carrera de Bibliotecología, Adelaida Gó-mez Geneiro. En la escuela había libros en todas las aulas, por lo que la tarea era algo posible. La incipiente biblioteca cuenta con una pequeña colección de 200 libros, juegos didácticos y equipamiento tecnológico, como máquinas de es-cribir en braille Sobre su tarea, Rita explicó: “Actualmente estoy catalogando, clasificando y po-niendo la signatura topográfica a cada libro, en sistema braille, para que las personas puedan leer a través del tac-to”. “Me gustaría poder am-pliar la biblioteca. Si alguna institución o persona tiene libros en braille o en tinta, o material en audio, para cualquier nivel, desde jardín al secundario, que puedan do-narnos, sería algo muy bue-no para los chicos que estudian aquí”, agregó. “Ni en Corrientes ni en Resistencia hay bibliotecas especiales para ciegos y disminuidos visuales. Me gustaría que las escuelas para chicos con discapacidad, tengan su biblioteca escolar, para que las personas ciegas puedan acceder a la información”, reflexionó Rita finalmente.   Fuente:www.ellitoral.com.ar

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