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21 de septiembre de 2025

Celulosa Argentina-Tapebicuá pasa a manos de Esteban Nofal

La empresa fue vendida por un dólar simbólico, en una operación que busca reestructurar la firma en concurso preventivo. Mientras tanto, 430 empleados continúan las protestas en la Ruta 14 por salarios atrasados y reincorporaciones.

El grupo forestoindustrial Celulosa Argentina-Tapebicuá, que opera aserraderos y plantas de compensados en Gobernador Virasoro y otras localidades de la región, cambió de manos. El financista Esteban Nofal, hijo del fundador de TyC Sports y con participación en distintas empresas, adquirió la compañía por un dólar simbólico el 19 de septiembre de 2025.

La operación se concretó con el traspaso de las acciones del principal bloque de control, representado por el empresario estadounidense Douglas Albretch y los ejecutivos José Urtubey y Juan Collado. Se trata de un movimiento que busca darle un nuevo rumbo a una firma que venía atravesando serios problemas de eficiencia y sostenía una alta planta de personal, factores que habían reducido su competitividad.

Antes de la venta a Nofal, el Grupo Da Rosa había mostrado interés en quedarse con Celulosa Argentina-Tapebicuá, aunque las negociaciones no prosperaron. Con este cambio de control, el nuevo propietario deberá encarar un proceso de reestructuración para reactivar la producción y reposicionar a la empresa en el mercado forestoindustrial.

La venta de Celulosa Argentina se concretó por un valor simbólico de apenas un dólar, según publicó el diario El Cronista. Se trata de una práctica habitual en empresas con elevados pasivos y problemas financieros: el comprador no paga un precio real por la firma, sino que asume la responsabilidad de afrontar deudas millonarias y compromisos operativos.

Mediante un comunicado oficial, Celulosa Argentina calificó la operación como "el comienzo de una nueva etapa de fortalecimiento y proyección" en su historia. La compañía informó el cambio de control como "hecho relevante" ante la Comisión Nacional de Valores (CNV).

En esa presentación, Gonzalo Coda, responsable de Relaciones con el Mercado, detalló que "mediante un contrato de compraventa de participaciones y acciones", Esteban Nofal adquirió el paquete accionario que le otorga el control de la empresa. Las acciones fueron transferidas por Douglas Lee Albrecht, José Manuel Urtubey y Juan Manuel Collado, antiguos socios mayoritarios.

La comunicación también precisó que, como consecuencia del cambio de control, Nofal "se encuentra obligado a lanzar una oferta pública de adquisición (OPA) por la totalidad de las acciones emitidas y en circulación" de Celulosa Argentina.

Cabe recordar que la compañía atraviesa un concurso preventivo de acreedores por las dificultades financieras acumuladas en los últimos años, situación que motivó la búsqueda de un nuevo inversor y desembocó en esta operación.

Protestas

La convocatoria de acreedores de Forestal Tapebicuá y la suspensión de las actividades derivó en protestas de los trabajadores suspendidos sobre la Ruta Nacional 14. El conflicto lleva más de un mes y se convirtió en un foco de tensión en uno de los corredores más transitados del Mercosur. Lo que comenzó con cortes intermitentes de 45 minutos se extendió primero a una hora y ahora se prolonga hasta 90 minutos, con fuertes demoras para el transporte de carga y pasajeros.

El reclamo de los 430 operarios es concreto: reincorporación a los puestos y pago de salarios atrasados. La planta permanece cerrada y los empleados acampan frente al portón en un contexto de incertidumbre total. "Nos suspendieron, después levantaron la suspensión, pero seguimos sin poder trabajar porque la empresa no funciona", relataron voceros de los manifestantes.

El conflicto estalló tras la paralización en Gobernador Virasoro de Forestal Tapebicuá, uno de los aserraderos más importantes del país, perteneciente al grupo Celulosa Argentina, actualmente en concurso preventivo con una deuda cercana a los 200 millones de dólares. Desde entonces, los trabajadores quedaron en un limbo: no fueron despedidos formalmente ni perciben ingresos regulares.

En un primer momento, el Gobierno provincial otorgó un subsidio de $250.000 por dos meses a cada empleado, pero esa ayuda ya se agotó. Hasta ahora ningún funcionario de peso provincial se acercó al acampe, que mantiene en vilo a toda la localidad y refleja el hartazgo de una comunidad que depende en gran medida de la actividad forestoindustrial.

Fuente: www.diarioepoca.com

   

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