16 de noviembre de 2013
Guerra Santa
Por Deborah Maniowicz y Jorge Repiso: Qué es y quiénes integran la orden ultraconservadora que el martes 12 en la catedral interrumpió a los gritos la ceremonia interreligiosa para recordar Kristallnacht. La guerra contra el Papa.
Por eso la elección de Jorge Bergoglio como papa fue un baldazo de agua fría para los fieles ultraconservadores. Si bien sería apresurado o hasta exagerado catalogar al Sumo Pontífice como “progresista”, es cierto que se vislumbran cambios e intentos de reconciliar al catolicismo con las prácticas contemporáneas. Y si hay algo a lo que se oponen los lefebvristas es a los cambios, y por eso la decisión de interrumpir la ceremonia interreligiosa no sólo atentó contra la comunidad judía sino también contra el propio Papa en su país y su catedral, lo que se dice, una operación de prensa.
Los fanáticos ya habían protestado contra el acto en su blog Iglesia Católica. Primero publicaron la invitación a la conmemoración de la Noche de los Cristales Rotos para después vomitar todo su repudio. “Oficialmente se nos invita a conmemorar un acontecimiento extraño a nuestra patria y a nuestras preocupaciones, nada menos que con una LITURGIA que, como hemos dicho, intenta proponerlo en reemplazo del Sacrificio de la Cruz. ¡Dios no permita esta liturgia espuria!”. Si bien el grupo anticipó en la web su presencia en la catedral, ninguna autoridad actuó en consecuencia.
Las naves de la catedral estaban colmadas de invitados cuando desde una de las primeras filas se escuchó un Padrenuestro a todo volumen al tiempo que un fanático con boina de color rojo –la que utilizaban los falangistas españoles– tomaba el micrófono del altar por la fuerza. En el suelo se vieron panfletos en los que se podía leer: “Fuera adoradores de dioses falsos del templo santo…si entran en el templo del Dios vivo y presente, doblen su rodilla, abandonen su idolatría, y adoren al Dios verdadero… y vos, que asistís a este acto de profanación, rezá el rosario en desagravio. Resistí. Que no te engañen”. Durante el acto, las reflexiones estuvieron a cargo de monseñor Mario Poli, arzobispo de Buenos Aires, y el rector del Seminario Rabínico Latinoamericano, rabino Abraham Skorka. El murmullo inicial se convirtió en alboroto. “Estamos honrando a Dios”, gritó uno, mientras una fila de manifestantes continuaba con sus rezos ignorando a todos los presentes. Los pedidos subieron de tono, el diputado del Frente Renovador Eduardo Amadeo se acercó a ellos ofuscado y les gritó: “Miserables, nazis”.
La fila compacta de intrusos tenía la mirada encendida, las mejillas enrojecidas y los ojos fijos hacia el altar. Marcelo Figueroa, teólogo protestante y conductor del programa televisivo Biblia y Diálogo Vigente junto al entonces cardenal Jorge Bergoglio y Abraham Skorka, reflexionó: “Vivimos un hecho tan repudiable como preocupante. Irrumpió un grupúsculo de fanáticos religiosos que hizo todo lo posible por impedir el culto”. Y agregó que “el fundamentalismo religioso es particularmente dañino porque lacera algo tan sensible como es el alma de los pueblos. La Shoá no hubiera sido posible en su extensión y obnubilación sin un accionar de los fundamentalistas”.
Los ánimos se apaciguaron con el correr de los minutos y con la presencia de la Policía Federal. En un intento por reconstruir el clima de rememoración, Poli tomó la palabra y llamó a continuar con el acto: “Queridos hermanos judíos, siéntanse como en casa como nosotros nos sentimos en una sinagoga, porque los cristianos así lo queremos, a pesar de estos atisbos de intolerancia. Que haya paz, Shalom”.
Durante las noches del 9 y 10 de noviembre de 1938, tropas de asalto nazis protagonizaron la Noche de los Cristales Rotos en territorio alemán y austríaco. Ordenados por Adolf Hitler, organizados por Joseph Goebbels y ejecutados por las SA, las SS y la Gestapo, entre otras, desparramaron la destrucción contra todo objetivo judío, fueran ciudadanos, comercios, sinagogas o cementerios. Los vidrios hechos añicos de los escaparates le dieron el nombre al operativo en el que 200 judíos fueron asesinados y 30 mil detenidos y posteriormente deportados a campos de concentración. Este acto infame fue la antesala del Holocausto. Acto que los lefebvristas niegan.
Ni improvisados ni aislados. Los reaccionarios actuaron con el aval de Christian Bouchacourt, padre de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X y superior general del distrito América del Sur –que tiene su sede principal en Venezuela 1318 en el barrio de Monserrat–. “Entiendo perfectamente la reacción, porque estas ceremonias nos duelen a nosotros. No fue un deseo de hacer una rebelión, sino de manifestar nuestro amor a la Iglesia Católica, que son hechas para el culto católico”, fue el respaldo de Bouchacourt. Al día siguiente de los incidentes, Veintitrés se acercó a la sede de la congregación a fin de poder hablar con el sacerdote, pero sólo se encontró con un cura que dijo llamarse Carlos y dijo desconocer los hechos de la noche anterior: “No sé qué pasó, no tengo idea qué es la Noche de los Cristales Rotos y del nazismo sólo sé que existió”. Pocas palabras que dicen mucho.
El titular de la DAIA, Julio Schlosser, analizó: “Estamos consternados. Fue bochornoso y doloroso que esta gente agreda y profane un sitio sagrado como la catedral desconociendo las enseñanzas del papa Francisco”. Quiénes son. A simple vista, la iglesia ubicada en el centro porteño parece una más: vitraux en el techo, la imagen de Cristo crucificado en el altar, cajas para depositar ofrendas y donaciones. Salvo por un detalle: los fieles que asisten a misa se consideran “los únicos verdaderamente católicos”. La de la calle Venezuela es una de las 26 capillas lefebvristas que hay distribuidas a lo largo y ancho del país.
Se trata de una orden católica preconciliar: el grupo no reconoce el Concilio Vaticano II celebrado en Roma entre 1959 y 1963, desconoce el pedido de perdón al pueblo judío por haber expandido la teoría del deicidio, rechaza la eliminación de la misa en latín, el ecumenismo, la libertad religiosa y la autoridad única del Papa, entre otras cuestiones.
En la Argentina, el sacerdote Leonardo Castellani, fallecido en 1981, mantuvo una gran amistad con Lefebvre y fue referente del movimiento en el país. En 1945 Castellani escribió un artículo titulado “Los judíos” en el que afirmaba que “no había más remedio que el ghetto, las filacterias amarillas y la reconquista heroica de la economía nacional de manos de la gran finanza extranjera, que es hoy por hoy nido y el reducto del judaísmo”. Actualmente la orden tiene células en todo el país. Según datos difundidos en 2009, en la Argentina hay 26 capillas y tres escuelas. A este movimiento pertenece el obispo inglés Richard Williamson, que en febrero de 2009 fue expulsado de la Argentina por negar el Holocausto y el uso de las càmaras de gas como arma letal. El gobierno de Cristina Fernández lo expulsó pero los lefebvristas se quedaron, y cada tanto, violencia mediante, provocan. Es la única arma que encuentran los fanáticos para ser escuchados.
_______________________________________________________________________________ Pronazis modelo argentino En abril de 2003, en Bariloche, se inauguraba una sede de la Universidad Fasta (Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino). Durante su alocución, su presidente y fundador, fray Aníbal Fosbery, hizo un paréntesis para agradecer a un personaje que colaboró con el desembarco de Fasta en esa ciudad. “Permítanme que de modo personal exprese nuestro recuerdo y gratitud al entonces presidente de la Asociación Germano-Argentina, el señor Erich Priebke”. La mayoría de las cuatrocientas personas presentes aplaudieron de pie a un anciano que había sido extraditado a Italia siete años antes. Priebke afrontaba una condena a cadena perpetua por su responsabilidad en la masacre de 335 italianos en las Fosas Ardeatinas de Roma, en marzo de 1944. El criminal de guerra nazi había vivido tranquilo y feliz en esa ciudad turística hasta que fue descubierto por un periodista de la televisión estadounidense.
“Así somos y así moriremos, nosotros no hablamos de los historiadores, sino que buscamos que ellos hablen de nosotros el día de mañana. ¡Lo seguiremos haciendo, carajo! A los atacantes les daremos con todo, y a los tibios los vomitamos”, fue la proclama de los adeptos al denominado Foro Nacional Patriótico (Fonapa), comandado por Carlos Pampillón. La agrupación ultraderechista se hizo presente en las puertas del Colegio Nacional Buenos Aires cuando estaba tomado por los estudiantes tras el ataque al interior de la iglesia San Ignacio de Loyola. Entre ellos se encontraba Raúl Maza, vocero de la Gendarmería y despedido de la fuerza por amotinarse, quien justificó la presencia de los violentos: “Siento agradecimiento por haberme acompañado y no reniego de ellos. Deberíamos luchar juntos”. Varios se presentaron con palos y banderas, exhibiendo además las inscripciones “skin” (piel) y “head” (cabeza) que caracterizan a los neonazis. Pampillón fue precandidato a concejal pro Fonapa-Unir (Compromiso Federal). Otro histórico nazi como Alejandro Biondini se candidateó a legislador porteño antes de la realización de las PASO.
Días atrás, la revista Noticias le realizó un reportaje a Jaime Durán Barba, publicista de Mauricio Macri. Durante la charla, el ecuatoriano lanzó la siguiente frase: “Hitler era un tipo espectacular. Era muy importante en el mundo”. La indignación general se hizo sentir inmediatamente. El fiscal federal Guillermo Marijuán lo denunció por apología del delito y la causa recayó por sorteo en el Juzgado Federal 7 a cargo de Sebastián Casanello. El fiscal pidió que se tenga en cuenta cómo los dichos de Durán Barba podían repercutir en la sociedad y en especial entre los miembros de la comunidad judía. El consultor también fue denunciado ante el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), mientras que el titular de la DAIA Santa Fe, Horacio Roitman, aseguró que “debe renunciar, lo dicho no tiene retorno”. Durán Barba debe ahora dar explicaciones por sus dichos apologéticos. Desde el Pro, hubo explicaciones justificatorias para con el asesor. _______________________________________________________________________________
Fanatismo en números 4 mil fieles hay aproximadamente en la Argentina. 26 capillas de la Fraternidad San Pío X. 3 escuelas de la orden hay en el país: en la provincia de Buenos Aires; Mendoza y Córdoba. 20 lefebvristas generaron violencia en la liturgia conmemorativa de la Noche de los Cristales Rotos. _______________________________________________________________________________
Opinión
Retrógrados y antidemocráticos Por Rubén Dri
Sociólogo En la Argentina los lefebvristas no son muchos pero tienen fuerza en la medida que siguen dictando seminarios y construyendo nuevos sujetos. Están arraigados y con perspectivas de crecimiento. Son violentos y agresivos, lo que quedó demostrado en el episodio ocurrido en la catedral metropolitana. Además, es un grupo retrógrado, profundamente antidemocrático y de extrema derecha. Posiblemente, en el fondo expresen una gran inseguridad y de ahí la afirmación dogmática de determinados fundamentos que son asegurados como absolutamente revelados. La forma de combatir a estos grupos es a través de la concientización y la educación, con cambios sociales que superen la falta de empleo y un real reconocimiento entre los sectores sociales. Porque este tipo de agrupaciones prometen darle a la sociedad una gran seguridad y por eso suman fieles. Es preocupante que todavía no se reconozca la peligrosidad que representan.
(Testimonio recogido telefónicamente) _______________________________________________________________________________
Opinión
Un arma letal Por Diana Wang
Presidenta de Generaciones de la Shoá en Argentina Lo que ocurrió fue de una violencia verbal increíble. Cuando comenzó el acto con la catedral repleta de gente se empezó a escuchar un murmullo que impedía escuchar al locutor. Enseguida me di cuenta de que estaban rezando el Ave María. Me desconcerté. La gente comenzó a pedirles que se detuvieran, que estaban interfiriendo la conmemoración pero ellos parecían no ver a nadie, como si todos fuéramos invisibles. Yo me angustié porque tuve la vivencia de la impotencia y se me presentaron delante de los ojos imágenes viejas de momentos de la historia cuando otra gente tuvo que sufrir esto mismo de manera mucho más sangrienta. Hay quienes hicieron una lectura como si hubiera sido un acto antisemita dirigido a la comunidad judía, pero yo no estoy tan segura. Las consignas no fueron antijudías sino que se estaba usando a la Iglesia para lo que “no se debía usar”. Cualquier movimiento fundamentalista que le niegue al otro el derecho a existir termina siendo un arma letal. Es necesario encontrar urgente formas de trabajar para que esto no vuelva a pasar. (Testimonio recogido telefónicamente) Fuente:veintitres.infonews.com