"Nuestro país es extraordinario. En EEUU no hay asistencialismo. No puede haber asimetrías profundas; no es democrático".

Acababa de salir de un congreso de educación médica que se realizó este último fin de semana en Corrientes, cuando EL LIBERTADOR pudo sostener una larga e interesante charla con él. En el plano político-institucional, el viernes último tenía provista una gira por localidades del Interior, como Esquina, Goya y Bella Vista. Antes de ese viaje, dialogamos con el doctor Emilio Alberto Lanari, candidato a Diputado nacional por Encuentro Liberal, dentro de la lista de Encuentro por Corrientes (ELI-ECO).

-¿Qué dejan estas visitas al Interior?
-Te enriquecen. Es muy productivo intercambiar ideas y sostener un diálogo con los pobladores del Interior. Te plantean cosas distintas a las que uno está acostumbrado a tratar.
-¿Le plantean dudas o temas que más los inquietan?
-Hay una variedad de cuestiones. Pero me ha llamado la atención el planteo de temáticas como las convicciones religiosas y el matrimonio igualitario. También me han acercado ideas sobre la posibilidad de reimplantar una suerte de servicio militar no obligatorio, con características distintas al que conocimos antes.
-¿Volver a la "colimba"?
-Sí, pero sería más bien un ámbito educativo, aunque con la disciplina característica de los institutos militares. Habría mucha actividad en tareas sociales. Me estuve ocupando también de los movilizados del Toas (Teatro de Operaciones del Atlántico Sur) por la cuestión Malvinas.
-¿Qué reclaman?
-Y… ellos plantean también un reconocimiento y un resarcimiento por haber sido movilizados para la guerra de Malvinas. Es un tema polémico, porque los soldados ex combatientes que estuvieron realmente en el frente de batalla consideran que no puede considerarse igual al que estuvo en el combate que al que no estuvo. Y los que se suicidaron, los que tienen problemas… son los que estuvieron en el combate.
-¿Le tocó atender como médico a algunos de esos ex combatientes?
-Sí, me acuerdo de un pibe de 22 años sobreviviente del hundimiento del crucero General Belgrano. Me tocó atenderlo en el sanatorio Güemes. ¡Fue tremendo! Se acurrucaba en un rincón a llorar. Estaba destruido. Decía que le "faltaba el aire". En realidad, eran ataques de pánico.
-¿Cuál es su especialidad, doctor?
-Soy hematólogo. Debo atender casos de leucemias, linfomas. La posibilidad de la muerte siempre está cerca. Y de eso uno no sale inmune. En general, los problemas oncológicos se tratan como una problemática psicopatológica.
-¿Los médicos que, como usted dice, están "cerca de la muerte", necesitan también tratamiento psicológico?
-Sí, siempre consultamos. Se te "van" chicos jóvenes. Frente a eso surge el sentimiento de amar intensamente la vida. A veces se habla de "bajas", como un eufemismo. Uno advierte en esas circunstancias límite la inutilidad de algunas cosas.
-¿Siente alguna inclinación a la religión o hacia la filosofía?
-Soy absolutamente creyente, de misa permanente. Leo cosas al respecto, no sólo de catolicismo. También leo sobre religión judía, porque creo que somos una cultura judeo-cristiana. Para mí, es muy enriquecedor leer religión judía.
-¿Y la religión lo ayuda?
-Si no hay trascendencia, la muerte es espantosa.
-¿Su desembarco en la política es reciente?
-En mi casa siempre hubo política. (Juan Ramón) Aguirre Lanari (ex canciller y tres veces senador nacional por Corrientes), primo hermano de papá, se instalaba en casa cada vez que venía de Buenos Aires. Allí se reunía con Ricardo (Leconte), Carlos Flores Durán, (Mario) Branca y otros dirigentes del liberalismo.
-¿Desde esa época comenzó su militancia en el Partido Liberal?
-No. Lo curioso es que ni papá ni yo teníamos una actividad política activa. Fui después afiliado, pero nunca participé en la política partidaria. Sí actué en los clubes, en la Facultad… Soy consejero de la Universidad por el claustro de los profesionales.
-Pero ahora sí está participando en política.
-Me ofrecieron participar y comprometerme. Y me pareció que era el momento oportuno para hacerlo, porque vi con alarma a un Partido Liberal dividido y desintegrándose. Tampoco me gustó el tipo de país hacia el que estábamos yendo, tomándose a Venezuela como un ejemplo. No es por hablar mal de un país, pero tengo amigos venezolanos que me cuentan lo que está pasando allá.
-¿Qué le preocupa de la Argentina?
-Me pareció que el país se estaba desviando. Y lo que yo quiero es un país normal, donde el trabajo sea remunerado; donde el impuesto sea progresivo (es decir, que los ricos paguen más que los pobres); donde se pueda debatir sobre el presente y el futuro.
-¿Todo eso no ocurre hoy?
-Desde el Gobierno nacional se aplica una política de antagonismo. Yo prefiero el consenso; la suma de esfuerzos comunes para que avancemos entre todos. Pero el problema no es sólo de la Argentina, eh. Fíjese lo que está ocurriendo en los Estados Unidos.
-¿Qué está ocurriendo?
-Hay una influencia nefasta del Tea Party, un grupo ultraconservador que incide sobre la conducción del Partido Republicano, que está prácticamente paralizando a la Administración norteamericana. Bloquea también la posibilidad de que mejore el servicio de salud en ese país, entre otras cosas.
-No somos los únicos que estamos mal, entonces.
-No. Incluso en ese plano nuestro país es extraordinario. En los Estados Unidos no hay asistencialismo. Para el que tiene plata, el servicio de salud es maravilloso; pero para el que no tiene, no hay nada. En la Argentina, todos tienen acceso al mejor sistema de salud. En ese sentido, es uno de los mejores países, no de América, sino del mundo. Yo lo puedo decir sin exagerar, porque he podido viajar por muchos lugares y soy médico. Por supuesto, hay sistemas ejemplares, como en Suecia, en Noruega…
-Es decir, que nuestro país es bastante equitativo. Al menos en materia de salud pública.
-Es que no puede haber asimetrías muy profundas, porque eso no es justo ni es democrático. Obviamente, la asistencia en nuestro país no es perfecta. Falta mucho por hacer. Lo que sí creo también es que las asimetrías no dan derechos adicionales. Que uno no tenga algo, no significa que tenga derecho a salir a tomarlo por la fuerza. El Estado tiene que generar las condiciones para que todos puedan acceder a una calidad de vida digna.

Misión en el Congreso
-¿Cuál sería el eje de su actividad en el Congreso nacional?
-Hacer todo lo necesario para la generación de riqueza que favorezca a los correntinos. Para eso creo que todos los impuestos, como el del Cheque, deben ser coparticipables y no estar sujetos a un manejo arbitrario por parte del poder central.
-¿Qué otros problemas pendientes visualiza?
-La deuda externa es una problemática que tampoco ha desaparecido. La gente quiere trabajo y vivienda digna. Hacia allí debe apuntar la acción estatal. La instalación de la Coca-Cola en Corrientes lo veo como un hecho positivo. También los proyectos de polos industriales como motor de crecimiento. Seré un lobista de nuestra provincia en el Congreso.
-¿Qué piensa de la acción de los ecologistas?
-Yo me siento "verde". Por supuesto que necesitamos un desarrollo industrial en la Provincia, que no debe ser en contra de la ecología. Hay miles de toneladas de aserrín que se pierden, sin aprovechamiento.
-¿Deben preservarse grandes espacios verdes y de bosques naturales?
-Todo lo que sea necesario. Soy un defensor de los esteros del Iberá. Pero quiero decir que nuestros productores agropecuarios nunca han hecho ningún tipo de daño ambiental; es más, su actividad es complementaria y armoniosa con el ambiente. Y sin lugar a dudas la fortaleza de la economía correntina está en el campo.

La cuestión de los medicamentos
-En materia de salud, ¿el costo de los medicamentos encarece en exceso la atención sanitaria?
-Es todo un tema. En primer lugar, lógicamente debe haber respeto a las patentes; pero simultáneamente impulsar la producción nacional y la regulación de la comercialización.
-¿Los genéricos son una solución?
-Los genéricos fueron un gran paso para abaratar los costos. El problema es a veces las copias de algunos medicamentos. Por ejemplo, en el caso de los oncológicos esas copias terminan en precios casi similares, pero… con menos garantía. La droga oncológica Inatimib está en unos 11 mil pesos por mes. Se hacen "copias" en Israel, Brasil, India, que cuestan ¡más de 10 mil pesos! ¿Cuál es la diferencia? Además, no hay estudios de bioequivalencia.
-Para una solución de fondo, entonces, todavía falta…
-Reitero: el genérico avanzó un poco. Pero es necesaria más investigación. Y hay que trabajar en materias pendientes como una Ley de Bioequivalencia que avale la calidad del medicamento. El medicamento importado de los grandes laboratorios tiene mucha investigación detrás. Es más caro, naturalmente, pero ofrece mayor garantía.
-¿El medicamento es un gran negocio?
-Por supuesto. Pero es un tema complejo, que no puede simplificarse.

La llave del deporte
-¿Qué es el deporte para usted?
-Es la llave para el equilibrio. A lo largo de mi vida practiqué artes marciales, judo, fútbol (¡soy muy malo en esto!), tenis, golf… Y, por supuesto, básquet, que es mi gran pasión. Yo entré a Regatas por el básquet. (Eduardo) Tassano nos convocó a Carlos Simón y a mí para que organicemos las divisiones inferiores.
-Pero Regatas no es solo básquet.
-Actualmente Regatas desarrolla 16 disciplinas, como vóley, remo, judo, taekwondo, karate, básquet, vela, gimnasia, pesas, fútbol de salón, tenis de mesa, natación, entre otras.
-¿Es muy oneroso sostener el equipo de básquet de primera?
-Nuestro criterio es que la plata del Club es para el Club. El básquet profesional es sustentado por sponsors. Últimamente llevamos invertidos unos 2 millones en obras.

Quién es
    Nació el 29 de junio de 1957 en Augusta, Georgia, Estados Unidos, dado que su padre circunstancialmente se encontraba trabajando allí. Por ello tiene la doble nacionalidad argentina-norteamericana.
    Realizó sus estudios en Corrientes: primarios en la escuela regional, secundarios en el Colegio Nacional y universitarios en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional del Nordeste (Unne).
    Como médico se especializó en Hematología, con una intensa práctica en el sanatorio Güemes de Buenos Aires bajo la orientación del médico correntino Julio Sánchez Ávalos.
    Está casado y tiene cuatro hijos y tres nietos.
    Un hobby: leer, principalmente sobre Historia.
    Personalidades que admira: Juan Pablo II, Manuel Belgrano y Domingo Faustino Sarmiento, Arturo Frondizi.