El oficialismo logró avanzar este martes con la boleta única de papel que se empezará a utilizar en las elecciones de 2025. El proyecto, que modificó el Senado y sancionó Diputados contó con el apoyo de todas las bancas que responden al gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, que se niega a implementar el sistema en su provincia.

Con ya contó Letra P, el cambio en el sistema electoral en la provincia del Norte Grande es una de las tantas disputas que escenifican las diferencias en el oficialismo provincial. El presidente de la Cámara de Diputados correntina, Pedro Cassani, es uno de los más fervientes defensores del cambio de modalidad del que reniega el gobernador.

José Tournier, hombre de Cassani en Diputados, apoyó este martes el proyecto, al igual que el radical Manuel Aguirre, más cercano a Ricardo Colombi, también enfrentado con Valdés en la interna radical. Ausente del recinto, Sofía Brambilla, diputada del PRO que en la provincia sostiene su apoyo al gobernador, también celebró la iniciativa.

En el legislativo correntino también hay un proyecto del espacio Nuevo País, que lleva la firma de Aída Díaz y Gustavo Canteros y que quiere avanzar con la boleta única que Valdés rechaza, aunque incluso sus representantes en el Senado, Eduardo Vischi y Gabriela Valenzuela, votaron a favor de la iniciativa a nivel nacional.

Las razones de Gustavo Valdés

El gobernador de Corrientes fue dos veces electo con un sistema que, incluso, se diferenciaba de la boleta tradicional que el Congreso mandó este martes al archivo. Sin reelección, su intención es convertirse en presidente del Comité Central del radicalismo en su provincia para luego desempeñar un rol central en las decisiones que terminarán definiendo a su sucesor.

En ese juego, el sistema electoral parece algo central. Sobre todo en pos de las alianzas y los frentes electorales que se reconstruirán en medio del cisma político que representa la ya anticipada división del oficialismo y la irrupción de La Libertad Avanza.

Sucede que el sistema electoral correntino establece que en el cuarto oscuro haya tantas boletas como partidos políticos reconocidos ante la Junta Electoral. Por esa razón, el peso de las alianzas se termina definiendo por la cantidad de sellos que la integran. A más sellos, más boletas, algo que también hace que las parten integrantes de los frentes tengan mayores elementos a la hora de facturar su peso en una eventual victoria de tal o cual postulante.

“Puede haber muchas boletas, pero los candidatos en las últimas elecciones fueron sólo dos”, dijo Valdés meses atrás cuando por última vez descartó la posibilidad de avanzar con la incorporación de la boleta única. El gobernador patea la pelota para adelante y dice que si hay que pasar a otro sistema se debería apuntar a “uno más moderno, como el voto electrónico”. En caso de analizarse, esa discusión no impactará en la elección de 2025.

Con la sanción del Congreso, advirtió que estará "atento para ver cómo funciona a nivel nacional". "Necesitamos una experiencia, entonces estaremos atentos para ver cómo se implementa", dijo Valdés, volviendo a desechar cualquier posibilidad de avanzar con los cambios en la provincia.

Las elecciones y el principio de revelación de Lisandro Almirón

A sabiendas de las diferencias internas del oficialismo, el diputado libertario Lisandro Almirón salió a celebrar la aprobación de la boleta única en el Congreso apuntando directamente a su provincia.

“En Corrientes, en 2021, habían más de 50 boletas distintas en el cuarto oscuro, solamente para DOS (sic) candidatos a gobernador en las elecciones de agosto. ¿Entienden por qué era algo sumamente necesario cortar con este curro y transparentar todo?”, escribió en las redes sociales. En rigor, se quedó corto.

Las boletas en 2021 fueron 54. La cara del gobernador fue la imagen destacada en 31; mientras que las 23 restantes llevaron al opositor Fabián Ríos como principal candidato.

Almirón, que lentamente empieza a posicionarse como un referente para pelear por la candidatura opositora en su provincia, dobló la apuesta después de la crítica. “Una aclaración pertinente, este proyecto es nacional al cual las provincias podrán adherirse tratándolo en sus respectivas legislaturas. Ahora juega el principio de revelación: vamos a ver quién quiere seguir manteniendo las colectoras y el terreno de juego sucio, y quién no”, completó.

La discusión, más allá de Corrientes

Aunque la votación en el Senado desnudó una aparente contradicción, el tiro (no tan) por elevación de Almirón no surtirá efecto en la política provincial, al menos en lo inmediato. Valdés ya dijo que la provincia votará con el sistema electoral vigente el año que viene y volvió a cerrar la discusión.

Letra P ya adelantó que la llegada de la boleta única a la contienda nacional anticipaba un festival de desdoblamientos en las provincias que eligen representantes en sus legislaturas y que, en su gran mayoría (12 de 13) tiene un sistema local distinto. Las conveniencias políticas harán lo propio, como quedó demostrado en la elección de 2023 cuando sólo la Ciudad y la provincia de Buenos Aires, Catamarca, Santa Cruz y Chubut pegaron su elección a la discusión presidencial.

En Corrientes, está garantizado que no habrá simultaneidad con los comicios nacionales: la Constitución local establece en su artículo 156 que la elección provincial debe realizarse entre cuatro y dos meses antes del fin del mandato en curso. Es decir, que el plazo máximo corresponde al primer fin de semana de octubre, cuando el calendario electoral fija la instancia nacional para el cuarto domingo del mismo mes.

Más allá de la posibilidad de haya distritos que se “cuelguen” de la tendencia nacional, hay distritos que ya anticiparon que debatirán una reforma en el sistema, aunque no para implementarla en 2025. Entre Ríos, que no vota el año que viene, es uno de ellos, como así también provincias que proponen el debate electoral en el marco de una reforma más amplia que contempla cambios en sus constituciones.

Tal es el caso del sistema de acoples en Tucumán, o la Ley de Lemas en San Luis. En Catamarca, Raúl Jalil viene prometiendo un cambio estructural desde hace tiempo, aunque la oposición acusa un exceso de gestualidad que nunca se concreta.

A la inversa, Gustavo Melella había convocado una constituyente en Tierra del Fuego, pero la Justicia las suspendió ante un planteo opositor que hizo naufragar el proyecto que, entre otras cosas, planteaba discutir la herramienta electoral.

Fuente: www.letrap.com.ar