El presidente Javier Milei criticó este viernes a las fuerzas de la oposición no peronista que aportaron sus votos en la Legislatura bonaerense para que el gobernador Axel Kicillof lograra la aprobación de la Ley Fiscal Impositiva, el endeudamiento y la prórroga de emergencias para 2024 y le enrostró al PRO, la UCR y la Coalición Cívica que "arrastran los pies" en el Congreso con las reformas que impulsa la Casa Rosada.

"Mientras algunos de la oposición al kirchnerismo arrastran los pies con nuestras reformas, le acaban de votar a favor a Kicillof aumento de impuestos y endeudamiento", escribió Milei en Twitter y sostuvo que "el problema no son las formas" sino "el fondo".

"Quieren seguir manteniendo este modelo empobrecedor. Háganse cargo y dejen de mentirle a la gente", concluyó el jefe de Estado.

Como explicó Letra P, la aprobación del proyecto de ley que envió el Presidente al Parlamento depende de 17 bancas, entre las que se encuentra la CC encabezada por López en alianza con Miguel Ángel Pichetto, Emilio Monzó, y los cordobeses Carlos Gutiérrez e Ignacio García Aresca, ojos y oídos parlamentarios de Juan Schiaretti y Martín Llaryora, respectivamente.

Aunque el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, aseguró que tiene los apoyos necesarios para que se apruebe le ley ómnibus, el oficialismo no tiene los votos en el Congreso para sancionar el mamotreto de 600 páginas y múltiples refomas estructurales que envió el Ejecutivo. En ese marco, el Presidente no sólo se niega a negociar, sino que erosiona los puentes con esa oposición friendly que tanto necesita.

Ya había ocurrido esta semana, cuando Milei lanzó la idea de convocar a un plebiscito si el DNU 70 resultaba rechazado en el parlamento. Fue una bravuconada sin demasiado sustento que sazonó con la acusación de que quienes se niegan a apoyar la iniciativa libertaria lo hacen por coimeros. Una combinación que no cayó bien en el Congreso, en especial porque el oficialismo tiene 40 votos propios más los 42 que puede sumarle el PRO y sus satélites, lo que implica que en Diputados necesitar pescar 47 voluntades en la oposición amigable. Justamente, la que el mandatario volvió a apestillar este viernes utilizando el viejo truco de la mancha venenosa K, al acusar a la representación bonaerense de esas fuerzas de acompañar a Kicillof, quien asoma como la principal figura opositora.

Ni media hora tardó en responder el diputado Juan Manuel López, cara visible del bloque de seis voluntades de la Coalición Cívica que acaba de integrarse en la Cámara baja a Hacemos Coalición Federal, una entente de 23 bancas que reúne cordobesistas, socialistas, palomas PRO y especies variadas como el Bulldog Ricardo López Murphy y el llanero bonaerense Florencio Randazzo. El lilito cruzó al mandatario para pedirle que en el Gobierno "marquen prioridades".

"No hay una sola comisión conformada en el Congreso, la ley 'bases' ni siquiera está habilitada en el temario de extraordinarias", reclamó López y, apelando al guaraní, definió la ley ómnibus como "un mboyeré que mezcla desde retenciones a juicio por jurados".

"Organicensé", clamó.

Como explicó Letra P, la aprobación del proyecto de ley que envió el Presidente al Parlamento depende de 17 bancas, entre las que se encuentra la CC encabezada por López en alianza con Miguel Ángel Pichetto, Emilio Monzó, y los cordobeses Carlos Gutiérrez e Ignacio García Aresca, ojos y oídos parlamentarios de Juan Schiaretti y Martín Llaryora, respectivamente.

Aunque el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, aseguró que tiene los apoyos necesarios para que se apruebe le ley ómnibus, el oficialismo no tiene los votos en el Congreso para sancionar el mamotreto de 600 páginas y múltiples refomas estructurales que envió el Ejecutivo. En ese marco, el Presidente no sólo se niega a negociar, sino que erosiona los puentes con esa oposición friendly que tanto necesita.

Ya había ocurrido esta semana, cuando Milei lanzó la idea de convocar a un plebiscito si el DNU 70 resultaba rechazado en el parlamento. Fue una bravuconada sin demasiado sustento que sazonó con la acusación de que quienes se niegan a apoyar la iniciativa libertaria lo hacen por coimeros. Una combinación que no cayó bien en el Congreso, en especial porque el oficialismo tiene 40 votos propios más los 42 que puede sumarle el PRO y sus satélites, lo que implica que en Diputados necesitar pescar 47 voluntades en la oposición amigable. Justamente, la que el mandatario volvió a apestillar este viernes utilizando el viejo truco de la mancha venenosa K, al acusar a la representación bonaerense de esas fuerzas de acompañar a Kicillof, quien asoma como la principal figura opositora.

Fuente: www.letrap.com.ar