En un partido interminable, River Plate consiguió anoche la victoria por 2 a 1 ante Gremio, en Porto Alegre, y se clasificó a la final de la Copa Libertadores de América, gracias a los dos goles de visitante que convirtió, en un global en la serie que fue de 2-2.
Un penal convertido por Gonzalo Martínez, a los 50 minutos de la segunda parte, le otorgó el pasaje a la definición al conjunto de Núñez, que esperará al ganador de la llave entre Boca Juniors (2) y Palmeiras de Brasil (0) para saber el rival que tendrá en la eliminatoria decisiva. 
Pero esa anotación definitiva estuvo cargada de polémica, ya que el árbitro Andrés Cunha debió apelar a la utilización del Video Assistant Referee (VAR), luego de que el uruguayo no apreciara, en primera instancia, una mano de Bressán en el área ante un disparo del ingresado Ignacio Scocco.
El equipo argentino hizo méritos en el primer tiempo para ponerse en ventaja, y tuvo en Exequiel Palacios a su jugador más importante. Con el colombiano Quintero como eje en la generación de juego, el conjunto millonario arrinconó al campeón vigente de la Copa, que se vio obligado a defender casi en su propia área, sin siquiera posibilidades de sacar las esperadas contras.
A los ayer conducidos desde el banco por Matías Biscay (Marcelo Gallardo suspendido vio el partido desde un palco) les faltó serenidad en la zona de sentencia porque, incluso, las trepadas de Gonzalo Montiel y Milton Casco sugirieron criterio y peligro.
Pero el equipo argentino pagó caro su ineficacia y le permitió a Gremio golpear a la salida de un tiro de esquina, con un remate de Leonardo Gomes que se desvió en su marcador para ingresar junto al palo derecho de Armani, que no llegó.
En el complemento River ya no fue el mismo. Pese a los ingresos del “Pity” Martínez por “Nacho” Fernández, y luego de Scocco por Quintero, el equipo argentino no pudo desentrañar la maraña defensiva de Gremio, que sólo se dedicó a conservar la mínima ventaja y hacer pasar el tiempo.
A pesar de esa postura, el local estuvo a punto de dar el golpe de gracia, cuando Everton se filtró entre los centrales argentinos, pero su remate chocó contra el cuerpo de Armani, que salvó a su arco.
Cuando el partido parecía dirigirse inexorable hacia un final previsible, porque River carente de ideas se dedicó a enviar un centro tras otro que fue despejado por el fondo brasileño, Santos Borré logró cabecear de pique al suelo un tiro libre de Martínez para darle el empate y extender la ilusión.
Seis minutos más tarde, Scocco ensayó una volea en el área que dio en la mano extendida de Bressan. Luego de largos minutos de incertidumbre, el árbitro apeló al VAR y determinó la expulsión del defensor y penal que el “Pity” Martínez marcó para dar vuelta la historia.
Luego hubo que esperar largos 13 minutos de adición ante un Gremio al que se le cayó el libreto y no supo ya cómo ir en busca de la igualdad.
River se instaló en su sexta final. El millonario, campeón en las ediciones 1986, 1996 y 2015 de la Copa Libertadores de América, llegó a la final y ahora deberá esperar hasta esta noche para conocer a su rival.