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EL TIEMPO EN LA CRUZ

27 de marzo de 2018

Tras 36 años, 90 soldados argentinos yacen con nombre y apellido en Darwin

En una emotiva ceremonia honraron a los ex combatientes. Hubo un llamado a “trabajar por la cultura del encuentro, sin odios ni guerras”.

Después de casi 36 años de incertidumbre, finalmente los familiares de 90 soldados identificados pudieron colocar flores, un rosario y derramar lágrimas frente a la tumba de su ser querido en el cementerio de Darwin. De la ceremonia inédita realizada ayer en las islas participaron 200 familiares que siguieron la celebración religiosa sentados en sillas dispuestas frente a las tumbas de sus seres queridos, y otros directamente sentados sobre las piedras de la sepultura. La ceremonia religiosa estuvo a cargo del obispo auxiliar de Buenos Aires, Enrique Eguía Seguí, quien rezó por todos los que perdieron la vida en la guerra de Malvinas “por los 649 militares argentinos, los 255 británicos y los 3 isleños”, y pidió “ser constructores de la paz entre los pueblos y trabajar por una cultura del encuentro, sin divisiones, odios ni guerras”. Otro momento emotivo del acto se produjo cuando ingresó la guardia de honor, compuesta por seis efectivos y un comandante, así como dos gaiteros -con sus vestimentas alusivas- que entraron al cementerio marchando y ejecutando melodías y marchas, como el “Lamento”. Los efectivos de la guardia, en tanto, adoptaron la postura de descanso de armas, con sus armamentos hacia abajo en señal de respeto a los caídos.

correntinos

Entre los identificados se encuentran 11 correntinos. Ellos son: Omar Alberto Ávalos, de Mercedes. Fue a la guerra con 18 años, y solo tres meses después de haber comenzado el servicio militar obligatorio. La familia nunca recibió la notificación oficial de la muerte por parte de las autoridades militares. Algunos ex compañeros aseguraron que murió el 28 de mayo durante la batalla de la Pradera del Ganso. José Ramón Ferrau nació en Corrientes y vivió durante la mayor parte de su vida en la zona rural de la ciudad de Mercedes, donde hizo el servicio militar. Vivía en una casa sencilla, sin luz ni gas junto a sus padres y sus ocho hermanos. Su muerte fue uno de los hechos más confusos de la guerra. El Estado dio en un inicio precisiones sobre su paradero, pero luego fueron datos erróneos. Diez años después, un ex combatiente les dijo a sus padres que Ferrau había sido ejecutado por las fuerzas británicas cuando agonizaba por haber pisado una mina. Esa historia era falsa: gracias al cotejo de los análisis de ADN, se comprobó que su cuerpo recibió cuatro disparos de bala y no tenía quemaduras. Cayó en la batalla de la Pradera de Ganso. Diego Ferreyra nació en el marco de una familia muy humilde en Costa Batel, Corrientes. Según relató su hermano Fabián, era un chico muy humilde y con las costumbres típicas del campo. Amaba a los caballos más que a cualquier otra cosa en el mundo. Cumplió con el servicio militar en Río Grande, Tierra del Fuego, y luego fue trasladado a las islas Malvinas. Murió el último día de la guerra, durante la madrugada del 14 de junio en el monte Tumbledown, cuando la cuarta sección de la compañía BIM 5 -a la que pertenecía- fue atacada por la retaguardia. Roberto Leyes fue uno de los tantos soldados correntinos caídos en Malvinas. Acudió al servicio militar en el Batallón de Infantería de Marina Nº 5 de Río Grande, Tierra del Fuego. Ya en las islas formó parte de la 3ª sección de tiradores de la compañía Mar. Fue uno de los últimos tres soldados argentinos que murieron en las islas. De hecho, perdió la vida en un combate producido aún después de la rendición de la Argentina. Ireneo Mendoza era otro correntino que se incorporó al Regimiento de Infantería Mecanizado Nº 12, en Mercedes. Se lo consideraba muy alegre y capaz de sacar una sonrisa a sus compañeros aún en los momentos más difíciles. Murió el 28 de mayo en el terrible combate del cerro Darwin. Guillermo Ojeda viajó a Malvinas como voluntario para evitar que alguno de sus hermanos menores tuviera que hacerlo. Murió el 10 de junio de 1982 después de recibir un disparo letal en el estómago en las inmediaciones de la capital de Malvinas. Andrés Daniel Rodríguez nació en Santo Tomé. Formaba parte del Regimiento de Infantería Nº 4 y llegó a las islas Malvinas el 27 de abril. Después de defender las posiciones en los montes Harriett y Two Sisters, murió el 6 de junio cuando intentaba hacer frente al ataque de un helicóptero británico en el monte Dos Hermanas. Macedonio Rodríguez, de San Luis del Palmar, murió a los 19 años el 13 de junio de 1982. Combatió en Monte Longdon frente a los paracaidistas británicos. Gabino Ruiz Díaz era correntino. Nació en Colonia La Elisa, Corrientes. Lo apodaban Cambacito y murió el 29 de mayo con 19 años, cuando un batallón de paracaidistas británicos atacó su puesto en Goose Green. Higinio Segovia formaba parte de una familia de nueve hermanos, muy modesta, de Colonia Porvenir, en Goya, Corrientes. Su muerte en Malvinas nunca terminó de quedar clara. A raíz de algunos testimonios de ex combatientes, la Secretaría de Relaciones Institucionales del Centro de ex Combatientes de Malvinas (Cecim) para elevar un reclamo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos: aseguró que Segovia junto a otros dos conscriptos habrían muerto en las islas por inanición. Roberto Verdún nació en Cruz de los Milagros. Ya estaba de baja del servicio militar obligatorio cuando fue convocado para acudir a la guerra. Viajó junto a su primo Aníbal “Pepe” Verdún, como integrantes de la sección 4 de Monte Caseros. Murió en la madrugada del 12 de junio tras un ataque tenaza de las fuerzas británicas en el monte Dos Hermanas.s

Fuente:www.nortecorrientes.com



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