Semhan, por más de una cabeza
Luego de la reforma constitucional, el tema central pasó a ser, por lejos, la elección del sucesor de Guillermo Semhan, quien resistía una dura ofensiva gubernamental empeñada en ubicar al frente del Tribunal a Eduardo Panseri. El mercedeño se las ingenió, como cortesano que es, conocedor de todos los secretos de la Corte, en operar a destajo para volver a marcar la cancha al Gobierno. Sus dos vicepresidentes serán Eduardo Rey Vázquez y Fernando Niz, ambos íntimamente ligados a la Iglesia. La definición se dio de improviso, casi de la noche a la mañana, cuando hubo certeza de los números. Con todo, la decisión no pareció fácil. Fue el acuerdo de ministros más largo de los últimos años. La continuidad de Semhan refleja el equilibrio que se advierte luego de la caída del intento reformista y muestra que aunque algunos jueces puedan resultar (o no) funcionales al Gobierno, en el Superior los parámetros son otros.
UNA DEFINICIÓN EN TIEMPO DE DESCUENTO. Cuatro a 1 es, en términos futbolísticos, una goleada. No pocos lo vieron como un River y Boca entre la cabeza de dos de los dos poderes del Estado, ambos mercedeños, que se resolvió a favor de quien continuará en el cargo más allá del 10 de diciembre del año venidero. Quizás no, o quizás sí como Presidente, pero en todo caso como Ministro. La semana pasada debió haberse elegido al nuevo Presidente. No se hizo. Algunos apuntaban a que tampoco se haría esta semana, y no faltaban quienes pasaban la decisión para marzo. Estrategia o no, lo cierto es que Semhan apretó a partir de la noche del lunes el acelerador a fondo. En la noche del martes era un secreto a voces que la carrera estaba largada. De hecho, la decisión no pareció fácil. Más de tres horas de deliberaciones marcan el pulso de la decisión. La intervención de Monseñor es algo que nunca se sabrá, más allá de que las especulaciones se inclinan a que la nueva cúpula tribunalicia tiene un paraguas que excede al propio Superior.
En la mañana del lunes, la balanza parecía inclinarse decididamente en favor de Guillermo Semhan, quien desde semanas atrás libraba una sórdida aunque cordial batalla con su par, Eduardo Panseri, quien con el apoyo del Gobierno intentaba destronar al mercedeño que desde hace varios años está al frente del Tribunal, luego de que en una confusa situación el ex ministro Carlos Rubín debiera salir casi por la puerta de atrás, con más pena que gloria, luego de haber sucedido a Eduardo Farizano, quien falleció imprevistamente en 2009.
La pelea era considerada central en el escenario político e institucional de la Provincia, donde no sólo está a la vuelta de la esquina el proceso electoral de 2017 sino, además, candentes cuestiones que el Tribunal tiene en carpeta.
De hecho, una de las de mayor voltaje político fue resuelta -aunque aún no informada- hace muy poco. El Superior hizo lugar a un recurso de casación interpuesto por el actual Intendente de Mercedes en el llamado caso Molina, aquella pelea que tuvo una notable trascendencia en su momento.
Hasta ayer, el fallo no había sido subido a la página web de prensa del Superior Tribunal, aunque seguramente lo será en las próximas horas.
Este medio, en la edición del último domingo, anticipó este fallo que, desfavorable a los gustos del Gobierno, precedió a un mayor dolor de cabeza como terminó siendo el triunfo de Guillermo Semhan, un hábil titiritero resuelto a quedarse al frente del timón tribunalicio. Los que saben aseguran que no fue una operación fácil. Hasta apuestan a que la posibilidad de extender la incertidumbre fue parte de la estrategia que apuntaba a tomar con la guardia baja al Gobierno.
Más allá de la importancia de la elección de ayer, en términos de poder real, un dato no menor es la expectativa que genera y la lectura política de la decisión en cuanto muestra cierto grado de debilidad en un área que nunca ha sido su fuerte y donde cosechó sus mayores amarguras en los últimos años.
Más aún si se considera que la actual composición del Tribunal es producto de las sucesivas gestiones del propio Ricardo quien, salvo la nominación de Fernando Niz, promovido desde el PJ, fue el impulsor de las cuatro restantes.
Lo que está claro, a la luz de las circunstancias que no se limitan a la decisión de ayer, es que Colombi no logra consolidar su poderío en una de las áreas estratégicamente más importantes, porque la mayoría de los ministros actuales tiene por delante varios años de gestión.
Paradójicamente, quizás los primeros en retirarse serán Panseri y el propio Semhan, quien anticipó su decisión de hacerlo una vez que cumpla la edad jubilatoria, algo que inmuta al ministro decano, Fernando Niz, quien ya jubilado ha expresado su voluntad de seguir en el cargo en el que cumplirá, en meses más, quince años ininterrumpidos, todo un logro de estabilidad sin muchos precedentes.
Fuente:www.diarioellibertador.com.ar