Reclusos de una cárcel de Brasil compartieron un asado con una particularidad: en vez de carne de vaca, cocinaron gatos que habrían ingresado al penal tirándolos por encima de los muros de seguridad.

Las terribles escenas, que rememoraron lo ocurrido en algunas ciudades argentinas durante la crisis de 2001, generaron conmoción entre las autoridades de la peligrosa penitenciaría Barreto Campelo, de Itamaracá, en Pernambuco, ya que allí fue donde los internos hicieron un asado con la carne de gatos que ellos mismos se encargaron de desollar.

Según se indicó, esta aberrante práctica fue realizada durante el horario de visita a los internos, en un lugar del penal al que los agentes no tienen acceso. Luego de que la noticia trascendiera, fuentes del Sindicato de Agentes de Seguridad Penitenciaria de Pernambuco (Sindasp) confirmaron que los gatos fueron sacrificados dentro de la cárcel y, luego, su carne fue asada y servida entre los reclusos.

Además, divulgaron imágenes en las que se pueden ver los cuerpos despellejados de los gatos que cuelgan de una viga, debajo de los cuales hay nauseabundos charcos de sangre, mientras que en otras fotos aparece las pieles de los felinos sacrificados.

Investigación
Por su parte, la Secretaría Ejecutiva de Resocialización de Pernambuco anunció que ya fueron identificados los dos reclusos responsables de la matanza, contra quienes se tomarán las medidas correspondientes.

Sin embargo, aún no está claro cómo entraron los animales a la penitenciaría Barreto Campelo, ubicada en una isla del noreste de Brasil, aunque se supone que fueron lanzados desde afuera, por encima de uno de los muros.

El presidente de Sindasp, JoÆo Carvalho, avaló esa hipótesis, ya que aclaró que de las nueve torres de vigilancia que posee la prisión sólo tres se mantenían activas.

El asado de gato fue compartido luego de una revuelta dentro del penal, que incluyó una pelea entre internos que derivó en la muerte de un hombre, de 27 años.