Por Matías Resano

A mis hijos les arruinaron la vida”, exclamó Roberto, padre de dos hijos de 6 y 5 años, quienes fueron víctimas de maltratos físicos y sexuales en el marco de rituales umbandas en los cuales participa su madre, según relató el hombre.

Justamente, uno de los pequeños reconoció a su progenitor que la mai umbanda y los hijos de ésta abusaron sexualmente de él y, asimismo, reveló que a su hermano mayor, que sufre de síndrome de Down y de una afección cardíaca, lo encerraron en la oscuridad para propinarle una feroz golpiza.

En los primeros días de enero pasado comenzó el calvario de Roberto Leve, cuando su entonces pareja conoció por medio de una ser querida a una familia afín a las prácticas umbandas. En principio, la mujer comenzó a frecuentar la vivienda de la calle La Crujía, 5500, de Villa Libertad, San Martín, para desempeñar tareas domésticas. Sin embargo, a los pocos días, Roberto comenzó a advertir comportamientos extraños, principalmente le llamaba la atención que “volvía todas las noches, a las 2 o 3 de la madrugada con mis hijos, que son muy chiquitos”. A su vez, empezó a notar que sucesivamente faltaban objetos de valor en su casa, de la localidad bonaerense de Santos Lugares.

Por lo tanto, ante semejante sucesión de acontecimientos extraños, Roberto acompañó a su esposa y a sus hijos a la propiedad de la mai Griselda, cuya verdadera identidad es Carmen Lucía de los Santos.

En aquella oportunidad, Leve observó que “muchas de nuestras cosas estaban ahí y además vi con mis propios ojos cómo sacrificaban a una gallina delante de mis hijos”, razón por la cual, el hombre siguió de cerca a su ahora ex pareja cada vez que acudía al centro de culto umbanda con los niños y, en una ocasión, fue testigo de cómo “le hacían arrojar a mis hijos un cajón al Río de La Plata, en Vicente López, con frutas, plata y lleno de velas”.

Por si fuera poco, una noche en la casa de su padre, el menor de los niños, de 5 años, reveló que “Griselda me agarra el pito y también me meten el dedo en la cola”, confesión escalofriante que desencadenó una denuncia de Leve en la UFI° 14 de San Martín por abuso sexual. El próximo martes el pequeño será sometido a Cámara Gesell.

Infierno
No sería la única revelación que dejaría sin palabras a su progenitor, puesto que, en otro régimen de visitas, el mismo nene expresaría que “a mi hermano lo ponen en penitencia, lo encierran en el baño y en la oscuridad le pegan los hijos de Griselda”.

El niño, que fue víctima de los maltratos físicos, padece de síndrome de Down y un soplo en el ventrículo izquierdo, afección por la cual “no puede pasar ninguna situación que lo altere y la oscuridad le da pavura y, encima, lo muelen a golpes”, señaló el desconsolado progenitor, que por este hecho realizó otra acusación legal en la UFI° 6 de San Martín.

Sin embargo, sus denuncias impulsaron a su ex pareja a separarlo de los niños, como deja en claro el mismo Roberto, señalando que “desde el 20 de abril que no los veo. Estoy viviendo un infierno, a mis hijos le arruinaron la vida y quiero sacarlos de esa situación, pero la Justicia no hace nada, no sé qué esperan”.