Un grupo de unas 20 personas, encabezada por el empresario Mariano Martínez Rojas, ingresó este lunes por la madrugada a la redacción del semanario Tiempo Argentino ubicada en Amenábar 23, en el barrio porteño de Belgrano, y provocó destrozos en las instalaciones, además de robar documentación del área administrativa de la cooperativa que gestiona la publicación. La Fiscalía de la Ciudad los imputó por "usurpación y daños".

"Poco después de la medianoche, tres compañeros que estaban en la redacción vieron ingresar a un grupo de personas que los amenazaron y los sacaron del edificio", indicó a Télam Javier Borelli, periodista de Tiempo y presidente de la cooperativa.

Inmediatamente, los periodistas avisaron a la policía y al resto de los integrantes del medio. "Cuando se presentaron los efectivos policiales no ingresaron al lugar, según dijeron, por orden de la fiscalía. Al rato y a medida que fuimos llegando varios compañeros al lugar, entraron con nosotros y nos encontramos con estos tipos adentro", describió.

Borelli señaló que "la policía no detuvo a nadie, identificó con un listado a los que estaban adentro y los dejó ir haciéndoles un pasillo para facilitarles la salida".

"Encontramos la redacción destrozada. Rompieron las líneas de cableado, máquinas, sillas, escritorios. Forzaron los lockers e ingresaron al área administrativa de donde se llevaron documentación", detalló.

A través de su cuenta de Twitter, el semanario publicó una serie de fotos que dan cuenta de los destrozos. La denuncia fue radicada en la seccional 31 de la Policí­a Federal Argentina bajo la carátula de "averiguación de violación de domicilio".

Entre los presentes, se encontraba el empresario correntino Martínez Rojas, quien a principio de este año habría comprado Tiempo Argentino y Radio La Red a Sergio Szpolsky y Matías Garfunkel, quienes habían dejado de pagar los salarios.

Sin asumir jamás las deudas con los trabajadores, Martínez Rojas habría declarado públicamente que "desistía de la compra" porque no había sido informado de la deuda real del Grupo 23. "El inmueble no pertenecía al Grupo 23, era alquilado, y Martínez Rojas tenía un contrato de alquiler rescindido, por lo que bajo ningún concepto puede tratarse de un desalojo", aclaró Borelli.

El 24 abril, Tiempo Argentino volvió a salir a las calles todos los fines de semana gestionado por una cooperativa conformada por los trabajadores, después de que los dueños anteriores del Grupo 23 -al que pertenecía el diario- Garfunkel y Szpolski, dejaron de pagar los sueldos en diciembre.

Repudio del Gobierno

La secretaría de Comunicación Pública expresó "su más enérgico repudio al ataque a las instalaciones del diario Tiempo Argentino y señaló que se solidariza con los integrantes de esa redacción, víctimas desde hace meses del accionar irresponsable de un grupo de empresarios".

ASÍ QUEDÓ LA REDACCIÓN