La principal causa de defunción por enfermedades en Corrientes es la neumonía. Representa un 5 por ciento del total de fallecimientos en la provincia (anualmente se registran unos 6 mil). Especialistas alertan que los recaudos se deben mantener durante todo el año, ya que en septiembre se registró un pico de casos.
Según una publicación de la Dirección Provincial de Estadísticas y Censo, sobre la base de datos de la Dirección de Planificación y Estadísticas de Salud, en Corrientes se registraron 6.206 defunciones en 2011, de las cuales 328 fueron a causa de neumonía por organismos no especificados.
La segunda causa de muerte son las distintas septicemias. La tercera está relacionada con insuficiencias cardíacas, la cuarta con el ACV y la quinta con el infarto agudo del miocardio, de acuerdo con lo detallado por las estadísticas vitales de la provincia.
Silenciosa en épocas estivales y llamativa en invierno, los expertos aconsejan un cuidado permanente de esta patología, la cual afecta las vías áreas y los alvéolos. Puede ser de tipo infecciosa o no infecciosa. En este último caso sucede cuando están relacionadas a enfermedades del metabolismo como el lupus.
Las más frecuentes son las infecciosas, originadas por virus y por bacterias. En cuanto al primer grupo es habitual observar en periodo invernal virus como la gripe y sus distintos serotipos. Entre ellos se encuentra el tipo A H1N1 (que es el de la pandemia), de la Influenza B, entre otros. Se suman los primos de éstos como el de la Parainfluenza.
Según informó a El Litoral el jefe del Servicio de Neumología del Hospital Vidal, Aníbal Alegre, también pueden causar neumonía los virus respiratorios de las vías altas como rinovirus, adenovirus y el virus respiratorio sincitial. Este último afecta principalmente a los pacientes pediátricos.
Las bacterias son otros de los microorganismos que causan el cuadro. La más común es la del neumococo, por ello recomiendan a los padres vacunar a sus hijos. Las dosis se encuentran disponibles de forma gratuita en los centros de salud para menores de dos años. Estas, a su vez, pueden ser tratadas con antibióticos. En cambio si la enfermedad es producida por virus, los antibióticos sólo acortan el proceso, según indicó el especialista.

Síntomas y diagnóstico
“Los síntomas más comunes son tos, catarro, fiebre y dolores de espalda”, expresó el profesional. Una vez que la persona concurre al médico, éste lo confirma con una placa de tórax. 
Esto es posible hacerlo en el caso de las llamadas neumonías típicas. Sin embargo, existen varias que se califican como atípicas y son producidas por un grupo de agentes denominados intracelulares.
Uno de ellos es la Chlamydia psitacosis que se aloja en las aves y que origina la llamada, en otros tiempos, fiebre del loro. Otros de los microorganismos que conllevan a la patología son los mycoplasmas y la legionella. Su diagnóstico requiere de un análisis pormenorizado y no es habitual.
Sin embargo, no todas pueden especificarse. En Corrientes la totalidad de las muertes por neumonía no lo están. El especialista explicó que esto sucede ya que “es difícil aislar al agente que causa la enfermedad”. Al tiempo que, “por más que se cuente con los laboratorios más sofisticados, en al menos un 50 por ciento de los casos no se puede especificar por diversos factores, entre ellos, que el paciente generalmente ya ingirió o se inyectó algún antibiótico al momento de hacer el análisis”, explicó. No obstante, se estima que el 30 por ciento de los casos son causados por virus, mientras que un 20 por ciento es originado por bacterias.
Grupos de riesgo
La enfermedad afecta a una amplia franja etaria, sin embargo, se recomienda extremar los cuidados con vacunas para los grupos de riesgos como ser menores de dos años, embarazadas, puérperas, mayores de 65, pacientes con enfermedades crónicas como cáncer, diabetes, Epoc, insuficiencia cardíaca, así como quienes deben tratarse con drogas inmunosupresoras, tal es el caso de lupus y reumas.

Desplazamiento del pico
Alegre recomendó cuidados durante “todo el año y toda la vida”. Este año se registró un pico en septiembre, prolongándose a octubre y noviembre. Se trata de un desplazamiento del comportamiento de la enfermedad que se registró de forma tardía, ya que generalmente se espera en julio y agosto, según explicó el profesional.
“Creemos que esto se debe a que el mismo virus desnuda las mucosas bronquiales y permite alojar bacterias”, indicó. En algunas personas los primeros síntomas pueden asemejarse a un resfrío. Si éste perdura por más de diez días puede relacionarse con una bacteria.
No obstante, este año no hubo dominancia de un virus, como lo fue en un tiempo la gripe A. El experto resaltó que el mejor mecanismo es la prevención con hábitos saludables y sencillos como el lavado de manos, mantener la higiene, airear los ambientes, comer sano. 

Fuente: El Litoral