Un hecho de sangre y de violencia inusitada se registró el fin de semana en una vivienda del barrio La Tablada de la localidad de Esquina, donde un joven de 27 años fue atacado de 14 puñaladas mientras dormía por otro sujeto al que le habría impedido vender drogas frente a su domicilio. El agresor fue detenido.
El hecho tomó trascendencia ayer a raíz del relato de la propia víctima, Miguel Rojas, de 27 años. "Estoy dolorido por los puntazos, recibí 14 puñaladas, tengo cinco cortes profundos en las piernas, perdí mucha sangre, estaba en el nivel 30 que es lo máximo y me desmayé", contó el joven que todavía permanece internado en el hospital con serias secuelas del brutal ataque, pero ya fuera de peligro.
Según recordó Rojas, todo sucedió cuando el agresor rompió la puerta de su casa de una patada y entró directamente a apuñalarlo. "Yo estaba durmiendo boca abajo, por eso la mayoría de los puntazos los tengo atrás", explicó el joven; quien trató de defenderse y por ello también sufrió cortes en las manos y en los dedos.
Miguel fue socorrido por sus vecinos y luego trasladado en estado crítico al hospital local para ser intervenido quirúrgicamente. Allí fue estabilizado y recibió varias transfusiones de sangre que le salvaron la vida.
Por su parte, personal de la Comisaría Segunda tomó intervención en el hecho y pocas horas después logró capturar al agresor y ponerlo tras las rejas a disposición de la Justicia.

DROGAS Y
VIOLENCIA

Sobre los motivos del violento ataque, el joven contó que esta persona estaba molesta porque él le habría impedido comercializar drogas en la cuadra. "Al agresor lo conozco, él quería vender porros delante del pasillo de nuestra casa y por ello tuvimos que edificar y agrandar para que el no pueda ingresar a hacer la casilla", detalló.
Los vecinos que lo socorrieron también dieron su testimonio y corroboraron sus dichos. "Yo vivo pegado al patio de Miguel, y mi hijo me llamó cuando yo estaba en el trabajo, vine sin permiso porque me llamaba mi hijo desesperado que el vecino se estaba desangrando en el fondo", contó uno de los vecinos; quien recordó que "estaba tirado en el patio de la casa con escasos signos vitales". "Mis hijos le hablaban, pero no contestaba, se apuraban porque se estaba poniendo blanco; menos mal que estaban los chicos y lo ayudaron un poco hasta que llegó la ambulancia", agregó.
Finalmente, el testigo se mostró indignado y a la vez preocupado con lo ocurrido, porque "en el barrio todos trabajan y dejan a sus casas y a sus hijos solos".
"En el barrio no lo queremos ver más al agresor; en donde entre, lo voy a linchar porque no se puede más, cualquiera viene de otro barrio, hace cualquier cosa y todo queda en la nada", advirtió.