En cada misa se repitieron las mismas intenciones. Devoción expresada en los silencios, las plegarias y el deseo de tocar la imagen del santo se sucedieron durante todo el día. El párroco pidió en la celebración central que el trabajo siga dignificando a todos. Además, se bendijeron las manos, que son capaces de dar y de decidir sobre cuestiones que inciden en la sociedad.
Texto: Cyntia Romero
Fotos: Nicolás Alonso
El santuario de San Cayetano recibió ayer, día litúrgico del santo del pan y el trabajo, la visita de unas 10 mil personas. En cada misa se reiteraron las intenciones y los pedidos por más y mejores fuentes laborales. Los peregrinos expresaron su devoción por medio de oraciones silenciosas, con una vela encendida y con el deseo de tocar la imagen, aunque tuvieran que esperar mucho tiempo. El pan bendecido se compartió y multiplicó la gracia. El párroco Rubén Darío Valenzuela pidió en la celebración central, en la que estuvieron presentes funcionarios provinciales y municipales, que el trabajo siga dignificando a todos. Además, se bendijeron las manos, que son capaces de dar y de decidir sobre cuestiones que inciden en la sociedad.
Durante toda la jornada los peregrinos llegaron hasta el santuario, participaron de las misas del día y compartieron un almuerzo comunitario. Encender una vela o llevarse una imagen del santo bendecida, fue suficiente alivio para quienes llegaron cargados de necesidades.
En torno al templo, puestos de comidas y de venta de todo tipo de artículos recibieron a los peregrinos, muchos de los cuales llegaron a pie. A pesar de ser un día laborable, la localidad de San Cayetano se vio desbordada de gente.
En distintos lugares se podían observar puestos de atención sanitaria; personal municipal recorría las calles recogiendo basura y asistiendo a la gente. Una fuerte presencia policial se hizo sentir todo el día.
Por la tarde, a pesar de que el cielo gris amenazaba empañar con lluvia las celebraciones, se realizó la procesión. Entre los fieles que acompañaron al santo patrono estuvieron también los ministros de Seguridad, Pedro Braillard Poccard; de Obras Públicas, Aníbal Godoy; el interventor de Vialidad Provincial, Justo Espíndola, y la intendenta Ingrid Jetter. Junto a las agrupaciones gauchescas Santa Librada y Virgen de Luján de Rincón El Sombrero, de a caballo; las imágenes de comunidades vecinas hicieron el recorrido por las calles del pueblo, entre ellas Santa Librada, Santa Marta, Virgen de Itatí, Virgen de Lourdes y María Rosa Mística.
Se observaba además muchos fieles llevando en sus manos pequeñas imágenes de San Cayetano.
La celebración eucarística estuvo presidida por el párroco Valenzuela, y fue concelebrada por el vicario parroquial, el padre Pedro Viana. El sacerdote agradeció el apoyo ofrecido desinteresadamente por mucha gente, para poder llevar adelante los festejos patronales. “Esas personas, como quienes conformamos esta comunidad, somos gente laburante que no tiene mucho, que nada le sobra, pero que siempre está dispuesta a dar”.
Agradeció particularmente el padre Valenzuela, la presencia del personal policial, que durante la novena y la fiesta ofreciera resguardo a los peregrinos. “Demostraron capacidad y profesionalismo; estuvieron para caminar, acompañar y bregar por la seguridad y la paz de todos”.
Manos bendecidas
En otro párrafo de su mensaje, exhortó a todos a “pedir que el trabajo nos siga dignificando”.
Luego, el padre Viana bendijo las manos de todos los presentes. Manos, destacaron, “que pueden alzar a los niños, que firman decretos, con las que se toman decisiones, que atienden enfermos. Manos que deben siempre estar abiertas, extendidas para poder dar y compartir generosas; porque si, como el corazón, las tenemos cerradas, nos volvemos tacaños y no somos dadivosos”.
Ofrecido por una persona devota de San Cayetano, se distribuyó entre los fieles un pan bendecido.
Como en cada una de las celebraciones de la jornada, al finalizar la eucaristía se bendijeron más panes para entregar a los fieles. “Para nosotros y para que alcance también a quienes están en casa, a quienes buscan y a quienes agradecen por el trabajo”, dijo el sacerdote.
Una larga fila de personas que esperaban tomar el colectivo a casa pudo observarse durante toda la tarde. El operativo de tránsito desvió la salida de los peregrinos por el camino que une San Cayetano con Riachuelo, y que sale a la Ruta 12 por la recientemente inaugurada avenida Blasco Ibáñez.
La jornada culminó con la misa de las 20.
Fuente:www.ellitoral.com.ar