26 de julio de 2014
Tompkins cierra sus campos por "inestabilidad económica y clima político salvaje"
El empresario, criticado por su control de grandes superficies en el país, se despachó contra los vaivenes políticos. "Es la segunda gran crisis que sufre la Argentina en los últimos trece años y nadie sabe dónde terminará", disparó, además de señalar que así se hace muy difícil trabajar.
Los vaivenes de la economía local parecen impactar hasta en las decisiones de empresarios impensados.
Al menos, eso es lo que acaba de transmitir el multimillonario Douglas Tompkins devenido en conservacionista.
El magnate, dueño en la Argentina de unas 350.000 hectáreas ricas en recursos naturales -distribuidas entre las provincias de Corrientes, Entre Ríos, Santa Cruz, Neuquén y Tierra del Fuego-, acaba de informar, a través de una misiva, su decisión de cerrar sus estancias productivas en el país.
En simultáneo, dio marcha atrás con un movimiento comercial que este medio anticipó en junio del año pasado: la compra de una serie de campos que, ubicados en Entre Ríos, le hubieran asegurado una salida navegable privada al río Paraná.
Las tierras en cuestión, ubicadas en el municipio de Santa Elena, representaban un activo clave para Tompkins de cara al desarrollo de un proyecto productivo orientado al acondicionamiento de granos, la extracción de aceite de oliva y la producción de miel, entre otras actividades.
Para concretar dicho desarrollo -que levantó cuestionamientos desde su primera mención en el distrito entrerriano-, el empresario se comprometía a desembolsar alrededor de 20 millones de dólares.
A través de la misiva, Tompkins informó su decisión de desactivar la actividad en los establecimientos Laguna Blanca y Malambo, que suman más de 4.100 hectáreas en una de las áreas de mayor riqueza acuífera de Entre Ríos.
Ambos emprendimientos, prometían crear una gran cantidad de puestos de trabajo.
Los argumentos
Al momento de explicar el por qué de este retroceso en su operatoria en el país, Tompkins argumentó que "la decisión de cerrar los campos está profundamente influenciada por la inestabilidad económica argentina y un clima político salvaje".
"Es la segunda gran crisis que sufre la Argentina en los últimos trece años, y nadie sabe dónde terminará, haciendo el trabajo mucho más difícil para nosotros", aseguró.
Además, sostuvo que "el 30% de inflación anual nos ha afectado y ha socavado nuestras finanzas requiriendo una gran cantidad de capital para invertir y un tiempo cada vez mayor para recuperar esa inversión".
"Los costos de los campos se hacen extremadamente difíciles de manejar con las subas decretadas por el Gobierno, tratando de cubrir así los errores de su propia gestión. Esta fue la gota que rebasó el vaso", escribió.
Tompkins enfatizó: "No hemos hemos tomado esta decisión en forma liviana y yo se que para todos aquellas personas vinculadas con el proyecto esta noticia será un shock, más allá de si son miembros de nuestro dedicado y experimentado equipo en los campos, o gente de nuestros otros proyectos, o amigos o colegas nuestros".
"Desde que tomamos este desafío, las demoras, errores y obstáculos inherentes a cualquier proyecto de este tipo de complejidad fueron tales que simplemente sobrepasaron el sistema. Estábamos dirigiéndonos hacia una tormenta que llegué a pensar que no podremos evitar", disparó el empresario.
Los primeros despidos
Según medios de la provincia de Entre Ríos, desde finales de abril el establecimiento Laguna Blanca viene desprendiéndose de personal. Así, la estancia prescindió de unos 20 empleados sólo en ese mes.
En el telegrama de despido, Tompkins explicó que se debía a problemas económicos por los que atravesaba la empresa.
Otros argumentos a los que apeló el multimillonario para justificar el repliegue de actividades responden a cuestiones de índole personal.
En otras palabras, el empresario expuso que "su avanzada edad y los problemas de salud de su esposa eran otros factores que impedían que siga al frente del emprendimiento".
"Me doy cuenta que este es un proyecto que debí haber iniciado hace 25 años, por lo menos, y organizarlo de tal manera de estar involucrado 24 horas, cada día de la semana, aquí mismo, en los campos. Esto no quiere decir que uno sea indispensable, ni que no tengamos un buen equipo, pero este tipo de proyectos tan ambiciosos no se pueden dirigir a la distancia", expresó.
Y concluyó: "Un proyecto de este tipo lleva mucho tiempo, trae muchos dolores de cabeza y mucha inversión. Odio tirar la toalla".
En una nota enviada a la Municipalidad de Santa Elena, el magnate norteamericano comunicó su decisión de retirar su inversión productiva en dicha ciudad, después de "duras consideraciones".
La última movida ambiental
Tompkins viene de hacer una última gran movida en términos ambientales, su campo de acción más conocido -y controvertido- en el país.
En abril pasado, la fundación Conservation Land Trust (CLT), creada precisamente por el magnate, confirmó que hará los aportes económicos necesarios para que el gobierno del Chaco avance con la toma de posesión de las 150.000 hectáreas de la estancia La Fidelidad.
Este espacio se convertirá en parque nacional y para cuya expropiación se requieren cerca de 65 millones de pesos.
Así lo anunció la vocera de CLT, Sofía Heinonen. Douglas Tompkins lleva alrededor de 20 años comprando tierras en países como Argentina y Chile, y donando gran parte de ellas para que resulten integradas a la estructura de parques nacionales de cada país.
Heinonen confirmó que está acordado y firmado con el gobierno chaqueño el compromiso para aportar los fondos que demande la toma de posesión de las miles de hectáreas de la estancia La Fidelidad, en El Impenetrable chaqueño.
La ejecutiva destacó que el caso de La Fidelidad "es un proyecto muy innovador". Y advirtió que "los parques nacionales, por lo general, se han creado en Argentina por intervención del Estado nacional cuando hay tierras fiscales y, en muy pocas ocasiones, se han tenido que comprar tierras".
"En este caso, como todavía no hay declaratoria de herederos de hecho, es muy difícil que se pueda comprar la tierra. De la única forma que se puede llegar a asegurar la conservación de la flora y la fauna en la zona es a través de la intervención del gobierno del Chaco, con la ley de expropiación, como se hizo", agregó.
Perfil controvertido
Como ya se anticipó, además de su rol como empresario de indumentaria (ha sido el creador de las líneas North Face y Esprit de montañismo y deportes extremos), Douglas Tompkins mantiene una intensa actividad en tierras consideradas estratégicas por su riqueza natural.
Por citar un caso, su plan de acción en las 140.000 hectáreas que posee en los Esteros del Iberá ha generado varias controversias en este último tiempo.
En esa área se encuentra el Acuífero Guaraní, considerado uno de los reservorios de agua dulce más importantes del planeta, con un caudal capaz de abastecer a la población mundial por varias décadas.
En más de una oportunidad, el empresario tuvo que salir al ruedo a asegurar que su intención es la de preservar esa zona correntina para -con posterioridad- entregar esa vasta superficie de territorio al Gobierno, para la creación de un parque nacional.
Además de tierras en Corrientes y Entre Ríos, el magnate posee estancias en Santa Cruz, Neuquén y Tierra del Fuego.
Entre las particularidades derivadas de este poder económico vale mencionar que Tompkins controla la naciente y desembocadura del río Santa Cruz, considerado el segundo más caudaloso de la provincia homónima.