PROVINCIALES
21 de septiembre de 2025
"Milei es un pésimo gerente de la gestión pública y no genera confianza"

El legislador y exministro de Hacienda aseguró que el Gobierno nacional no tiene un programa económico. Cuestionó la falta de liderazgo y de voluntad para avanzar con los cambios que no requieren leyes del Congreso, como los incentivos a la inversión, las modificaciones al sistema bancario y al sistema laboral.
El senador provincial y exministro de Hacienda y Finanzas, Enrique Vaz Torres, analizó el contexto nacional y tras remarcar que el grave problema es la falta de un programa económico por parte de la Nación, aseguró que el presidente Javier Milei "tiene un pésimo gerenciamiento de la gestión pública sobre los principales roles del Estado: educación, seguridad, salud y justicia".
En este sentido, criticó fuertemente las declaraciones del ministro Luis Caputo respecto de destinar cada dólar al sostenimiento de la cotización de la divisa. "Eso no es generar confianza, eso es amenazar", aseguró y preguntó: "¿Y después qué?".
"Si se esterilizan los pesos -es decir se utilizan los dólares de las reservas para sostener la cotización -, hay problemas de liquidez y no se accede al financiamiento, si no crece la recaudación y se incrementan los costos, estamos a un paso de que las provincias vuelvan a emitir cuasimonedas para financiarse", alertó Vaz Torres.
"Claramente la expectativa de los actores de la economía de la demanda de la divisa es refugiarse de los desórdenes", consideró y aclaró que si bien la suba actual del dólar "tiene en parte que ver con la incertidumbre del resultado electoral, también tiene que ver con la falta de claridad de un programa económico".
"Al otro día de las elecciones de octubre, las condiciones de inestabilidad cambiaria dependerán de la capacidad de respuesta del Gobierno", anticipó.
"La relación entre la Nación y las provincias está jaqueada", consideró el exministro y aseguró: "Está faltando el liderazgo necesario para poder concitar la convocatoria de los roles definidos por la ley: intendentes, gobernadores y presidente; y después los sectores".
El punto de partida
Vaz Torres admitió, por otra parte, que el Estado en que el Gobierno de Milei recibió la administración nacional "debe haber sido una de las más brutales por la magnitud de la pobreza, la situación de los desajustes macroeconómicos, los grandes desencuentros de la política y la falta de decisiones coherentes en el mediano y largo plazo".
"El ritmo inflacionario era desbocado, estaba totalmente descontrolada la macroeconomía, el financiamiento del gasto público se hacía con emisión monetaria, las relaciones de intercambio comercial con el mundo estaban absolutamente cortadas e impedidas por las tasas de financiamiento para la inversión, no existía ahorro público ni privado, y los niveles de pobreza estaban en situación extrema", recordó y agregó: "La desconfianza hacía que la demanda sobre las escasas divisas fuera creciente y, por otro lado, la deuda del sector público era creciente, endeudamiento interno y externo. Una situación de banca rota muy importante: económica, financiera y social", apuntó.
En este marco, consideró que "los logros que se alcanzaron tienen que ver con una asistencia financiera para poder reprogramar la deuda, una gestión sobre el gasto público que se acomodó a los niveles reales de financiamiento, y la no emisión monetaria, lo cual fue un eje central de la corrección de la inflación".
El costo sobre la capacidad de consumo
Sin embargo, Vaz Torres señaló que "estas correcciones que se hicieron en la macroeconomía, para lograr poner el ritmo inflacionario a niveles adecuados, tuvo un costo importante porque se utilizaron como ancla la restricción monetaria (es decir, no expandir la base monetaria) y la capacidad de ingreso".
"Al no haber capacidad de consumo, los precios no podían corregirse; porque la corrección tarifaria sobre los servicios, que eran los precios relativos que estaban muy atrasados, impactó fuertemente sobre el salario, al actualizarse después de un atraso de casi seis años", explicó.
"Corregir en un año todas estas cuestiones hizo que las posibilidades de consumo de las familias tuvieran un retroceso muy grande, sobre todo la clase media y se tuvo que utilizar parte del gasto en el sostenimiento de los programas sociales porque sin salida laboral y sin un sector privado dinámico que absorba la demanda de empleo, la única salida es que el Estado sostenga a esas familias en situación de vulnerabilidad", agregó.
"La corrección inflacionaria también se logró por la apertura de algunos mercados de importación, con lo cual se generó alguna competencia positiva en el abastecimiento y en las zonas de frontera ya que las personas pueden maximizar su consumo con la misma cantidad de ingresos; pero esto a su vez generó un grave deterioro en los comercios y servicios de las localidades fronterizas con Brasil y Paraguay básicamente", señaló el Senador.
El programa ausente
Para el ex,inistro, el gran problema del Gobierno nacional es la carencia de un programa económico, respaldado desde el punto de vista político. "No existe plan económico que sobreviva sin un sustento político, una protección del ambiente institucional que garantice su instrumentación", remarcó y agregó: "Más allá de la coyuntura electoral, el Gobierno debe explicitar un programa económico que contagie en la sociedad un optimismo que hoy es puro pesimismo".
"Decir que la falta de regulación y las autorizaciones legislativas son el problema para que el programa funcione es una torpeza, porque se pueden hacer muchas cosas sin acudir a reformas legales de fondo", aclaró e indicó: "Los procesos de desregulación son necesarios y estuvieron en aquella famosa ley ómnibus, pero cuando se analizan profundamente encontramos muchas fisuras que se vinculan a la falta de experiencia para poder llevar adelante propuestas concretas".
"No están funcionando los organismos técnicos como el Consejo Federal de Inversiones, la Comisión Federal de Impuestos, para poder identificar con claridad la situación de las provincias, sin especular con cuestiones políticas", criticó.
Vaz Torres aseguró además que no hay voluntad de avanzar con una reforma fiscal adecuada y consideró que "no hacen falta leyes para hacerla, porque con la inteligencia fiscal para analizar los sectores, un relevamiento claro de qué cantidad de contribuyentes potencialmente tienen capacidad de hacerlo y qué cantidad no lo hacen, aún teniendo rentabilidad, se puede avanzar perfectamente".
"Se está manejando a ciegas la obtención de los recursos; la calidad de los servicios públicos no se mide si es eficiente o no, se mide a través de las consecuencias que salen en las noticias", remarcó y agregó: "Faltan incentivos fiscales para el sector interno".
El exministro fue duro también al cuestionar la falta de intervención sobre el sector financiero. "Parece que nadie mira la situación de los bancos que tienen alta rentabilidad. Tiene que haber una corrección fiscal profunda para el sistema financiero que diga: todas las entidades que privilegien los créditos para inversión van a tener una tasa de impuesto a las Ganancias menor, respecto de las que solo se dedican al consumo", ejemplificó y aseguró: "Eso lo puede hacer el Poder Ejecutivo con el Banco Central, no es necesario una ley, porque los incentivos y desincentivos se manejan desde el Ejecutivo; sin modificar una sola alícuota se pueden hacer estas cuestiones, por eso están los propósitos fiscales y los parafiscales".
"La infraestructura es la gran ausente", mencionó también el legislador. "Nadie habla de cómo se va a hacer para que haya inversión; puede avanzarse a través del crédito y después generar el ahorro necesario a partir de la movilidad que genera la inversión, pero estas cuestiones no se están planteando", cerró.
Fuente: www.diarioepoca.com