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EL TIEMPO EN LA CRUZ

5 de abril de 2014

Cuestionan los linchamientos como respuesta a la falta de seguridad

Referentes de Derechos Humanos, académicos y militantes brindaron su opinión respecto de los hechos de violencia. Apuntaron contra los linchamientos y la “mano dura”. Expresaron que la génesis de las agresiones es la desigualdad y el tipo de políticas públicas.

MARIANA BLANCO [email protected] LLAMAN A ABRIR EL DEBATE SOBRE POLITICAS DE CONTENCION SOCIAL La violencia amerita un debate profundo, más allá de las falsas antinomias de un grupo contra otro. Así, dos referentes de las áreas de Derechos Humanos, una militante de un movimiento social que trabaja en los barrios y una académica consultados por El Litoral opinaron respecto de los linchamientos, el delito y  políticas públicas. “Es una situación preocupante el grado de violencia que está generándose en la sociedad, el tratamiento superficial de los medios de comunicación de estos hechos, la falta de respuesta de políticas institucionales. Es un tema complejo y delicado como para alimentar opiniones sin medir la exacerbación de un discurso que, ante la falta de respuestas, ‘hay que solucionar por mano propia’”, expresó la referente de la Red Provincial de Derechos Humanos, Hilda Presman. “Los problemas de la inseguridad, los delictivos, tienen una base económica y social muy profunda. Los indicadores socioeconómicos muestran los más altos niveles de trabajo en negro, bajo salario, pobreza en la región. Si se miran en los centros de salud, hay muchos niños y adolescentes con adicciones”, indicó la abogada. “Es fácil echar la culpa al otro. Del joven delincuente somos todos responsables, del niño que pedía en la calle y que nadie atendió”, expuso la letrada, quien sostuvo ante los hechos de linchamiento que “no se debe banalizar el debate. El debate es más profundo, las soluciones son interdisciplinarias e interinstitucionales. La delincuencia es producto de una problemática social, de una sociedad que ha roto sus lazos de solidaridad”. “Ni el Estado, ni la sociedad respetaron al niño cuando lo veían pidiendo por la calle y ahora reacciona golpeando. Es una visión cultural en la cual hemos perdido los lazos de solidaridad, de contención social”, insistió. “La inseguridad es desgastante, es cierto, es indignante. El problema es que no reaccionamos de la misma manera cuando nos roban el futuro, porque se ataca el eslabón más débil de la cadena. No se observa el daño económico de las malas políticas estatales alrededor de lo social, o del tránsito cuando se pierden muchas vidas, por ejemplo”, agregó. “Canalicemos la indignación hacia los responsables de las políticas públicas”, expresó. “Pedimos mano dura para el pequeño delincuente pero no tenemos una reflexión profunda cuando nos roban el futuro”, añadió. Presman, además, señaló que para terminar con la delincuencia se debe “atacar los núcleos duros de la mafia”, sino el problema es “superficial si sólo se llenan las cárceles”. “Si triplicamos las penas estamos fomentando un circuito de violencia porque no hay prevención. Con la ley Blumberg no resolvimos los hechos de inseguridad. Los ciudadanos sostuvimos con nuestros impuestos una burbuja donde el joven sale con mayor resentimiento social porque no encontró apoyo, ni contención”, sostuvo. De igual modo, el subsecretario de Derechos Humanos de la Provincia, Manuel Cuevas, señaló a este medio que más penas no es la solución a la inseguridad, tampoco la violencia en las calles, es decir, con la mal llamada justicia por mano propia. “Estoy en contra de los linchamientos. No es justicia, es la ley de Talión. En un Estado de derecho tenemos un ordenamiento jurídico para sancionar a quienes comenten los ilícitos. Tomar revancha, empujado por la venganza es delincuencia”, aseveró. “La justicia por mano propia no es la vía para solucionar. Y no se puede justificar esto diciendo que hay un Estado ausente”, expuso. “El delito tiene un contenido social que no se soluciona con penas más duras o más leyes. Esto no dio resultado en ningún momento histórico, ni en ninguna sociedad. Podemos recordar el caso de la tolerancia cero de Giuliani, el alcalde de Nueva York, que se convirtió en una persecución de negros y latinos y no solucionó la inseguridad”, indicó el funcionario. “Aplicar más penas es trasladar los problemas sociales a las cárceles”, afirmó  y añadió: “Lo que hay que tener son políticas sociales fuertes tanto en el ámbito nacional, provincial como municipal. Crear fuentes laborales genuinas, mandar a los chicos a la escuela. Mejorar la reasignación de políticas sociales, que no se limiten a entregar planes sociales”. “Estoy en desacuerdo con los linchamientos pero también con la falta de seguridad. No tenemos por qué tomar por mano propia la idea de hacer justicia. Para eso tenemos la Justicia, la Policía”, expresó a El Litoral la dirigente del movimiento social Barrios de Pie, Eva Romero. “Los hechos de inseguridad se ven en todos lados. No es algo de ahora. Esto tiene que ver con que faltan políticas de contención. No todos los chicos van al colegio, no tienen contención en la familia. Están en la calle. Esto es un problema social”, añadió. “No estamos de acuerdo con que haya arrebatadores pero necesitamos políticas para esas personas que necesitan contención, educación, trabajo digno, que no tienen”, aseguró la referente del movimiento que actualmente atiende unos 24 vianderos en la ciudad.   Un problema del sistema “La carátula de linchamiento, la tematización de estos eventos de violencia en la esfera de lo criminal, chorrea sangre. Es un título poco feliz. Se banaliza el uso de un sustantivo tan fuerte. El ajusticiamiento, la pérdida de la vida, incluye violencia”, expresó la investigadora y docente de la Unne, Nidia Piñeyro. “Se pone la responsabilidad en el ciudadano con la abstracción de otros fenómenos que engloban violencia,  que es el régimen”, indicó la docente, quien aclaró que su opinión es a título personal. “La desposesión genera violencia, no se puede esperar serenidad, tolerancia, equilibrio cuando hay desposesión. Esto habla de cómo funciona el Estado en un sistema capitalista. El rol del Poder Judicial tiene como función la de sostener el estatus quo al sistema, garantizar el orden, que no es garantizar justicia”, señaló. “La génesis no está en la gente peleando entre ellos, que es una pelea de pobres contra pobres”, señaló. “Hay que preguntarnos ¿qué hace un Estado en un sistema de economía de mercado, de acumulación, para impedir que crezca la masa marginal?”, cuestionó. “La violencia es inherente al capitalismo. Este es un fenómeno mundial. Para eso necesitaríamos pensar en otro tipo de sistema”, manifestó.   Fuente:www.ellitoral.com.ar

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