El Gobierno y el PJ, en medio de una negociación compleja
La posibilidad de un acuerdo que contemple las necesidades del Gobierno y del justicialismo está latente. Se trata de decisiones de alta complejidad que pasan por varios aspectos. Desde ambos sectores se han dado señales para avanzar en la definición de temas que son centrales, y otros que forman parte de la letra chica de un eventual acuerdo. En el medio, la necesidad de garantizar los acuerdos que se plasmen. El manejo de los tiempos y las formas pasan a ser definitorios en un marco de desconfianzas recíprocas. Es posible que se habiliten las sesiones extraordinarias en la medida en que los progresos indiquen la posibilidad de decisiones positivas. La designación del flamante Jefe de Gabinete ayuda en la medida en que Capitanich conoce la problemática de Corrientes. En el plano de la Justicia, subsisten los puentes cortados por los otros dos poderes del Estado. La cuestión presupuestaria se halla sin resolución, con severas dificultades para cerrar el año y para atender un nuevo aumento de salarios reclamados por empleados, funcionarios y magistrados. El año legislativo concluye sin tratamiento a la reforma del Código Procesal Penal, cuyo proyecto perderá estado parlamentario. Tampoco está previsto que la Legislatura rechace los pedidos de juicio político reservados en Secretaría, que involucra a la cúpula tribunalicia.
En Corrientes no es mucho lo que queda para cerrar un año político particularmente duro que con tres elecciones tuvo por varios meses en vilo al casi millón de correntinos.
Los cambios operados en la primera línea del Gobierno nacional tienen, sin duda, su importancia para Corrientes; en tanto se trata de la posibilidad de encontrar un marco de entendimiento en una relación distinta Nación-Provincia en la cual el flamante Jefe de Gabinete puede contribuir, como también el propio PJ correntino si es que finalmente se logra establecer un marco de entendimiento que contempla las necesidades recíprocas de Colombi y del justicialismo correntino, en su visión de lo que debe hacerse y no hacerse de acá en más. Un involucramiento lógico si se parte de la idea de que aspira a ser la continuidad del modelo que gobierna la Provincia desde hace 14 años.
Seguramente no será un acuerdo fácil. De hecho, tiene varias facetas que no se agotan en las que se hicieron públicas, y que supone antes que nada vocación y decisión de establecer una agenda bilateral que permita definir el contenido y los tiempos, así como los reaseguros que posibiliten que no termine quedando al arbitrio del Gobierno el cumplimiento de los acuerdos que puedan cristalizarse.
En la Gobernación se habla de la posibilidad de que finalmente el Poder Ejecutivo termine convocando a sesiones extraordinarias. A la fecha es prematuro asegurarlo, en función a que habrá que esperar el progreso de las conversaciones y si de éstas es posible avanzar en definiciones que quizás se den antes de fin de año; o quizás terminen por tomar forma durante los meses de verano, para encontrar solución legislativa con la reapertura de las sesiones ordinarias luego del 1 de marzo.
Temas económicos, sociales y vinculados a la Justicia formarían parte de las negociaciones que permitirán que oficialismo y oposición compartan una mesa común de análisis en una experiencia que, aunque novedosa, se inscribiría en la necesidad de encontrar respuestas que hacen a la responsabilidad propia del ejercicio de las funciones.
EL NUEVO GABINETE
En horas más, quizás el mismo martes, el Gobernador haría pública la integración del nuevo elenco que lo secundará a partir del inicio de lo que será su tercer mandato al frente del Poder Ejecutivo.
Con ello se develará la incógnita que generó la conformación del esquema de poder que servirá además para traslucir la forma cómo los distintos sectores de ECO, tanto socios como del mismo radicalismo, serán satisfechos en su lógica preocupación de estar representados en espacios de poder. Los del vicegobernador, Gustavo Canteros; del saliente, Pedro Néstor Braillard Poccard; así como el liberalismo que encarna "Perucho" Cassani, o el nuevismo que comanda Tato Romero Feris esperan que se dilucide la forma cómo Colombi terminará resolviendo un tema que hace a la corporización en nombres propios de los espacios políticos que a cada sector corresponde.
Eduardo Hardoy, Aníbal Godoy, Susy González, o los Hermanos Jetter también están en el bolillero, así como el sector interno de la UCR que comanda el senador Noel Breard.
Un lote de intendentes que no lograron la habilitación para su reelección están también en lista de espera, con algunos números puestos como "Peteco" Vischi y otros que perteneciendo al sector de los aliados esperan una convocatoria que estiman será un justo reconocimiento al aporte realizado para lo que terminó siendo un nuevo triunfo de ECO, esta vez muy ajustado.
UN PLIEGO QUE
SE HACE ESPERAR
Ya hace tiempo, desde esta misma columna anticipamos que la nominación del reemplazante de Carlos Rubín demoraría más de lo pensado. Se trata de una decisión de alto impacto en el marco de una recomposición de la cúpula tribunalicia que el Gobierno busca se concrete más allá aun de la vacante por ahora existente.
En el medio, la elección del nuevo Presidente del Superior que debería darse la semana subsiguiente, y que posiblemente concluya con una solución salomónica que apunte a prorrogar por tres meses el mandato del actual interinato o la designación de un reemplazante con período acotado hasta que se termine de dar la recomposición del cuerpo.
Fuentes del Tribunal aseguran que la salida de Juan Carlos Codello, esperada en el Gobierno, no se dará al menos hasta el mes de junio; en tanto que Fernando Niz, otro de los ministros ya jubilados, no tendría en principio decidido por ahora su retiro.
Si esto fuera así, el Gobierno debería limitarse a cubrir por ahora sólo la vacante producida por la salida de Carlos Rubín.
En el ámbito del Poder Judicial hay sí ebullición, más que nada por la incertidumbre en torno a lo que será la política salarial. La presión de jueces, funcionarios y empleados se hace sentir sobre la Presidencia del Superior Tribunal, quien no ha logrado establecer, luego de la ida de su predecesor, puentes de comunicación que permitan la definición de pautas de lo que será el presente y el futuro del poder.
EL GABINETE DE RÍOS EN
HORAS DE DEFINICIONES
Otra de las cuestiones que generan expectativas, por momentos aun mayores que las del propio Gabinete provincial, es la integración del elenco que acompañará al electo Intendente de la Capital.
El propio Ríos buscó -en las últimas horas- bajar las expectativas relativizando el tema de los nombres propios. Aun así, y más allá de la importancia que tienen la definición de las políticas a ejecutarse, es una realidad que del acierto de los nombres depende la eficacia misma de la gestión y la proyección que se logre en un escenario muy propicio como el que se presenta al justicialismo, en el que la Intendencia de la Capital no es sino la vidriera del poder con el que el justicialismo apunta a constituirse junto con otras 23 comunas propias en la opción de gobierno para 2017.
En el análisis político, la evaluación de las consecuencias prácticas de los hechos es mucho más importante que la búsqueda de sus causas, y los resultados concretos de cada acción son más relevantes que las intenciones atribuidas a sus protagonistas.
Este axioma ayuda a comprender por qué los recientes cambios operados en el Gabinete nacional representan la modificación más trascendente registrada en el elenco gubernamental durante la última década.
El nombramiento como Jefe de Gabinete del ahora ex gobernador del Chaco, Jorge Capitanich encierra un enorme significado político. Nunca hubo, en los últimos años, un ministro de semejante gravitación política. Es la primera vez que un gobernador peronista pasa a integrar el Gabinete ministerial y en un cargo que lo coloca, debajo de la primera mandataria, por encima de todos los demás miembros del Gobierno.
La última vez que hubo un ministro con peso propio fue Roberto Lavagna, eyectado del Gabinete nacional por Néstor Kirchner en 2006, una vez que el ex Presidente logró sepultar políticamente a Eduardo Duhalde en las recordadas elecciones legislativas bonaerenses de 2005, cuando en un titánico duelo de esposas, Cristina Fernández de Kirchner derrotó ampliamente a Hilda González de Duhalde.
Pero aquella presencia de Lavagna en el Gabinete de Kirchner fue el fruto de una transición y una transacción que tenía que ver con el comienzo de una nueva etapa política. El ex Ministro era el candidato a la Vicepresidencia preferido por Duhalde. Kirchner lo consideraba peligroso. Prefirió al entonces secretario de Turismo y Deportes, Daniel Scioli, presuntamente más inofensivo. Todavía no está dilucidado si fue un acierto o un error.
Los memoriosos recuerdan que el sorpresivo anuncio de la nominación de Scioli como compañero de fórmula de Kirchner coincidió en el tiempo con una reunión en Cariló, en la casa del entonces canciller Carlos Ruckauf, en la que se trataba de posicionar para ese lugar a Lavagna. Tanto es así que Scioli aceptó esa candidatura apenas horas después de haber triunfado en una elección interna en el peronismo porteño, que lo había ungido candidato a la Jefatura de Gobierno.
Con Lavagna, Kirchner subió al Gobierno. Sin Lavagna, concentró el poder político y económico. Pero tanto la designación de Lavagna como su alejamiento tuvieron que ver con una fase de ascenso. En cambio, la designación de Capitanich coincide con una fase descendente.
Las elecciones del 27 de octubre desestimaron toda posibilidad de reelección presidencial. Comenzó ahora otro período de transición, ya no entre Duhalde y Kirchner, sino entre Cristina Fernández de Kirchner y quien la suceda el 10 de diciembre de 2015.
En este contexto, es muy probable que Capitanich, que además ejerce un liderazgo territorial que nunca ostentó Lavagna y pertenece a una amplia red de contención -y protección- con los gobernadores peronistas, desempeñe un papel muchísimo más significativo. Más aún si se tiene en cuenta el incremento de las funciones propias de la Jefatura de Gabinete ante las recomendaciones médicas sobre los cuidados que requiere la salud presidencial.
DE MORENO A KICILLOF
El nombramiento de Axel Kicillof al frente del Ministerio de Economía y la renuncia de Guillermo Moreno a la Secretaría de Comercio Interior exigen también una lectura liberada de prejuicios. Kicillof tiene efectivamente una sólida formación ideológica de izquierda y es partidario de una fuerte intervención del Estado en la economía. Pero se graduó con medalla de oro en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires y es uno de los muchos funcionarios cristinistas que salió de las aulas del Colegio Nacional.
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Por otra parte, más allá de coincidencias y discrepancias con Capitanich, ambos tienen una sólida y antigua relación, forjada a fines de la década del ‘90. Kicillof trabajó en una consultora económica privada con Capitanich y colaboró también con el flamante Jefe de Gabinete en la elaboración de un interesante trabajo sobre federalismo económico y coparticipación fiscal. El fantasma agitado en algunos medios periodísticos acerca de un eventual choque de concepciones contrapuestas entre ambos puede descartarse absolutamente.
Capitanich, pese a su formación profesional en un prestigioso centro de estudios económicos de marcada orientación liberal, es un pragmático. Así lo demostró cuando fue Jefe de Gabinete de Duhalde. Esas condiciones lo colocan en excelente posición para pilotear un cierto "giro realista" en materia de política económica sin abandonar nunca los lineamientos básicos del discurso político gubernamental, del que Cristina Fernández de Kirchner no estaría dispuesta a abjurar bajo ninguna circunstancia.
En ese sentido, resulta lícito conjeturar que el encumbramiento de Kicillof ayude a que ese viraje pragmático en el terreno económico, cuya expresión simbólica ha sido la renuncia de Moreno, pueda compatibilizarse en los hechos con la ratificación de un inequívoco alineamiento político con la figura presidencial.
Amigos universitarios de Kicillof comentan que el Ministro tiene siempre fresca en su memoria la experiencia de la NEP, aquel programa económico aperturista puesto en marcha por Lenin en la Unión Soviética para paliar los efectos del aislamiento internacional en que había quedado sumida esa nación luego de la revolución bolchevique. Según Lenin, se trataba de "un paso atrás para tomar impulso y dar dos pasos adelante".
La analogía resulte tal vez excesivamente forzada, pero no totalmente fuera de lugar. Porque el eje de esta nueva etapa es la necesidad de conciliar la consolidación del "modelo económico" con las exigencias del sector externo, que el año próximo podrían requerir el regreso de la Argentina al mercado financiero internacional, lo que supone cumplir con cuatro requisitos previos: el arreglo de las sentencias contra la Argentina dictadas por el Ciadi, la renegociación de la deuda con el Club de París, el acuerdo con los holdouts y la normalización de las estadísticas oficiales.
Paradójicamente, en estos cuatro temas el Gobierno ha trabajado silenciosamente durante este interinato del vicepresidente, Amado Boudou, y en esas negociaciones cumplió un papel especial el ex ministro, Hernán Lorenzino. No es para nada decorativo que Lorenzino haya quedado a cargo de la renegociación de la deuda. Para el Gobierno, se trata hoy de una misión prioritaria.
EL FACTOR BERGOGLIO
La circunstancia de que Guillermo Moreno pase a residir en Roma podría tener un significado más importante que su rol como agregado comercial en la Embajada argentina en Italia. La esposa de Moreno, la escribana Marta Cascales, una ex militante peronista de Guardia de Hierro que con el tiempo logró concitar la confianza presidencial, tiene un antiguo vínculo con el Papa Francisco. No es un detalle baladí. Existen sólidos indicios que revelan que, con toda la discreción propia de su rol, el Papa está dispuesto a contribuir a facilitar la transición política en la Argentina. No está demás acotar que Capitanich tiene una antigua militancia católica y en este punto debe explicarse la sorpresiva demora en el trámite de la aprobación del Código Civil prevista en principio para que el miércoles 27 se dé media sanción en el Senado de la Nación. Ahí estará, ese día, el Jefe de Gabinete, para dar el informe periódico que la ley impone y que no siempre se cumple.
Un periodista argentino con aceitados vínculos en la Santa Sede sorprendió días pasados a sus interlocutores políticos cuando señaló que "la relación entre el Papa Francisco y la Presidenta no tiene absolutamente nada que ver con la relación que existió entre el cardenal Bergoglio y Cristina Fernández de Kirchner".
Agregó que las ya frecuentes comunicaciones telefónicas entre ambos se intensificaron durante las semanas de convalecencia de la Jefa de Estado. No hay que descartar que, una vez que los médicos lo autoricen, Cristina Fernández de Kirchner, acompañada por toda su familia, viaje a Roma para que el Papa proceda al bautismo de su nieto Néstor Iván Kirchner.
El fructífero diálogo entre el titular de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, otro dirigente político con diálogo directo con el Papa, y el rector de la Universidad Católica Argentina, monseñor Víctor Fernández, un teólogo de mucha confianza del Sumo Pontífice, para eliminar del proyecto de modificación del Código Civil los aspectos más resistidos por la Iglesia Católica trasuntan la existencia de un intercambio fructífero entre ambas partes.
En la comunicación entre Domínguez y la Santa Sede, cumple un rol destacado Aldo Carreras, un funcionario de Daniel Scioli que también ha funcionado como calificado correo entre el Papa y el Gobernador bonaerense. Quienes se precian de conocer la tradicional sutileza de la diplomacia vaticana, señalan que no habría que subestimar el hecho de que, pese las gestiones realizadas en tal sentido, Sergio Massa no haya logrado todavía entrevistarse con el Papa. La mezcla de festejos y sensación de alivio que ganó ayer a los principales adversarios de Guillermo Moreno dentro del Gobierno, con la noticia de su alejamiento de la Secretaría de Comercio, no fue una imagen única. La misma foto se multiplicó en otros espacios del kirchnerismo, en sectores tradicionales del PJ y hasta en los gremios más cercanos a la Casa Rosada, donde la figura de Moreno cosechó innumerables broncas contenidas y más enemigos que potenciales aliados o simpatizantes.
La novedad de la caída en desgracia del otrora súper poderoso Secretario generó un entusiasmo especial entre las filas del peronismo porteño, el sector partidario que más padeció las decisiones unilaterales de Moreno desde que el funcionario, de la mano de Unidos y Organizados, asumió el control del armado político del ultra kirchnerismo en la ciudad, situación que le permitió ejercer un rol clave en la definición de las candidaturas para las últimas elecciones.
QUÉ PASA EN LA
CAPITAL FEDERAL
La postulación de Juan Cabandié al frente de la lista K en la pelea por la Cámara de Diputados, banca que finalmente consiguió el joven camporista, se explica sobre todo por el manejo del polémico Secretario, que logró imponer su voz para colar a sus aliados y hombres de confianza en esas listas.
Con ese panorama de fondo y por lo menos hasta el martes en que se conoció la decisión de Cristina Fernández de renunciar al funcionario, la principal preocupación de la estructura peronista local giraba en torno a la posibilidad concreta de que Moreno buscara extender su manejo sobre el partido alzándose con la presidencia del PJ porteño, que se pondrá en juego en los comicios partidarios del próximo 15 de diciembre.
Un escenario de esas características era, en la opinión de los sectores más tradicionales del PJ capitalino que siempre detestaron sus modos y aprietes, casi una invitación a un futuro de ostracismo y reclusión por lo menos en el corto plazo. En esa dimensión se entiende por qué muchos de ellos respiraron aliviados apenas se anoticiaron de su renuncia y ni siquiera se preocuparon por ocultar el sentimiento.
Por eso no faltaron tampoco en las últimas horas los intercambios febriles y algunas tertulias de festejo entre referentes partidarios históricos, sectores gremiales y hasta algunos dirigentes K de reconocida militancia en el PJ porteño, para comenzar a imaginar un horizonte nuevo para el partido. Esas expectativas se vieron sustentadas por el otro gran cambio dispuesto por la Presidente en su equipo de colaboradores: el desembarco del chaqueño Jorge Capitanich en la Jefatura de Gabinete.
La designación de Capitanich representa para esos grupos una clara determinación de Cristina de equilibrar el reparto de poder dentro del Gobierno en favor de la estructura del PJ, que en los últimos tiempos estaba casi por completo subordinada a los humores del kirchnerismo de paladar negro.
Esa ruptura -interpretan- podría inaugurar una mayor apertura en el proceso de toma de decisiones que involucran a la estructura peronista en la ciudad, habilitando la pretensión de aquellos sectores que pugnan por normalizar la conducción partidaria porteña y a la par fortalecer su competitividad como fuerza política en el distrito que hegemoniza el PRO de Mauricio Macri.
El armado de la futura cúpula partidaria local, que debe definirse en las internas del 15 de diciembre, será un dato clave para saber si las expectativas que alimentan esos sectores tienen alguna posibilidad concreta de hacerse efectivas. La mayoría cree que, por su propio perfil, Capitanich tendrá incidencia en los ejes de la estrategia a futuro del partido y apuestan a conseguir su respaldo para posicionar al frente del partido a un candidato del propio riñón de la estructura peronista local.
Hay varias apuestas en danza sobre la base de ese objetivo, aunque las que hasta ahora parecen recibir mayor crédito son las que involucran, por una parte, al ministro de Trabajo, Carlos Tomada; y por otro, a un referente del ala gremial, donde las chances más concretas mencionan al dirigente Víctor Santamaría. La intención, en cualquier caso, radica en evitar el desembarco de La Cámpora y los grupos que responden a Andrés "Cuervo" Larroque en la conducción del partido.
Tomada es quien más ha trabajado en ese objetivo durante los últimos meses, y la caída en desgracia de Moreno y sus aspiraciones partidarias lo favorecen.
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Pero para consolidar sus aspiraciones tiene por delante una doble tarea. Además de fortalecer su red de aliados dentro de la estructura partidaria porteña promocionando alianzas con otras corrientes con peso propio, el Ministro también deberá atender las consecuencias del encumbramiento político de Capitanich y, en esa línea, potenciar un acercamiento con el flamante Jefe de Gabinete, quien tendrá de ahora en más un poder decisivo para disponer los destinos del armado partidario en la ciudad, como parte del objetivo mayor de digitar la sucesión peronista de Cristina en 2015.
LA POLÍTICA REGIONAL:
LA EVOLUCIÓN DEL REAL,
LOS GASTOS TURÍSTICOS Y
LA SITUACIÓN DE LA CUENTA
CORRIENTE
Sin expandir su intervención en el mercado cambiario, pero renovando las operaciones en el mercado de futuros, el Banco Central del Brasil procura mantener la evolución del real en el franja entre 2,31 y 2,35 reales por dólar.
Se observa en el mercado que la posibilidad de una reducción en las compras de bonos en los Estados Unidos podría volver a presionar al mercado brasileño.
Durante octubre, se registró un récord en el nivel de gasto en el exterior por parte de ciudadanos brasileños. Es así como lo desembolsado llegó en octubre a los 2.314 millones de dólares. La acumulación anual señala que el déficit de la cuenta turística alcanzaría a los 17.200 millones.
Por el lado de la cuenta corriente, durante octubre, el déficit alcanzó a los 7.132 millones de dólares, en tanto el acumulado anual fue deficitario en 67.548 millones. Las compensaciones, especialmente de los ingresos de capital de largo plazo, hicieron que el balance de pagos registre un déficit anual de 2.171 millones de dólares. Cabe señalar que hacia octubre de 2010, el superávit alcanzaba a los 23.431 millones.
Es interesante una observación que realizó la Fiesp. En la misma, señalan que la depreciación del real no ha modificado la tendencia importadora. Es así como se destaca que casi el 80 por ciento del incremento en el consumo interno estuvo dirigido a la demanda de productos importados.
Como cierre, es inminente la reducción en la nota de calificación para la deuda soberana del Brasil. El panorama fiscal y del sector externo, fundamentarán esa decisión. Anticipándose, el FMI está recomendando al Brasil cambios en su política fiscal.
LA SITUACIÓN DE LA
ECONOMÍA LOCAL:
INTENSIFICACIÓN EN LA
DEPRECIACIÓN DEL PESO
Y LA CAÍDA DE LAS RESERVAS,
Y LAS EXPECTATIVAS SOBRE
LAS MEDIDAS
Durante la semana se produjo una sostenida depreciación del peso. Es así como hacia el cierre de semana la cotización alcanzaba a los 6,07 pesos por dólar. La depreciación para el corriente año es de 23 por ciento. Por su parte, el dólar marginal se mueve en la franja de entre 9,90 y 10 pesos por dólar.
Como consecuencia, básicamente, de una mayor flexibilidad en la demanda importadora, las reservas cayeron en torno a los 900 millones durante la presente semana. De esta manera, hacia el cierre del jueves, el nivel de reservas alcanzaba a los 31.656 millones.
Cabe destacar que el nivel anterior comprende a la posición de depósitos del sistema financiero en el Banco Central, que alcanza a alrededor de 7.500 millones, y un estimativo de 2.500 a 3.000 millones de préstamos de corto plazo de entidades oficiales del exterior, los cuales son garantizados con reservas locales.
Para el acumulado anual, la actual posición de reservas supone una caída de 11.634 millones de dólares contra el cierre de 2012.
De momento, y de modo verbalizado, se anuncian algunas medidas que, en algún caso, como los acuerdos de precios, serían continuidad de lo visto hasta ahora. Por otra parte, los números externos también han provocado que se hable de nuevos tipos de cambio, con mercados administrados. También se discurre sobre cambios impositivos y reducciones a los subsidios en los servicios eléctricos y de gas.
Ciertamente, el tema cambiario parece ser el eje de propuestas no necesariamente coincidentes. Ocurre que la actual paridad no es la que equilibraría un mercado que funcionara con menores restricciones. Dada la actual estructura de importaciones, con una alta concentración en dos ramas industriales, lo que se observa son señales contradictorias. En alguna medida, son el resultado del progresivo cierre de la economía nacional.
Es un tema extremadamente complejo, y cuya eficacia dependerá del conjunto de acciones que se tomen. Seguramente, durante la semana entrante se conocerán aspectos más concretos de lo que se piensa hacer. A partir de ahí se podrá observar el rumbo futuro.
Fuente:www.diarioellibertador.com.ar