PROVINCIALES
13 de julio de 2025
Corrientes: Valdés pone en juego un bastión de la UCR con un oficialismo marcado por las fugas

Apostó por su hermano contra tres frentes que aseguran tener chances de ganar el 31 de agosto. La pelea por el voto transversal con Colombi, Ascúa y Almirón.
Por Cesar Pucheta
Con la oficialización de las candidaturas, este sábado Corrientes terminó de ordenar un mapa electoral inédito para las elecciones provinciales del próximo 31 de agosto. Mientras el peronismo apostará a su base histórica, tres de las de las cinco propuestas restantes buscarán pelear por los votos que en 2021 consagraron al gobernador Gustavo Valdés, que ya no podrá ser reelecto.
Valdés consiguió su reelección en 2021 con un histórico 76,9% de los votos, que lo convirtió en el gobernador más votado de la historia de Corrientes. Cuatro años después, parte de la base dirigencial que por entonces lo acompañaba decidió hacer rancho aparte y enfrentarlo.
El gobernador se quedó con la Unión Cívica Radical (UCR), el socio mayoritario del frente electoral cuyo estallido repartió socios en las listas de La Libertad Avanza y de Encuentro por Corrientes, el espacio que lidera el exgobernador Ricardo Colombi, otrora impulsor de Valdés.
Con el peronismo intentando, no sin divisiones, sostener una base que en su campamento estiman por encima del 25% del electorado, Valdés se juega a todo o nada. Está convencido de que puede ganar en primera vuelta, impuso a su hermano Juan Pablo para asegurarse un leal en el sillón de Ferré y hasta se postuló encabezando la boleta al Senado provincial. Los dos primeros tramos de la tradicional boleta de papel en Corrientes tendrán, así, el mismo apellido. El apellido de la continuidad.
Las esquirlas del estallido de Vamos Corrientes
Los nuevos adversarios de Valdés empezaron a renegar de sus formas de conducción justo cuando el gobernador se quedó sin chance de pelear por otro mandato. Los roces ya habían existido antes de las elecciones de 2021, cuando Valdés creó Vamos Corrientes para ya no depender de Encuentro por Corrientes, el sello de Colombi. Sin embargo, en aquel momento todos los sectores se alinearon detrás de lo que parecía, y fue, una topadora electoral.
Cuatro años después, los sucesos se precipitaron en dos líneas que fueron abriendo caminos alternativos para la dirigencia oficialista correntina. La irrupción de Javier Milei generó un espacio de corte liberal que empezó a seducir a los socios que el radicalismo contenía por derecha. Uno de ellos fue Encuentro Liberal (ELI), el partido del histórico presidente de la Cámara de Diputados de la provincia, Pedro Cassani.
Perucho Cassani se empezó a pelear públicamente con Valdés por la boleta única que el gobernador no quería implantar en la provincia y terminó pegando el salto cuando, a partir de la presencia del diputado Federico Tournier en el Congreso, el diálogo con la dirigencia libertaria se hizo cada vez más fluido. Por territorialidad y cantidad de bancas en la Legislatura, la partida de ELI representó un golpe para el armado oficialista, que de cara al 31 de agosto deberá salir a pelear en segmentos electorales donde antes tenía el trabajo cubierto. Ahora, para colmo, esa cobertura juntará voluntades para otros candidatos.
El factor Ricardo Colombi
Antes de la partida de Cassani y compañía, el radicalismo empezó a resquebrajarse a partir de las intenciones de Colombi de volver a pelear por la gobernación. Valdés, empecinado en imponer un proyecto que no mirara hacia el pasado, decidió abrir fuego en una batalla interna que terminó acomodándose con una intervención del Comité nacional de la UCR que terminó beneficiándolo.
Sin embargo, el cálculo de quedarse con el radicalismo todavía no logra determinar el poder de daño ocasionado por el tres veces gobernador, que se llevó a una buena parte de sus viejos aliados y los reunió con algunos peronistas también desencantados con el Ejecutivo provincial.
A partir de eso, Colombi logró construir una transversalidad que tiene a peronistas ocupando lugares estratégicos, como las candidaturas a la vicegobernación y a la intedencia de la capital. Ente sus filas confían que la ascendencia histórica del exgobernador podría retroalimentarse con la territorialidad del peronismo díscolo para salir a buscar a un electorado desencantado con el valdesismo y que, por memoria emotiva y distancia con el mileísmo, podría volver a apostar por la vieja y triunfal boleta verde.
La oportunidad perdida de La Libertad Avanza
Tomando como base el acuerdo conseguido con Leandro Zdero en Chaco, un territorio tan cercano a Corrientes y como el gobernador lo es a Valdés, la expectativa de un acuerdo entre La Libertad Avanza y Vamos Corrientes se sostuvo hasta último momento. Sin embargo, no sucedió.
El purismo impuesto por la estrategia que definieron Karina Milei y los primos Martín y Lule Menem dejó a un costado la posibilidad de una alianza que le permitiera asegurarse un triunfo en primera vuelta que le hubiese dado al equipo violeta su primera gobernación. O al menos se hubiesen ganado el derecho de presentarla así.
Sin embargo, la apuesta volverá a poner a prueba el peso electoral de la imagen presidencial, que en Corrientes tiene casi el mismo nivel de aprobación que la del gobernador. Aunque, vale decir, un poco por debajo. En el oficialismo anotan que es el único potencial de la lista libertaria, que no cuenta con un candidato lo suficientemente instalado, como el diputado Lisandro Almirón, y que parte, en principio, desde atrás.
¿Hay un escenario de cuartos?
En Corrientes nadie quiere hablar de una paridad de cuatro. Todos aseguran que, a lo sumo, hay dos que pelean por entrar a un eventual ballotage, que el oficialismo niega como una posibilidad. El valdesismo tiene un punto a su favor: si Vamos Corrrientes saca 30 puntos menos que en 2021, lo que en cualquier escenario se asemejaría a una catástrofe, hoy estaría en condiciones de ganar en primera vuelta.
Esa es la lectura que hacen en el oficialismo, donde ven al peronismo sin posibilidades de afianzar su base electoral, fruto de la fuga de dirigentes y el apego a un discurso que entienden como parte del pasado.
El candidato del peronismo, Tincho Ascúa, y su equipo piensan exactamente lo contrario. Están decididos a disputarle el discurso de la casta al Presidente con su lema, Limpiar Corrientes. A la par, aseguran que así como el gobernador y Milei forman parte del mismo sistema de poder, Valdés ocupa el lugar que ocupa gracias a Colombi.
Fuente: www.letrap.com.ar