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EL TIEMPO EN LA CRUZ

OPINIÓN

5 de febrero de 2024

Javier Milei, Toto Caputo y un ajuste que amenaza con un shutdown

Entre motosierra y licuadora, apenas iniciado el año, el hiperajuste ya afecta a universidades, ministerios y más áreas del Estado. ¿Hacia un "cierre" masivo?

Por Marcelo Falak

La decisión del presidente Javier Milei y del ministro de Economía, Toto Caputo, de concretar un ajuste fiscal de 5,2% del PBI amenaza, para un momento no precisado del año, con un shutdown, el nombre que se da en EE.UU. al "cierre" de la administración por falta de fondos.

¿Llegará la Argentina a ese escenario imprevisible? El Caputazo depende tanto del paso de la motosierra sobre el gasto nominal del sector público como de meter presupuestos para las diversas áreas del Gobierno, financiamiento a las provincias, salarios en el Estado, jubilaciones, ahorros, pagos a proveedores y esperanzas populares en una licuadora gigante. La magnitud de la estrategia tiene pocos precedentes, si es que tiene alguno. Por lo pronto, transcurridas apenas cinco semanas de 2024, los indicios de shutdown ya inquietan.

La grieta del Norte

Las peleas entre demócratas y republicanos por la autorización anual del Congreso al aumento del tope de endeudamiento del Tesoro suelen derivar, sobre todo cuando los primeros gobiernan y los segundos se atrincheran en posturas duramente fiscalistas, en un tira y afloje por recortes de gastos que, cuando se complican mucho, derivan en cierres de la administración central por falta de financiamiento, en el licenciamiento de unos cuatro millones de personas que trabajan allí –desde la burocracia de los ministerios hasta el personal de museos y zoológicos– y en la suspensión de programas sociales de los que dependen millones de familias.

Se trata de episodios que, lejos de ser infrecuentes, se dieron una veintena de veces desde 1976 y afectaron a Bill Clinton y a Barack Obama, entre otros. También a Donald Trump entre el 22 de diciembre de 2018 y el 25 de enero de 2019 debido a la resistencia de los demócratas del Congreso a entregar fondos para la construcción de un muro en la frontera con México. Joe Biden sorteó esa amenaza en noviembre último tras un acuerdo agónico con la oposición.

Los últimos días de hiperajuste entregaron indicios alarmantes en nuestro país.

Las universidades han advertido que, en caso de que Milei les envíe sólo la partida correspondiente al Presupuesto de 2023 –prorrogado por falta de tratamiento del enviado al Poder Legislativo por Sergio Massa–, podrían verse obligadas a cerrar después del primer semestre. La demora en el pago de salarios que provocó una resolución del Banco Central que le impide al Nación financiar descubiertos de las casas de estudios sumó un elemento de peso a esos temores.

En la misma línea, la autoridad monetaria extendió el cepo de financiamiento a las provincias, que no podrán acudir a sus bancos para anticipar el pago de salarios.

De acuerdo con un trabajo del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), las transferencias automáticas –coparticipación– a las provincias se desplomaron en enero "12,2% en términos reales respecto del año previo". Las jurisdicciones más afectadas fueron Buenos Aires (-14,6%), Salta (-12,4%) y Misiones (-12,2%)", añadió. El año de la megarrecesión recién comienza.

Fuente: IARAF.

Por otro lado, las transferencias discrecionales, dijo Milei, serán cero porque el rechazo de las provincias al capítulo fiscal del proyecto de ley ómnibus le disparó la decisión de dejarlas "sin un peso" y "fundirlas". El Presidente empezó a cumplir: según datos oficiales publicados por el sitio argentina.gob.ar, esos giros cayeron 98% en enero respecto de mismo mes de 2023.

Mientras tanto, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) mantiene suspendido el otorgamiento de becas de investigación previsto para este año y, en vista del desfinanciamiento en curso, teme un cierre.

La motosierra no perdona ni a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y hasta el Ministerio de Capital Humano, supuestamente el único que no iba a colgar el cartel de "No hay plata", sigue semiparalizado entre decisiones de "racionalización" de gastos –que podrían causar el cese de comedores populares en todo el país– y la mora de Sandra Pettovello en cubrir numerosos casilleros del organigrama.

Otros aspectos de un eventual shutdown pasarían –informalmente, por imperio del conflicto social en ciernes y más a la criolla– por las huelgas que los sindicatos podrían comenzar a plantear para evitar que se meta a su gente en la licuadora, en particular los estatales que vienen de perder feo en el primer mes de 2024 con un ajuste salarial de 16%, bien por debajo de la inflación.

Asimismo, una recesión que será profunda al menos en el primer semestre –el FMI prevé una caída anual de 2,8% del PBI en todo al año, que resultaría maquillada por la baja base de cálculo comparativa de la segunda mitad final de sequía de 2023– ampliaría al sector privado la postal de un shutdown extendido. Un botón de muestra: la violenta paralización de la obra pública llevó a la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) a declarar al sector en emergencia y advertir sobre el peligro que corren unos 200.000 puestos de trabajo.

Un ajuste gigante

El Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de confirmar que pactó con el Gobierno un "ambicioso plan de estabilización" que incluye el logro de un "superávit fiscal de alrededor del 2% del PBI este año, que se basará en una combinación de impuestos temporales relacionados con las importaciones y el fortalecimiento de los impuestos sobre los combustibles, junto con esfuerzos para racionalizar los subsidios a la energía y el transporte, los costos administrativos y los gastos discrecionales". Un superávit financiero de dos puntos surge de un recorte de cinco para cerrar la brecha de 3% antes de pago de deuda y generar otro 2% para hacer frente a vencimientos.

El economista Gustavo Reija le dijo a Letra P que "la decisión de prorrogar el Presupuesto 2023 para el ejercicio fiscal de este año determina un doble efecto: por el lado de los gastos, establece un techo nominal, mientras que por el lado de los ingresos permite redistribuir, en forma discrecional, el excedente de recursos fiscales que se obtengan por sobre lo obtenido en 2023".

"Es obvio que, desde un punto de vista nominal, dado el régimen de alta inflación que nuestra economía está transitando, los recursos fiscales de este año excederán los presupuestados el año anterior", explicó.

Como, en los términos de esta columna, el shutdown de la Argentina iría más allá lo que ocurriera solamente con el sector público e implicaría una paralización de sectores clave la economía, el especialista advierte que "el Gobierno se encuentra ante la necesidad de realizar un delicado equilibrio entre lograr la mayor licuación posible del gasto real sin que esto implique una caída de la actividad tal que, por vía de la recaudación, haga que se ingrese en un círculo vicioso en el cual, como un perro que se muerde la cola, la caída real de la recaudación por caída del producto lleve a una nueva reducción del gasto ad infinitum".

"En un escenario de esas características, las tensiones internas del modelo se intensificarán", cerró.

¿Será posible el "cierre" de un país?

Fuente: www.letrap.com.ar

 

 

 

 

 

 



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