El presidente Alberto Fernández instó a los gobernadores a tomar medidas para reducir la circulación y también disponer controles para que las mismas se cumplan, no sólo de noche sino también durante el día. En mayor o menor medida, junto a los 11 gobernadores y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, coincidieron que hubo una suba de los casos en sus territorios y hay un sistema sanitario en riesgo. El Presidente resolverá la continuidad de las restricciones dispuestas en el último DNU, con foco principal en el AMBA. Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta participaron del encuentro y plantearon la necesidad de medidas más duras para bajar los contagios. Pero mientras el gobernador bonaerense remarcó que las clases presenciales aumentan la circulación, el jefe de gobierno esquivó el tema. 

"Está claro que hay un epicentro en el AMBA pero hay alertas en varios lugares del país", comentó el Presidente en una jornada de 23.718 casos distribuidos principalmente en provincia de Buenos Aires y la Capital Federal, pero con provincias como Córdoba, Santa Fe, Mendoza y San Luis también con alto número de contagios. "En este año aprendimos de la experiencia, el secreto es reducir la circulación", insistió. Para eso, había que tomar medidas, pero también establecer controles para que se cumplan. Y, una verdad de Perogrullo, que no alcanza con las restricciones nocturnas porque "el virus no sale a las 20 horas, el virus está todo el día". "Hay que recordar que los cuidados deben estar de día también, hay que hacer esa tarea docente con la sociedad", les pidió.

Fue la continuidad del zoom que Fernández mantuvo el martes con los diez gobernadores del norte más los de Entre Ríos y San Juan. De este segundo encuentro participaron los de la región centro y la Patagonia. También. como el martes, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, hizo un repaso sobre la situación sanitaria, la peligrosidad de las nuevas cepas, la ocupación de las camas de terapia intensiva con pacientes cada vez más jóvenes y las urgencias para atender la demanda de oxígeno, cada vez más escaso. 

Apoyo desde el AMBA

La atención estaba puesta en la participación de Rodríguez Larreta, luego del conflicto que abrió con el Gobierno a propósito de las clases presenciales en CABA, que está a resolución de la Corte Suprema. Fiel a su estilo, el jefe de gobierno optó por destacar que se reencontraran todos los gobernadores, lo mismo que las reuniones que venían teniendo con los funcionarios de Nación para coordinar medidas. "Las medidas que impulsaste vienen bajando la circulación en el transporte público y en autos particulares", le reconoció al Presidente. Describió la situación de casos en la Ciudad como de "meseta después de una crecida muy grande" porque el promedio es de 2.700 contagios. "Una meseta, pero muy alta que no es sostenible en el tiempo y nos obliga a reforzar las medidas para reducir los casos diarios", reconoció. 

Por eso, dijo que coincidía con Fernández en la necesidad de reforzar los controles a la movilidad y que se cumplan las restricciones vigentes y las que eventualmente puedan agregarse en el próximo decreto. Pero no dijo nada respecto a las clases presenciales y del intenso movimiento de docentes, alumnos y padres que generan, el nudo de la controversia con Nación y Provincia. El jefe de gobierno porteño contó que un rato antes habían consensuado con el Ministerio de Seguridad cierre de accesos viales y de bocas de subte, lo mismo que incrementar retenes y controles en el tránsito.

Como estila, Kicillof describió con crudeza la situación en la Provincia, donde marcó que se produjo durante el último mes un crecimiento exponencial de casos que se tradujo en una ocupación de unidades de terapia intensiva como nunca antes de la pandemia. Le agradeció al Presidente las últimas restricciones porque evitaron el desborde sanitario en el AMBA, pero que igual debía actuar rápidamente para aplanar la curva de casos. Para eso había que buscar las maneras de reducir la circulación e insistió en que las clases en las escuelas "implican una movilidad muy grande". "Las decisiones que tomes Alberto en el AMBA vamos a acompañar", concluyó.

El resto en tensión

En el mapa que fueron describiendo los gobernadores coincidieron en marcar una curva creciente de casos y un sistema de salud que se acerca a la saturación. Fue lo que planteó, por ejemplo, el gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, quien advirtió que el mayor grupo de contagio se da entre los 19 y los 39 años. Que incluso llegaron a tener un fallecido de 29 años. Por eso se mostró a favor de mantener las restricciones nocturnas, que es el momento de los encuentros sociales de los jóvenes. 

El gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, contó que tuvieron el pico de casos por el movimiento de Semana Santa y que ahora también están en una mesa alta, de alrededor de 1600 casos, sin que todavía hayan verificado la circulación de las nuevas cepas. El santafesino Omar Perotti dio cuenta de una ocupación de camas de terapia intensiva del 86%, con una situación similar a la Córdoba, con un amesetamiento alto de casos. Llevó una propuesta muy local: que el domingo se liberara la transmisión televisiva del clásico rosarino Newell's-Central para que la gente se quede en su casa y no vaya de un lugar a otro. 

Fuente:www.eldestapeweb.com