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EL TIEMPO EN LA CRUZ

20 de enero de 2013

En Corrientes, todo está por verse

Todo indicaba que la disputa se iniciaría en marzo venidero. Los tiempos se adelantaron. En la gatera están ya todos los caballos. La vuelta del Gobernador, junto con la efervescencia que comenzará a mostrar la interna del justicialismo, serán el condimento de algo que se cocinará a fuego lento. Una carrera de resistencia donde primará el temple, cuando no el coraje y la decisión de los que se anoten para una pelea que, como en la loba, tendrá sucesivos descartes, hasta llegar a la pelea de fondo en un mano a mano, en el que los terceros quedarán afuera del ring side. Se jugará el poder político de la Provincia, en una elección con fuertes implicancias para el poder central. “En el justicialismo no hay un candidato natural, admitido y reconocido”, disparó desde Santo Tomé, Carlos Farizano. Debe pasarse una interna. En ECO mantienen firmes sus pretensiones Perucho y Ricardo, y por la libre Nito y Mario Bofill, que si bien hablan de un tercer espacio, parecieran dar demasiadas vueltas, con el riesgo de terminar enredándose antes de la partida.
Por CONFUCIO

 

El clima vacacional reduce las novedades, pero multiplica las especulaciones. La visita de Cristina Fernández de Kirchner a Cuba vincula directamente la política argentina con la incertidumbre que signa el escenario regional, a raíz del estado de salud de Hugo Chávez, que hace virtualmente imposible su retorno al ejercicio efectivo de la presidencia venezolana. La ausencia de Chávez genera un gigantesco vacío. Las previsibles complicaciones domésticas del “post-chavismo”, tornan imposible la posibilidad de que Nicolás Maduro pueda asumir el liderazgo regional vacante. Las inevitables tensiones, propias de una Venezuela sin Chávez, permiten descartar esa opción. Los hermanos Castro, gestores del precario sistema de transición instaurado en Caracas, temen que la desaparición de Chávez disuelva el “eje bolivariano”, y vuelva a colocar a Cuba en una situación de aislamiento similar al que padeció en la década del ´90, a partir de la disolución de la Unión Soviética, un escenario que sólo empezó a revertirse precisamente con el ascenso de Chávez, en 1998. En ese contexto, La Habana teje hipótesis alternativas. La primera, gira en torno a la figura de Rafael Correa, en vísperas de ser reelecto en la presidencia de Ecuador. Correa está muy interesado en erigirse en el heredero de Chávez. Su perfil político es aceptable para los cubanos y venezolanos, y también los otros dos socios del club bolivariano: el boliviano Evo Morales y el nicaragüense Daniel Ortega. La duda reside en si, por dimensión de país, Ecuador está en condiciones de sustituir el rol político de Venezuela. Aquí entra precisamente en juego la segunda de las variantes barajadas en La Habana, y que gira en torno de Cristina Kirchner. La reciente visita presidencial a Cuba contó con la aprobación de los Castro, y el tenor de las conversaciones mantenidas habría tenido las características de un sondeo preliminar. Es obvio que la Argentina no forma parte del “eje bolivariano”, pero también es cierto que mantuvo una posición decididamente autónoma, en relación a Estados Unidos, y cultivó siempre estrechas relaciones con todos sus integrantes. En la práctica, desde la asunción de Néstor Kirchner, la política exterior argentina se movió en una suerte de punto intermedio, entre Venezuela y Brasil. El hecho nuevo es que la ausencia de Chávez genera la posibilidad de que Brasil aproveche esta oportunidad, para asumir una posición hegemónica en el escenario sudamericano. Todo indica que en relación con Venezuela, la diplomacia de Itamaraty se manejó siempre con ese objetivo. Por un lado, durante la presidencia de Lula, los brasileños se comprometieron con el Departamento de Estado a “contener” a Chávez. Por el otro, ahora Dilma Rousseff contribuyó a abrir a Venezuela las puertas del MERCOSUR. En ese momento, pareció un gesto político de acercamiento a Chávez, pero los hechos revelan que la maniobra tenía como finalidad, atraer a la Venezuela post-chavista. UNA OPCIÓN TENTADORA La posibilidad de que Brasil consolide una hegemonía regional, neutralice a Venezuela y desarticule al “eje bolivariano” como opción política, perjudica por igual, aunque por distintos motivos, a Cuba y a la Argentina. A Cuba, porque podría perder un aliado estratégico que le resulta absolutamente crucial para su economía. A la Argentina, porque desaparecería la opción política de “centrear” pragmáticamente, entre Brasilia y Caracas. Con los eufemismos, las palabras y los silencios propios del ritual diplomático, esta evaluación no puede haber pasado desapercibida en las conversaciones que la mandataria argentina sostuvo en La Habana. En definitiva, quedó flotando en el aire la necesidad para ambas partes, de resolver una ecuación cuyos dos términos serían un mayor protagonismo regional de Cristina Kirchner, para compensar la vacancia dejada por Chávez, sin que esto signifique la adscripción formal de la Argentina al “eje bolivariano”. Aunque la coincidencia haya sido totalmente fortuita, cobra otra dimensión la gira emprendida por la primera mandataria por los Emiratos Árabes Unidos, Indonesia y Vietnam, que además de sus importantes objetivos económicos, tanto en cuanto a la apertura de nuevos mercados como a la atracción de inversiones extranjeras provenientes del mundo emergente, como el Fondo Soberano de Abu Dhabi (de carácter estatal y el más importante del mundo), y no de los países desarrollados, apunta a revertir el aislamiento externo de la Argentina, en relación a los grandes centros financieros internacionales. Como en política las casualidades a menudo se anudan con las causalidades, es pertinente subrayar en este caso, el papel desempeñado por el Secretario de Comercio, Guillermo Moreno, responsable de esta gira, cuya influencia cada vez mayor en Cancillería, se extiende incluso al campo de las relaciones con Estados Unidos, a través de la designación de Cecilia Naón, en lugar de Jorge Arguello, en la embajada en Washington. En este sentido, habría que prestar atención al nombre de Daniel Carbonetto, erigido desde hace varios meses en uno de los principales asesores de Moreno. Este economista, tan heterodoxo como controvertido, que en la década del 80 colaboró en Perú con Alan García, podría cumplir un rol de asesoramiento para una eventual mayor proyección de la imagen regional de Cristina Kirchner. LAS VARIABLES DOMÉSTICAS Desde el punto de vista doméstico, la proyección de Cristina Kirchner como una líder regional, que asume un papel político que trasciende incluso las fronteras argentinas, podría ayudar a legitimar ante la opinión pública la reinstalación de la hipótesis de la reforma constitucional y de la reelección presidencial, al tiempo que facilitaría la “demonización” de la oposición mediática y corporativa. En este panorama, corresponde incluir, como un elemento adicional, que en las próximas semanas, no más allá de marzo, el Gobierno aguarda una sentencia desfavorable de la Cámara Civil y Comercial, que revocaría la decisión del juez Horacio Alfonso y declararía la inconstitucionalidad de los artículos 45 y 161, de la Ley de Medios Audiovisuales de Comunicación. Este previsible revés procesal, que constituye a la vez una derrota política, colocará el pleito con el grupo Clarín en manos de la Corte Suprema de Justicia, y permite colegir que la campaña electoral de este año, se realizará con el actual sistema de medios y con Héctor Magnetto jugando todas sus cartas a la derrota del oficialismo, ya no como hasta ahora, sino como nunca, o como dice el tango, “como si fuera la última vez…”. La conjunción de circunstancias externas e internas, entre las que no hay que subestimar el peso de las crecientes tensiones salariales y la ofensiva sindical en ciernes, hacen que la aparente calma de la pausa veraniega sea engañosa, y que en las próximas semanas retorne un clima políticamente tormentoso. Cristina Kirchner sabe perfectamente que en la poblada vereda de enfrente están alineados los principales medios de comunicación, un puñado de grupos empresarios de primer nivel, la mayor parte del sector agropecuario, la coalición sindical que integran la CGT de Hugo Moyano, la CGT “Azul y Blanca”, de Luis Barrionuevo y la fracción opositora de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), que encabeza Pablo Miceli, en activa convivencia con los sectores de la oposición, identificados con el PRO y el peronismo disidente, que tiene también vasos comunicantes con importantes dirigentes del peronismo territorial, empezando por Daniel Scioli y Sergio Massa, por ahora enfrentados entre sí. Es obvio que para enfrentar a semejante constelación de fuerzas, se requiere una dosis descomunal de voluntad política y un empleo sistemático, intensivo e implacable de los recursos del Estado. En el oficialismo no es hora para tibios. Esa prevención resulta más que necesaria ante una “clase política” que hace de la tibieza una virtud, y suele definir sus pasos, no tanto por sus convicciones, como por los pronósticos meteorológicos, sobre la consistencia o debilidad de los poderes de turno. UNA DECISIÓN QUE NO DEBERÍA SORPRENDER El Gobierno argentino ha tomado una posición nacionalista a ultranza, en su pelea en los tribunales neoyorkinos, en torno a los llamados fondos buitres. Una última decisión judicial pareció poner algo más que en apuros a la administración cristinista, generando incluso, cortocircuitos en el área chica del poder presidencial, donde una vez más, primó el criterio de la Presidenta, decidida a desdoblar la apuesta, como ya lo hizo en otros variados temas, entre ellos, el de de la Fragata Libertad, que luego de muchos avatares, llego a buen puerto. En este marco, y contra todos los pronósticos respecto a los resultados finales de esta cruzada presidencial, en las últimas horas surgieron promisorios indicios de que la Corte Suprema del Estado de New York, se aprestaría a resolver el caso argentino, dando la razón al Estado Argentino, en lo que sería una decisión de altísimo voltaje, con un impacto no solo en lo doméstico, donde no faltaron los detractores de la política, seguida por el país en este sentido, sino también en el mundo de las finanzas internacionales, donde un precedente de esta naturaleza contribuiría a no crear antecedentes que el día de mañana puedan complicar renegociaciones de la deuda de países, por cuya estabilidad apuesta el propio sistema. Esto es; que en el fallo de la Corte de New York entraran a jugar otras circunstancias, que sorpresiva y sorprendentemente, beneficiarían la posición sostenida por Cristina Kirchner, quien con este eventual fallo podría remontar en lo domestico, muchos de los puntos que en la imagen ha perdido en los últimos meses. Más que la tutela de los intereses privados, entra a jugar, en estas circunstancias, la necesidad de darle mayor previsibilidad a los procesos que hacen a la economía de los países en crisis, con la necesidad que esto conlleva de no establecer precedentes que el día de mañana impacten de lleno en el sistema financiero mundial. Si finalmente esto ocurre, y el Gobierno argentino logra revertir una decisión que se consideraba más que difícil, las acciones presidenciales registrarían un fuerte impulso con impacto en la economía, y en los bonos internacionales. JUEGO DE INTERCAMBIOS La reedición de conflictos de la Provincia con la Nación, parece un clásico que se repite para estas instancias del año. En enero de 2012, recordemos, se había manifestado el juego de provocaciones con el famoso partido de futbol amistoso de Scioli y Macri, en Mar del plata, retrucado por el vicegobernador Gabriel Mariotto, con su foto junto a Amado Boudou, para marcar su propia agenda de gestión, que por aquel momento, pasaba por la sequía en distintas provincias, entre ellas Buenos Aires. Ahora, el conflicto es de una dimensión menos espectacular que aquella de 2012, pero exponen a Scioli frente a sus líderes del proyecto nacional. Hay que empezar por una valiosa acumulación de dólares, que para cualquier mortal, es demasiado importante, pero tal vez menguada con respecto a fortunas a las que algunos otros políticos no dan explicación, o la vinculan con herencias o juegos de azar. Los poco más de 120 mil dólares que debió blanquear Daniel Scioli -quien se niega a pesificarlos- son motivo de más de una dura réplica de parte del kirchnerismo duro. La misma tuvo como protagonista al senador nacional Aníbal Fernández, justamente alguien que demoró y resistió demasiado la pesificación de sus propios dólares, aún con la recomendación realizada por la presidenta Cristina Fernández. Pero un Fernández “enderezado” le dijo al Gobernador que debía “dar una mano”, en el sentido de no dejar en ridículo a la número uno del proyecto nacional, pero también por motivos que hacen a la supervivencia económica. La pesificación, no hace falta explicarlo, tiene un enorme poder emblemático para desalentar la compra de dólares, tan necesarios para otros menesteres, como pagos de servicios externos de deuda y adquisición de insumos para energía. Scioli intentó fundar en un problema personal su retención de los dólares. E hizo de ese problema personal un problema político. Señaló al respecto, que necesita financiar tratamientos médicos de seguimiento por el desprendimiento de su brazo. Suele ir a Italia entre una y dos veces al año por tal motivo. Igualmente, desde el kirchnerismo, de manera informal, han opinado que no es suficiente argumento, y que hay alternativas de calidad casi equivalente a los tratamientos europeos. Todo es cuestión de debate en política, hasta la salud del Gobernador. Un segundo motivo de enfrentamiento, y no menor, es el de la demora en viajes a Mar del Plata, de los trenes a cargo de la Provincia de Buenos Aires, mediante la empresa Ferrobaires. Hay que recordar que esta empresa había sido intervenida, en febrero de 2011, a raíz de un choque de esta línea con una formación del ferrocarril San Martín, registrándose cinco muertos y 120 heridos. En un episodio que parece repetirse, tanto Nación como Provincia acuden al estrépito mediático y mutuamente se acusan. El ministro del Interior y Transporte (y aspirante a Gobernador), Florencio Randazzo, señaló que toda la culpa en esas demoras, de hasta doce horas, recae sobre la Provincia y su empresa ferroviaria. En tanto, funcionarios provinciales aluden a la creación de un órgano de control y ejecución, de órbita nacional, que Randazzo parece ocultar. En definitiva, dirían en la Justicia Civil, se trataría de “culpas compartidas”. Pero en este caso, nadie asume el costo. Como con la crisis del aguinaldo de mediados de 2012, el sciolismo pretende salir airoso y convertir un costo propio en algo ajeno. Por ahora, algunos emporios mediáticos le ayudan, y mucho, a Scioli en ese objetivo. En pleno enero, los enfrentamientos entre referentes kirchneristas y sciolistas se mantienen en suspenso. No hay un alerta, ni seguimiento de los conflictos. PARITARIAS EN ESTRENO Finalmente, el Gobierno provincial cumplió con su convocatoria a paritarias para definir aumentos salariales, comenzando por el sector docente. Salvo que las partes se vieron las caras en un nuevo año, no sucedió ninguna sorpresa. Como era previsible, no hubo oferta. Los gremios aprovecharon para señalar sus inquietudes, entre ellas, que se reclame por el incremento del mínimo no imponible, para reducir la cantidad de docentes que hoy pagan ganancias. Pero, en este caso, el Gobierno bonaerense sólo puede hacer una gestión ante la AFIP, y nada más. Pero la administración bonaerense se mantiene firme en resistir, algo que sí puede hacer es bajar el tope salarial, para definir el pago de asignaciones familiares. Hoy, en la Provincia, sobrepasando los cinco mil pesos, se deja de percibir ese beneficio, que equivale a un promedio de dos mil pesos anuales, según la cantidad de hijos en situación escolar. Para demostrar alguna acción, se resolvió convocar a comisiones técnicas en distintas áreas, como salud, previsional y otras. Algunos conocedores del mundo gremial detallaron que no existe reglamentariamente, la formación de “comisiones técnicas”, ya que todo debe decidirse en las mismas paritarias. Más allá de todo, la decisión fue tomada, y esto permitió al gobierno de Scioli mostrar gestión acerca del conflicto salarial, y ganar tiempo, porque las comisiones técnicas demorarán al menos unos quince días, en acercar algún dictamen. Como también señaló un dirigente sindical, que por ahora no fue convocado a estas paritarias: “nada se define en la segunda quincena de enero”. ¿Y LA PROVINCIA? El Gobernador finalmente regreso, y como era de esperar, -ya lo había anticipado Confucio- el decreto, al menos bajo el brazo, no vino. Dijimos en la columna del domingo anterior, que Colombi se había tomado un tiempo de reflexión en torno a una decisión de cuyo acierto puede depender el éxito o no, de su propia reelección, para la cual hoy sigue siendo el favorito más allá de lo que indiquen algunas encuestas, - todo en la medida en que sepa manejar las contradicciones que impone el escenario, y no se equivoque en el manejo de los tiempos en los que la situación nacional cobra importancia, como también la forma en cómo finalmente se desarrolle y desenvuelva la interna del peronismo provincial, ubicada en el centro del escenario. En relación al justicialismo, todo parecía indicar, hasta hace poco, que la interna sería un simple trámite administrativo, en el marco de un consenso que, con algo de ingenuidad, se reducía a la aparente contradicción entre Fabián Ríos y Camau Espínola, estableciendo la premisa de que un acuerdo entre ambos sellaría un marco de unidad que la realidad muestra distante. La irrupción de Vamos Compañeros en la interna, casi sobre el final del año, difícilmente pueda ser considerada como una jugada improvisada, que no contemple aspectos de la realidad provincial y nacional, al punto que para el propio poder central puede terminar siendo la vía de equilibrio, en una disputa que comenzaba a mostrarse ya desigual en favor de las huestes del gobierno provincial, antes que nada, porque el justicialismo hasta ahora no logra consolidar una masa crítica, con aptitud para sostener la pelea de fondo contra un Colombi decidido a mantener el poder, cueste lo que cueste. Hasta ahora se dieron los primeros escarceos. Hay debilidades y fortalezas de ambos lados, y la mutua necesidad de acotar la conflictividad del proceso, para evitar que el mismo se salga de madre en una coyuntura donde la interna justicialista -que además es abierta- interesa y mucho a la recomposición del tablero político provincial, en un ajedrez que no pareciera para improvisados, en un momento en el que todo tiene que ver con todo. La feria judicial de enero dio tiempo para que los sectores contrapuestos del justicialismo, busquen armonizar en el plano de los propios intereses, las reglas de juego en torno a la contienda electoral, para evitar que la misma termine convirtiéndose en una batalla campal que ponga al peronismo en la vidriera y no de la mejor forma. La realidad y la experiencia muestran la necesidad de acordar sin demoras definiciones puntuales, como son la conformación de la junta electoral, que hoy muestra una integración marcadamente desequilibrada, como que sus cinco integrantes son exponentes de cada una de las patas de la llamada cooperativa. Se impone además, acordar las modalidades de la contratación del servicio de Encontesa (ex correo argentino), quien tendrá que realizar la distribución y recolección de las urnas en tiempo y forma, y bajo todas las garantías, con un conteo definitivo en instalaciones del propio correo, y con un sistema informativo que asegure la difusión de los resultados la misma noche del comicio. Hasta ahora, ningún progreso parece haberse registrado en esta contratación, que necesariamente debe ser acordada previamente. La necesidad de establecer reglas de juego claras y publicas, en una contienda en la que votaran 420.000 correntinos, y que tendrá en vilo a la sociedad, pareciera estar fuera de toda discusión, como presupuesto de las posibilidades que luego tendrá el peronismo en la elección general. Un alto grado de conflictividad con la judicialización y mediatización de una interna, no parece resistir el análisis, aunque a la hora de las decisiones políticas, muchas veces los dirigentes terminan jugando a la chica, sin considerar que el todo de la nada es nada. EL DEBATE EN LA LÍNEA DEL SECTOR OFICIALISTA Hasta el momento, la posibilidad de que Camau sea finalmente candidato, está en un 50%. Esa es la realidad. Tan cerca del si como del no, como está la re re de los Intendentes, o como está el mismo desdoblamiento o no de las elecciones. Más allá de las contradicciones que impone sortear con posibilidades una elección interna en la Capital, que no es lo mismo que una elección general, en el oficialismo municipal se considera que jugar a la Gobernación, es jugar a todo o nada, lo cual abre un escenario de dudas. El poder central tampoco parece dispuesto a dar una chequera en blanco. Apunta a resultados y quiere, antes que nada, un esquema sólido que muestre al peronismo peleando de igual a igual con Ricardo. Hasta ahora no se ve eso. La posibilidad de una Intervención al partido no se descarta, en este marco de las necesidades nacionales de dar una pelea con posibilidades de éxito. En este aspecto, y como ya lo dijimos, el triunfo no depende solo del candidato. Hay que tener discurso, estrategia, estado mayor, un partido ordenado y alianzas electorales y de poder, con envergadura suficiente para la pelea de fondo. Nada de esto se ve por ahora, en el peronismo. De ahí la importancia de jerarquizar el proceso electoral para que el mismo termine en la unificación, y no en una diáspora que conlleve a la posibilidad de una fractura expuesta Mas que una alianza electoral -dijimos antes- aquel que quiera realmente pelear con posibilidades en este 2013, deberá sellar una alianza de poder, lo cual da la pauta clara de la provincialización del escenario, como que es en Corrientes donde se gana o se pierde la elección, todo lo cual, lejos está de minimizar la importancia que tiene como juegue el poder nacional, aunque supone que nunca, desde Buenos Aires, por la propia dinámica de los hechos, se suplantará el cuerpo a cuerpo con el cual, a la hora de la verdad, se definirá la elección de Corrientes. La posibilidad de un plan B, que suponga terminar votando en la última semana de septiembre, se contrapone con el adelantamiento, que a criterio de los analistas oficiales, tiene muchos aspectos positivos, pero también es cierto que la caída de la imagen presidencial progresiva y sostenida en Corrientes, sumada a la complicación que muestran los números de la economía, podrían incidir más a favor del Gobierno provincial, pateando la elección para adelante, de la misma forma que la articulación de las alianzas, en las que el ricardismo ha mostrado una notoria mayor capacidad que la de sus oponentes, aconsejaría hacer jugar todas las expectativas y todos los intereses en una sola fecha. «La carne en el asador se pone una sola vez, y el asado se come en el momento justo», es una regla por todos conocida, como también que en el poker, para ganar, no solo hay que dejarla pasar cuando no se tiene juego, sino que hay que saber refichar cuando sí se lo tiene, para aprovechar el viento de cola. Otro cabo suelto para todos, de un lado y de otro, es la re re de los intendentes. Son 17 los que están en la misma situación, incluso algunos del justicialismo que han operado en estos días, a favor de un pronunciamiento favorable. En este sentido, los tiempos de la justicia no son los de la política, y aunque a fines de año hubieron presentaciones realizadas por intendentes del liberalismo, difícilmente una vez reiniciada la actividad tribunalicia, se llegue rápidamente a una decisión que, claro está, tendrá connotaciones políticas vinculadas con el desarrollo del proceso electoral. En este sentido, no hay que olvidar que la Corte, sea la Corte Nacional, como la local, como la misma Corte de New York, que se apresta a darle la derecha a Cristina, es por esencia un tribunal político, lo cual no necesariamente va en menoscabo de su alta responsabilidad de ser la intérprete final de la Constitución. Hoy podemos decir, sin temor a equivocarnos, que la realidad muestra exactamente las mismas posibilidades, en sentido positivo como negativo. “Estamos en un 50 y 50”, admitió una fuente habitualmente bien informada. LA VUELTA DE UN CLÁSICO El retorno del programa Vamos Compañeros, que bajo la conducción de Antonio Taeta Haedo, sale todos los días de 16 a 17, por LT Radio Corrientes, en dúplex con FM Capital y LT 25 Radio Guaraní, de Curuzú Cuatiá, junto a una amplia red de emisoras FM de toda la Provincia, con cabecera en FM Class (89,1), marca la decisión de jugar fuerte, no solo para las internas del 17 de marzo, sino para el tiempo que viene después. En ese marco, podría confirmarse la vuelta de otro suceso, como lo fue «Vamos hacia el ´91», por Canal 13, esta vez con el título «Vamos hacia el 2013». En esa oportunidad, el programa que se emitía todos los domingos de 20 a 21, fue el que posibilitó afianzar el triunfo, en la noche de la interna del ’90, con una extensísima caravana que instaló el triunfo por sobre las disputas judiciales que se dieron después, por la violación de las urnas. La victoria quedó ya legitimada, y lo fue por la fuerza de los medios, que junto a la justicia, serán dos de los andariveles de la lucha por el poder en las elecciones de septiembre.

Fuente:www.diarioellibertador.com.ar


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