Seguramente, Gerardo Durán (33) nunca imaginó lo que podía sucederle a la salida de esa fiesta a la que había sido invitado. La reunión era en el barrio Carlos Pellegrini, de Pilar, y un amigo lo había entusiasmado para que se acercara. Y fue. Lo hizo junto a un sobrino, que presenció todo. De una discusión se pasó a los insultos, de los insultos a la agresión y de la agresión a Gerardo, a la pelea por su vida en un hospital municipal.

Todo había transcurrido normalmente hasta que un cambio de palabras en medio de la reunión sirvió para encender la mecha. Fuera de la fiesta, Gerardo discutió con un joven pero lo que era un fuerte cambio de palabras entre dos personas se convirtió en segundos en el brutal ataque de una patota. Instintivamente, Durán corrió, pero trastabilló. Un menor de 15 años lo pateó sin piedad, aunque la indefensa víctima alcanzó a pararse e intentó escapar de un ataque del que ahora tomaban parte no menos de ocho personas.

Extenuado, sin fuerzas, Gerardo volvió a tocar el piso pero esta vez fue alcanzado por un terrible puntapié a la altura de la sien izquierda. "Le pegó un hombre mayor que tenía puesto esos borceguís que usan los empleados de seguridad. Fue tremendo, brutal. Mi tío quedó tendido sin que nadie lo auxiliara", comentó su sobrino.

Gerardo Durán, padre de dos hijos, se encuentra por estas horas internado en el Hospital Municipal Juan C. Sanguinetti, de Pilar, donde fue intervenido. Estuvo cinco días inconsciente y, cuando logró superar ese estado, los médicos advirtieron que había perdido el habla. "Uno se da cuenta de que quiere hablar, pero no puede. Los profesionales que lo atienden dicen que sufrió graves daños neurológicos y que recién dentro de unos días podremos saber si hay otras consecuencias. Por ahora sabemos que no puede hablar y que su cuadro general es muy delicado", comentó un familiar.

La indignación de los familiares de Durán se acentúa al saber que no hay ningún detenido por este caso. "Nos dijeron que no pueden apresar a nadie porque no hay pruebas concretas de lo ocurrido", señalaron amigos de la víctima.

La realidad dice que Gerardo se encuentra tendido en una cama de un hospital de Pilar, producto de una tremenda agresión. Sería bueno que desde el ámbito policial y judicial colabo ren para que aparezca un responsable de un hecho que, a todas luces, pinta como para quedar impune. No suena lógico que alguien se encuentre peleando por su vida y sus agresores caminen por la vida como si nada hubiese ocurrido.