Una vez más, los miembros del Estado Islámico volvieron a conmover al mundo con sus tremendas atrocidades, demostrando el gran desprecio que tienen por la vida humana. Un grupo de yihadistas pertenecientes al temible grupo terrorista decapitaron a cinco personas, entre ellas, tres futbolistas y su director técnico en el centro de la ciudad de Raqqa.

Dicha ciudad siria, ubicada a 540 kilómetros al nordeste de Damasco, es considerada la capital de la organización terrorista en ese país árabe. La razón de los terribles asesinatos fue que los líderes religiosos de esta agrupación entienden que el apoyo al fútbol es contrario a las leyes del Islam y además se les acusó de ser espías del grupo rebelde kurdo.

Los extremistas decidieron cortar las cabezas de los futbolistas Osama Abu Kuwait, Nihad al Hussein, Ihssan al Shawakh y el técnico Ahmed Al Shawakh, que formaban parte del equipo popular Al Shabab.

Frente a decenas de personas, entre las que se encontraban niños y adultos mayores, los yihadistas cortaron sus cabezas y dejaron sus cuerpos tirados sobre el asfalto.

Ante esta situación, el presidente de la Unión General de Deportes, Muafak Joma, condenó los crímenes, pero al mismo tiempo admitió que no le resultaba extraño el comportamiento de la organización extremista, ya que continuamente realizan acciones similares.

Hace dos años que ISIS tomó la región de Raqqa, prohibió los deportes organizados como el fútbol.

Antecedente

Éste no fue el primer acto sangriento del grupo terrorista en relación con el fútbol. Cabe recordar que el año pasado asesinó a 13 adolescentes por observar el partido de la Copa de Asia de Naciones entre Irak y Jordania.

Los menores fueron sorprendidos viendo el encuentro por televisión en la ciudad iraquí de Mosul. Los adolescentes fueron secuestrados y luego ejecutados en público con armas automáticas.

En Raqqa se permite jugar al fútbol a aquellos que tengan menos de quince años. Después de esa edad, dicho deporte está prohibido. Los terroristas aducen que el fútbol distrae a los adultos de sus deberes religiosos y oraciones