19 de octubre de 2015
Siniestro vial en San Miguel dejó como saldo la muerte de joven pareja
Por los tumbos del vehículo el varón falleció en el acto. Ella sobrevivió, era suboficial de policía, y víctima de una crisis nerviosa se disparó en la cabeza. Fueron hallados uno al lado del otro.
Una mujer policía se suicidó ayer de un disparo en la cabeza después de ver a su novio muerto a causa del despiste y vuelco de un automóvil, en el cual viajaban sobre la Ruta Nacional 118, en la localidad correntina de San Miguel, a unos 140 kilómetros de la capital.
Se trata de Lilibet Marilen Ibalo, de 23 años, quien en un presunto estado de shock emocional decidió efectuarse un tiro con la utilización de su arma reglamentaria, una pistola calibre 9 milímetros.
La información recabada por diario época indica que a raíz del siniestro vial perdió la vida un joven identificado como Dardo Urreli, de 24 años, quien conducía el Chevrolet Aveo en el cual circulaban desde San Miguel hacia el pueblo de Loreto.
La pareja había concurrido a divertirse a un local bailable, del cual salieron unos minutos antes de las 6, de acuerdo a los datos que manejaba la Policía.
En el kilómetro 150, en un tramo de recta, el automóvil de color negro despistó, salió de la carretera y tumbó en reiteradas ocasiones hasta quedar semidestruido.
Urreli murió a causa de severos traumatismos y estallido de cráneo con pérdida de masa encefálica. Al ser despedido del asiento, el vehículo cayó sobre su humanidad.
Ibalo, en tanto, resultó lastimada pero las lesiones al parecer no eran de gravedad. Su cadáver fue hallado aproximadamente a un metro del cuerpo del hombre con un disparo a la altura de la sien.
La principal hipótesis en torno al caso apunta a que la mujer, quien trabajaba como numeraria de la comisaría de San Miguel con la jerarquía de cabo, sufrió una crisis de nervios al observar a su novio sin vida.
Al llegar, las autoridades policiales de San Miguel encontraron un panorama dramático, con el automóvil bastante dañado y los cuerpos de las víctimas, uno casi al lado del otro.
El arma de fuego de la que salió el disparo que mató a Ibalo estaba apoyado sobre su mano. La joven sufrió un orificio de entrada pero no de salida, puesto que la bala habría quedado alojada en la cabeza.
En el escenario del incidente de tránsito no había huellas o rastros de alguna frenada como tampoco rastros de la participación de un segundo vehículo.
Supuestamente el auto salió de la cinta asfáltica y sobre la banquina perdió estabilidad hasta comenzar a volcar.
Ambas personas habían concurrido a un local bailable para pasar una noche de diversión con amigos.
La noticia de la tragedia comenzó a divulgarse con rapidez y la consternación invadió a las familias de ambos jóvenes como también a sus allegados.
Las redes sociales fueron empleadas para manifestar estados de congoja y dolor.
Por decisión judicial los cuerpos fueron trasladados para ser sometidos a un estudio médico forense.
En principio, la causa habría sido iniciada como accidente culposo en accidente de tránsito y supuesto suicidio con el empleo de un arma de fuego.