16 de julio de 2014
Fin del éxodo de argentinos: la emoción de haber vivido una final mundialista
El pasado viernes a la siesta, cinco colectivos partieron desde la costanera correntina con rumbo carioca. Más de 70 horas de viaje (ida y vuelta) transcurrieron entre cantitos de hinchada, ronda de mates o cerveza/fernet y conversaciones con una temática en común: el anhelo de salir campeones y lograr plasmar la tercera estrella en la casaca albiceleste.
Aunque el cielo alentó por los mismos colores, la final pasó con el resultado menos esperado. Pero aún así, el orgullo correntino de arengar por la albiceleste se evidenció a lo largo de los kilómetros recorridos.
FLORENCIA MESA
@floraeme
La final se rió de Janeiro
Pasó el 13 de julio tan esperado por todos. Vivimos una nueva final de la copa del mundo con nuestra selección como una de las protagonistas del show.
Una final que incluyó sufrimiento, llanto, abrazos a desconocidos por el simple hecho de portar la bandera celeste y blanca, alegría, orgullo, pasión. El protagonismo argento fue un hecho y el orgullo de haber llegado a una final después de 24 años era innegable.
La oportunidad se esfumó con el gol que catapultó a Alemania a la cima del mundo, pero experimentar tantas emociones y momentos únicos implicó, para todo aquel que viajó tantas horas para vivirlo, hacer realidad un sueño. Será en Rusia 2018 y lo veremos por televisión, pero estando acá uno no puede permitirse volver a casa con bronca.
Tantos kilómetros para festejar el subcampeonato siendo locales en Rio de Janeiro no tuvieron desperdicio. Jamás voy a arrepentirme de esto.
No queda duda alguna de que la derrota fue dura; sin embargo, los sentimientos negativos se evaporaban al caer la noche. Los argentinos no dejaron de bromear a los brasileros ni de celebrar una agónica derrota que posicionó a la selección nacional como la segunda mejor del mundo.
Fuente:www.ellitoral.com.ar
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