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21 de enero de 2025

Milei sepultó el nuevo IPC y hay fuertes internas en INDEC

Un mensaje en la red social X reavivó la polémica por las estadísticas. Un economista de la Di Tella advirtió que, con la medición actualizada, la inflación del 24 hubiese sido 16 puntos más alta. La publicación expuso -como viene alertando PáginaI12- las diferencias con el IPC CABA por el peso de los servicios en los costos familiares. La furia de Lavagna por la nueva medición que ya lleva tres meses sin salir y quienes son los que trabajan para que los números nuevos no se apliquen.

Por Leandro Renou

Un mensaje en la red social X volvió a traer a la agenda diaria un tema que Página I12 viene advirtiendo desde hace un año: que la decisión del gobierno de Javier Milei de demorar la publicación de la nueva metodología de cálculo de inflación está subestimando consumos actuales que llevarían a los precios generales -sin romper la tendencia a la baja- a un escalón bastante más elevado que el actual. 

La referencia es a un texto corto que publicó en su cuenta personal el economista de la Universidad Di Tella Martín González Rosada, quien alertó que, medido con la Encuesta de Hogares del 2018, la más nueva y realizada, precisamente, para usar el nuevo IPC, la inflación en 2024 hubiese sido 16 puntos mayor a la que fue. Es decir, más cercana al 134 por ciento que al 117 que terminó dando el organismo oficial, midiendo con la Encuesta de Hogares del 2004/2005, que es la que se sigue utilizando por decisión política de Milei, con el objetivo de no alterar ni en lo más mínimo la baja de la inflación en el escalón que está, más cerca del 1 que del 3 o el 4. 

Vale decir que la actualización de la medición se hace, en todo el mundo, porque los consumos poblacionales, con los años, mutan. En este caso, la medición vieja, con base 2004, no pondera de manera adecuada el peso que hoy tienen los servicios (internet, prepagas, celulares, etc) en la canasta de gastos fijos de los hogares. Tampoco la carga que los hogares tienen cuando pagan el alquiler. 

Por esa razón es que el debate sigue puesto en que el dinero a la gente no le alcanza, aún con la desaceleración inflacionaria desde el 12,5 que dejó Sergio Massa hasta el 2,7 por ciento de la última medición del gobierno de Milei. El propio INDEC informó, semanas atrás, que los servicios tuvieron, en 2024, un alza de 190 por ciento contra 96 por ciento de los bienes, sobre todo alimentos, que es lo que más pondera en la canasta vieja. De allí que, hace al menos tres meses, se vean diferencias marcadas entre el IPC Nacional y el IPC CABA de más de un punto. Dado que el de CABA usa la canasta del 2018, es decir, pesa de manera correcta cuánto gastan las familias en servicios públicos en general. 

Por qué es importante un nuevo IPC

González Rozada, que en su cuenta incluso hace un análisis pormenorizado de cómo afecta la medición vieja a cada segmento poblacional y a cada región, se encarga de aclarar que los cambios de mediciones no modifican tendencias, pero sí impactan en otros factores atados al IPC

Un ejemplo, si la inflación del 2024, bien medida, daba 134 por ciento, las jubilaciones hubiesen subido más de lo que subieron, por sólo citar un caso. Naturalmente, también los números viejos hacen estéril cualquier comparación de medición de poder de compra de los salarios versus la inflación. Sin mirar cómo se utiliza el IPC para calcular otros puntos centrales de la economía del país. Es decir, aunque no afecte las tendencias generales, el cambio de números sí impacta en temas sensibles

Rozada, que está al frente de la cátedra de Econometría de la Di Tella es, además, un economista que viene mostrando independencia política en sus posiciones, lo cual hace su dato aún más interesante: sin ir más lejos, fue el propio Gobierno de Milei el que, el año pasado, usó hasta el hartazgo su cálculo de baja de la pobreza adelantado. 

Ética, legalidad y los que juegan

La demora en la publicación del nuevo IPC no representa ilegalidad, pero sí marca una cuestión ética de parte del Gobierno. Es que el nuevo indicador está terminado desde antes de octubre del año pasado, tal lo comunicó el propio Marco Lavagna, que atraviesa días de fuerte enojo con las presiones de Casa Rosada para que no se aplique el nuevo método. Tanto es así que, para evitar cuestionamientos por la falta de representatividad del IPC, sacó en 2024 una calculadora virtual para que cada familia se mida su propia inflación en base a costos.

El nuevo IPC está validado por el FMI, que recomienda actualizarlo cada 5 años. A fines de octubre del año pasado, Brian Graf, representante técnico del organismo, se reunió con Marco Lavagna y le confirmó que el IPC nuevo estaba listo para salir. Pero nunca vio la luz. Por esas curiosidades de la política, esa fecha coincide con el despido de INDEC de Analía Calero, la entonces titular del nuevo IPC. 

El deadline era presentar la nueva metodología en noviembre para aplicarlo en la medición de enero, pero nunca se hizo. Pedro Lines, un ex CEMA que entró a la Dirección Técnica del INDEC durante el Gobierno de Mauricio Macri y hoy juega a full con los libertarios, fue quien se encargó de aclarar que la medición nueva podría ser un tiro en el pie para la expectativa inflacionaria del Gobierno. 

En Casa Rosada no ocultaron su decisión de no modificar el IPC. Fue el propio vocero, Manuel Adorni, quien apuntó que corrigiendo la base se alteraba el proceso de desinflación. Lavagne entendía, de todos modos, que como la corrección grande de precios regulados (tarifas) se había realizado en su mayoría en 2024, ya durante 2025 se podría corregir lo que se evitó hacer antes. También creyó mal: hoy, en el Gobierno admiten que, en año electoral, es imposible arriesgar aunque sea el mínimo márgen respecto al caballito de batalla de Milei, la baja inflacionaria   Fuente: www.pagina12.com.ar  

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