NACIONALES
6 de octubre de 2024
La devaluación del real trae el fantasma del fin de la Convertibilidad
Brasil devaluó el Real un 14,2%, frente al régimen de cambio semi fijo de Milei. La inflación ya erosionó el 85% de la competitividad ganada por la devaluación de inicio del gobierno libertario.
Por Luciana Glezer
Cuando el real estornuda, en la Argentina se desata un temporal. Quedó claro tras la crisis de 1999, cuando la devaluación de la moneda brasileña sentenció de muerte a la Convertibilidad.
Una situación que, con las enormes diferencias que existen, presenta sin embargo algunos contornos similares con lo que ocurre hoy: tenemos un régimen semi fijo del peso, frente a un Brasil que viene devaluando su moneda.
El13 de enero de 1999 Brasil decidió implantar la libre flotación de su moneda, lo que significó una devaluación del real del orden del 9 %. Pasada una semana, la devaluación ascendía al 29 %. El investigador Julian Kan relaciona aquella fenomenal devaluación del real con lo que posteriormente fue el estallido de la convertibilidad en 2001.
"Al modificar Brasil el tipo de cambio la supervivencia de la Convertibilidad era un camino sin retorno para las fracciones con menos capacidad exportadora y con producción para el mercado interno. En este contexto, era necesario que se elaborara una política de protección industrial por medio de arancelamientos, que fueron reclamadas en todo este período, o que se modifique el tipo de cambio para compensar la asimetría con el país vecino. O ambas cosas", recuerda Kan en su trabajo "Integración regional y burguesía argentina: El impacto de la devaluación del real". Nada de eso ocurrió y el sistema terminó implosionando.
Como Brasil es el principal socio comercial de la Argentina, las fluctuaciones del real golpean el valor de las exportaciones nacionales. Cuando Brasil se abarata en dólares, el comercio exterior argentino pierde competitividad. Desincentiva la venta de bienes y servicios a Brasil, mientras que favorece la demanda de productos del país vecino.
El comercio bilateral entre Argentina y Brasil fue de USD 2351 millones en agosto, esto equivale a un 8,5% menos que en agosto del año pasado, cuando sumó de USD 2568 millones. El intercambio cayó además con respecto a julio pasado (-0,7%), debido a la disminución de las exportaciones en un 2,7%, mientras que hubo un incremento de las importaciones de un 1,4%, según datos de la Cámara Argentina de Comercio (CAC).
El déficit se mantuvo en septiembre, pero luego de 14 meses de logró crecer en el intercambio global. El déficit comercial fue de USD 182 millones, pero hubo una fuerte mejora del comercio bilateral que totalizó USD 2.726 millones, una suba de 27,1% anual respecto al alcanzado en septiembre de 2023, la primera suba en catorce meses (Ver informe de Abeceb).
La canasta que exporta Argentina a Brasil se compone fundamentalmente por materias primas lideradas por Soja, Petróleo crudo, Mineral de hierro , Petróleo refinado, y Maíz. De origen industrial, se destaca la industria automotriz especialmente vehículos de carga, que es casi una concesión brasileña en aras de mantener el Mercosur.
"Las exportaciones se mantienen a buen ritmo porque la devaluación del Real todavía no se comió la nuestra de diciembre del año pasado. El problema es que de continuar la tendencia, se vuelve misión imposible mantener la actual tasa de devaluación del 2% mensual", dijo a LPO un empresario petrolero.
Para la industria el golpe es aún mas duro. "Nosotros padecemos el desplome del mercado interno, nos golpea y la inflación, y trascarton la devaluación de Brasil encarece nuestras exportaciones y nos vuelve cada vez menos comprables", afirmó a LPO el gerente comercial de una alimenticia que vende y compra al país vecino. "Gano plata comprandole las galletitas a Brasil, no me conviene fabricarlas", concluyó.
Desde la fenomenal devaluación del peso del 13 de diciembre pasado el Índice de Tipo de Cambio Real bilateral que mide el Banco Central se redujo a la mitad. Tras la suba del 118% del dólar oficial con el arranque del gobierno, el índice tocó los 176,6 puntos. Fue el nivel más alto desde la salida de la Convertibilidad. Pero la inflación ya erosionó el 85% de la competitividad ganada por la devaluación.
Cuando asumió la presidencia Javier Milei el Tipo de Cambio Real Multilateral se ubicaba en 83,19 puntos, casi 17% abajo respecto a diciembre de 2015. El promedio de enero 2016 a junio 2024 fue de 104,77 puntos. En lo que va de 2024 el real se devaluó un 14,2%, pasó de 4,85 reales por dólar en diciembre del 2023 a los 5,49 reales que vale un dólar actualmente.
El tipo de cambio real multilateral promedia los tipos de cambio nominales y las variaciones de precios de todos los países con los cuales Argentina tiene flujos comerciales. Es una manera de evaluar si la paridad cambiaria potencia o desincentiva el comercio exterior. Un tipo de cambio bajo hará que las exportaciones sean caras en dólares y difíciles de exportar, mientras que si está alto se tornan más atractivas para el resto de los países.
"El tipo de cambio se fue apreciando, eso resulta evidente a los ojos de todos, y se va a seguir deteriorando de acá a diciembre excepto que haya un cambio en el esquema cambiario", señaló a LPO Jorge Carrera, ex vicepresidente del Banco Central.
Carrera subraya que este deterioro afecta a las exportaciones y a la competitividad de la producción local frente a las importaciones. Esto quiere decir que conviene traer productos importados antes que comprar acá. Lógicamente esto incluye viajes al exterior.
"Volvimos a ver promociones de paquetes a Grecia y Turquía por USD 2000. Fenómenos que conocimos bien en la época del famoso deme dos", agregó Carrera.
Otro punto interesante que marca Carrera es que si bien el tipo cambio real multilateral muestra un deterioro, no refleja con exactitud el precio del dólar blend al que acceden exportadores, ni el que viene con impuesto país que compran los importadores.
En un sentido similar se pronunció Robin Brooks ex jefe de estrategia del banco Goldman Sachs, que fue determinante: "La ganancia de competitividad que se obtuvo con la devaluación de diciembre se vio totalmente erosionada por la alta inflación y la decisión de volver a vincular el peso inmediatamente al dólar. La única forma de solucionarlo es devaluando. Es algo inevitable e ineludible".
Fuente: www.lapoliticaonline.com