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3 de marzo de 2024

La estrategia de Martín Llaryora para el Pacto de Mayo y el nuevo armado de Luis Juez

El gobernador condiciona el acuerdo que propone Javier Milei. El senador cree que se puede dar vuelta la tortilla en la Legislatura. Candidaturas, al freezer.

Por Yanina Passero 

Desde que Martín Llaryora ganó las elecciones provinciales, Luis Juez recibe en su histórico estudio jurídico de la calle Corro a los hombres autopercibidos “mesa chica” del gobernador de Córdoba. Dejan el despacho como entraron: el senador no se va a mover de la línea de fuego de la oposición y del rol colaborativo con Javier Milei.

“El que habla mucho con Llaryora es Rodrigo de Loredo”, soplan desde las trincheras juecistas para marcar un contraste que, como se sabe, divide al radicalismo dialoguista, con presente o pasado vinculado a las gestiones municipales, y la línea menos permeable.

 

Fuentes peronistas, bien ubicadas en el mapa de poder provincial, admiten que la convivencia con el Tribunal de Cuentas que encabeza el juecista paladar negro Beltrán Corvalán viene complicada, con expedientes pisados y una mirada de halcón sobre cada documento.

Esta postura era la esperada. Sin embargo, en el equipo del gobernador saben que Juez tiene herramientas para golpear al gobierno provincial o darle mayores problemas.

Por ejemplo, avanzar con la derogación de la nueva ley que “adaptó” el organismo de contralor a las nuevas circunstancias, gracias a la mayoría de Juan Schiaretti en el recinto.

La nueva mayoría que espera Luis Juez

Juez guardará sus ases hasta que se cumpla una condición que puede parecer surrealista: lograr el juego compacto de 37 almas -o más- en un solo cuerpo opositor.

Los cálculos no dan (todavía). Juntos por el Cambio -aferrado a una marca que ya no mueve multitudes- arrancó con 33 y quedó con 32, tras la salida de la amarilla Karina Bruno en el marco del acuerdo del expresidente del PRO Darío Capitani con Llaryora.

Con el enfrentamiento entre Javier Milei y las provincias en zona fría por el anuncio del Pacto de Mayo, no se sabrá de qué lado estará finalmente el libertario Agustín Spaccesi. Tampoco el peronista ¿massista? Federico Alesandri. No se discute, en cambio, la contra que representan la socialista Luciana Echeverría y el vecinalista Rodrigo Agrelo.

¿De dónde piensa Juez engordar a la oposición? La respuesta que dan en las canteras juecistas sorprende por la confianza con que la pronuncian: de Hacemos Unidos por Córdoba.

En el juecismo vaticinan una interna feroz en el peronismo, sobre todo en la capital, donde el intendente Daniel Passerini no tiene reelección. Suponen que estos juegos del hambre tendrán su correlato en el recinto, la caja de resonancia de la política.

Javier Milei, el freezer de precandidatos en Córdoba

Pese a estos planes de un nuevo armado que tiene Juez, la moda es no pelear con nadie. Juez cultiva un perfil medido en los dominios de Llaryora. El gobernador tampoco pelea con el abanico político cordobés. Passerini, menos.

Mientras Milei se las garra con “la casta”, en Córdoba hay aromas de paz y la necesidad de que se acomode el mapa para pensar el juego que sigue.

Ya nadie habla de candidaturas. En el llaryorismo miran con cariño la necesidad de hacer una buena gestión para pelear la reelección y deponer, hasta lo que dé, la ambición presidencial del sanfrasciqueño.

Incluso, el schiarettismo advierte que el exgobernador no está pensando en candidaturas, que sería una imprudencia hacerlo ahora. ¿Espera un operativo clamor? ¿Aguarda que se definan los armados y se conozcan algunos nombres interesados?

Juez es otro que avisó que planea quedarse en el Senado hasta el final de su mandato. Ni siquiera Rodrigo de Loredo, con banca en Diputados hasta 2025, habla del tema.

Cada una de las figuras mencionadas está atenta a la evolución de Milei, que será un actor consolidado para la disputa de 2025. Y el asunto da para largo.

Martín Llaryora vs. el tiempismo de Javier Milei

El manejo de los tiempos, del factor sorpresa, que caracteriza al Presidente es precisamente lo que descoloca a las figuras de la política mediterránea. La ráfaga de luz que ilumina y oscurece impacta en las proyecciones del juego de profesional “casta”.

Llaryora se ve empujado a mantener la coherencia entre su mensaje de gobernabilidad, el apoyo social que ese electorado compartido le brinda todavía a Milei, y las urgencias de la gestión que -dicen- está acostumbrada a funcionar sin que nadie le dé nada. Cierto es que la motosierra inédita se combinó con la fuerte recesión y no hay espalda que aguante.

El gobernador lo sabe, por eso celebró la convocatoria al diálogo después del anuncio del Pacto de Mayocomo ya contó Letra P. La pregunta que sigue es ¿y ahora?

En el Panal repiten como un mantra los postulados que mostraron al gobernador dispuesto a ayudar, tal como ocurría en la víspera del tratamiento de la ley ómnibus. Fuentes del Congreso, en off the record, de distinto palo político convalidan la versión minarquista que trazó al gobernador como un “extorsionador”.

Lo cierto es que este borrón y cuenta nueva que propone Milei llega con ese antecedente tenso de experiencia.

Las condiciones y el diálogo con Axel Kicillof

El llaryorismo pone condiciones: para que exista el Pacto de Mayo tiene que darse un trabajo fuerte entre Nicolás PosseToto Caputo Guillermo Francos, por un lado, y los gobernadores por el otro.

“Lo de mayo es si hay un acuerdo previo firmado por todas las provincias. El viernes vimos una declaración de principios, diez puntos con los que es muy difícil no estar de acuerdo. De hecho, se aplican en Córdoba”, guapean desde el Centro Cívico.

Córdoba apoyará el Pacto Fiscal completo, adelantan, menos las retenciones. Esa postura no variará. Refrescan que con la Ley de Bases había acuerdo en un 80% y que podría llegar a 100% conforme a la letra económica, es decir, al tenor de las medidas de alivio fiscal.

Llaryora tiene la oportunidad de demostrar (o matizar) que él no fue el responsable directo de la caída de la ley ómnibus y Milei, por su parte, que hizo show para desenfocar el ajuste de impacto.

El chat de los gobernadores ardía. Llaryora mostrará cierta independencia -dicen- del polo de pares peronistas, sobre todo los de Unión por la Patria, y de los de Juntos por el Cambio.

Rancho aparte

Sin embargo, al término de la Asamblea Legislativa conversó a solas con Axel Kicillof (Buenos Aires) y Nacho Torres (Chubut). En común tienen el hecho de haber sido blancos de la furia presidencial.

Parece que seguirá este juego conjunto, aunque subterráneo, que empezó en enero y que, con más razón, los reunirá como protagonistas del Pacto de Mayo.

Alfiles del Presidente ya adelantaron a las autoridades de las provincias que la primera convocatoria sería esta semana, en el puerto.

Fuente: www.letrap.com.ar

 

 



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