PROVINCIALES
8 de diciembre de 2023
ERSA, de las extorsiones por el boleto al monopolio
Se terminan 25 años de una historia de destrucción sistemática del sistema que apuntaba a ser modelo en la región. En un constante movimiento de pinzas, el grupo empresario jugó al monopolio absorviendo una por una las empresas que se adjudicaron en 1998, y a la vez, presionando a la comuna extorsivamente mediante un acuerdo con la UTA, para que se le den aumentos del boleto por lo menos una vez al año. "Que se vayan" ,se escuchó en pasillos municipales.
ERSA amenazó con un portazo y dice que se va de Corrientes. Llamativamente lo hace en el peor momento de la crisis del transporte, quizás como una manera de ir por más, y que se le de un ventajoso aumento en un mercado libre que se avecina.
Convertido en un monopolio extorsivo, en 25 años creció de tener dos líneas, a acaparar casi todas ellas, usando el método de la extorsión de lock out empresarial y de paros laborales inducidos, para lograr su objetivo de actualizaciones del boleto, siempre con números superiores a los que luego se aprobaban, pero que nunca pudo demostrar a ciencia cierta los gastos con los que corría.
Cientos de promesas de inversón en unidades, casillas para choferes, aumento de la frecuencias, extensión de recorridos y paradas para los pasajeros, quedaron en amagues, que en la mayoría terminarían cumpliendo las administraciones comunales, capitalizando a las empresas y subyugando a los políticos de turno a los caprichos del grupo económico.
Hace 25 años atrás, la administración del entonces intendente municipal Raúl Rolando Romero Feris, daba un paso histórico, licitando todas las líneas troncales de la ciudad, con una modernización que debían ser la base de la competencia entre distintas empresas, que solo podían acceder a dos líneas por cada una, y generando una renovación completa luego de décadas de anarquía con empresas que adolecían de falta de inversión, y que comenzaron a ensayar metodologías que dejaban a la ciudad cada tanto, sin colectivos.
ERSA acaparó dos, desde donde comenzó un proceso de absorción de todas las otras, en contra del espíritu del sistema ordenado al principio.
Cuando pensaba quedebía darse un aumento del boleto que debe ser aprobado por el Concejo Deliberante, recurría a todo tipo de artilugios. Desde dejar de pagar a sus empleados para que pararan, hasta patotas regimentadas que apretaban a los concejales en el recinto, no pocas veces sin uso de la violencia.
Ahora ERSA dice querer irse. "Que se vayan", se escuchó decir en un pasillo municipal.
No pocos piensan que deben irse del todo. Barajar y dar de nuevo. Llamar a una nueva licitación y adjudicar un sistema autosustentable y con capacidad de atraer pasajeros. Mientras tanto que se les incaute los coches y que el servicio lo absorva su dueño: el Municipio.
Tal es el deterioro que causaron en la confianza de los usuarios, que solo el 12 por ciento de la población usa el transporte de colectivos.
En noviembre a su vez subió la venta de motos en la ciudad. Una muestra de cómo destruyeron y matan día a día a la gallina de los huevos de oro.
Corrientes se enfrenta ahora sí a un nuevo desafío, que implica sacarse de encima sus parásitos, y comenzar a diseñar un nuevo estado de cosas, que rompa una espiral de destrucción por parte de quienes solo ven negocios cuando tienen al Estado de socios.
La respuesta a la noticia por parte de los usuarios no se hizo esperar.
Fuente: www.nortecorrientes.com