NACIONALES
16 de noviembre de 2022
Atentado a Cristina: La jueza Capuchetti no respondió sobre sus vínculos con la AFI y Clarín
La magistrada rechazó apartarse de la causa en que se investiga el ataque contra CFK. La recusación la habían planteado los abogados de la vicepresidenta. Capuchetti defendió la pesquisa, dijo sentirse agraviada pero no respondió sobre sus vínculos que la unen con la exSIDE y Clarín, puntos centrales del escrito presentado por la querella. No quedó claro por qué no profundizó las líneas investigativas que apuntan a la ultraderecha y al dirigente PRO Gerardo Milman.
Por Franco Mizrahi
La jueza María Eugenia Capcuhetti rechazó apartarse de la causa en que se investiga el atentado contra Cristina. La recusación la habían planteado los abogados de la vicepresidenta. La magistrada defendió su labor en la pesquisa, dijo sentirse agraviada pero no respondió sobre sus vínculos que la unen con la AFI macrista y Clarín, puntos centrales del escrito presentado por los abogados de CFK, Marcos Aldazábal y José Ubeira. La sensación que dejó su respuesta fue que la investigación debiera guiarla la querella y no la jueza ni el fiscal. No quedó claro por qué no profundizó la líneas investigativas que apuntan a la ultraderecha y al dirigente PRO Gerardo Milman.
Los puntos centrales de la defensa de Capuchetti, que desarrolló este martes en 43 páginas, fueron:
- Que la recusación no es válida y tiene un vicio de origen porque no fue presentada en tiempo y forma.
- Que la querella cuestionan hechos que deben apelar porque son cuestiones procesales y no causales de recusación. Es decir, les dice que recurran a tres jueces del Lawfare Mariano Llorens, Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, los tres magistrados designados por Mauricio Macri en la Cámara Federal porteña que revisan la causa.
- Defendió su investigación y se consideró imparcial.
Pero en el escrito omitió pasajes centrales del pedido de apartamiento y dejó ver entrelíneas lo que se evidencia para quienes siguen el caso: que la que impulsa la pesquisa es la querella mientras que la jueza y el fiscal no parecen muy interesados en profundizar las distintas líneas investigativas que surgieron desde que se abrió la causa. Ya Llorens, Bruglia y Bertuzzi dijeron que Capcuhetti debe apurarse en elevar el caso a juicio. La jueza parece seguir esa línea y solo se centra en Fernando Sabag Montiel, Brenda Uliarte y Gabriel Carrizo, los únicos tres detenidos y procesados que tiene el expediente.
Las omisiones
La jueza Capuchetti intentó responder punto por punto a la recusación planteada este lunes por los abogados de CFK. Pero hubo dos cuestiones que no quiso contestar: sus vínculos con la AFI macrista y con Clarín. De hecho, el temor de parcialidad esgrimido por Aldazábal y Ubeira se basó, entre otras cosas, en que la jueza visitó la AFI macrista en 6 ocasiones antes de ser designada jueza y que su hermana revistó en la agencia de inteligencia. Desde el organismo conducido por Gustavo Arribas y Silvia Majdalani se espió a Cristina. La magistrada decidió no abordar este pasaje de la recusación.
“A fin de despejar aquellas inquietudes de la querella, se explicará en lo que sigue cada una de las críticas que efectúa en torno al acontecer del proceso, haciendo expresa mención que habré de omitir pronunciarme sobre aquellas que no reflejan una actividad procesal y que giran en torno a trascendidos periodísticos o de otras fuentes, que la suscripta desconoce por no conformar el cúmulo de las presentes”, señaló Capuchetti en su rechazo de apartarse del caso. Si bien no quiso ni explicitarlo la referencia era a su relación con la AFI y a un encuentro con el número 2 de Clarín, Ricardo Roa.
En su recusación que presentó este lunes, la querella había recordado que “la jueza visitaba regularmente la Agencia Federal de Inteligencia durante el gobierno de Mauricio Macri”. La AFI, entonces “estaba dirigida por Gustavo Arribas y Silvina Majdalani, quienes tienen un procesamiento firme por espionaje ilegal al Instituto Patria”. “La causalidad parece ser visitar la AFI y luego ser nombrada jueza federal”, señalaron. Y agregaron: “Como si esto fuera poco, el trabajo de la Comisión Bicameral de Inteligencia mostró que la hermana de Capuchetti trabajó en escuchas en la dirección de Contrainteligencia durante el espionaje ilegal al kirchnerismo. Específicamente, se habría desempeñado en la Base Pilar, uno de los focos del llamado ‘Proyecto AMBA’. En esa base, por ejemplo, se realizaron trabajos de inteligencia ilegal sobre personas que se sacaron una foto con Cristina Kirchner”.
“A fin de despejar aquellas inquietudes de la querella, se explicará en lo que sigue cada una de las críticas que efectúa en torno al acontecer del proceso, haciendo expresa mención que habré de omitir pronunciarme sobre aquellas que no reflejan una actividad procesal y que giran en torno a trascendidos periodísticos o de otras fuentes, que la suscripta desconoce por no conformar el cúmulo de las presentes”, señaló Capuchetti en su rechazo de apartarse del caso. Si bien no quiso ni explicitarlo la referencia era a su relación con la AFI y a un encuentro con el número 2 de Clarín, Ricardo Roa.
En su recusación que presentó este lunes, la querella había recordado que “la jueza visitaba regularmente la Agencia Federal de Inteligencia durante el gobierno de Mauricio Macri”. La AFI, entonces “estaba dirigida por Gustavo Arribas y Silvina Majdalani, quienes tienen un procesamiento firme por espionaje ilegal al Instituto Patria”. “La causalidad parece ser visitar la AFI y luego ser nombrada jueza federal”, señalaron. Y agregaron: “Como si esto fuera poco, el trabajo de la Comisión Bicameral de Inteligencia mostró que la hermana de Capuchetti trabajó en escuchas en la dirección de Contrainteligencia durante el espionaje ilegal al kirchnerismo. Específicamente, se habría desempeñado en la Base Pilar, uno de los focos del llamado ‘Proyecto AMBA’. En esa base, por ejemplo, se realizaron trabajos de inteligencia ilegal sobre personas que se sacaron una foto con Cristina Kirchner”.
Capuchetti no se refirió a ninguno de estos puntos.
La respuesta de la jueza
La titular del juzgado federal 5 buscó responder punto por punto a la recusación y explicar las medidas que fue tomando a lo largo de la pesquisa. Hizo una cronología con las decisiones que fue tomando. Pero en ese desarrollo dejó de manifiesto que es la querella la que está impulsando la pesquisa y no el fiscal ni la jueza, que no delegó la investigación.
Capuchetti sostuvo que lo denunciado por la querella “no guarda correlato con lo actuado en la causa". “La presunta parcialidad de la suscripta que fuera alegada por la querella, no vislumbra correlato alguno con datos objetivos de la pesquisa, que permitan fundar la posible existencia de un temor de parcialidad de esta jueza”, indicó la magistrada en su respuesta.
Luego, por ejemplo, dijo que siguió lo propuesto por la querella en distintos pasajes de la pesquisa y abordó “la línea David”, “la línea Joa”, “la línea Marcodina”, “la línea Carroll” y “la línea Milman” y que no encontró nada que involucrase a las personas señaladas en esas “líneas investigativas”. Lo cierto es que pareció muy superficial su búsqueda de pruebas. Fue la querella la que llamó la atención sobre esas pistas y no hubo ninguna profundización por parte de la Justicia.
Por ejemplo, respecto a la “línea Joa” que hacía foco en Joana Colman, Ubeira explicó en declaraciones a El Destape Radio: "Le pedimos una medida a la jueza y la hizo 12 días después". En un chat grupal en el que estaba el ahora detenido Gabriel Carrizo, Colman había dicho sobre Sabag Montiel: “Sé por otra fuente que lo hizo por plata por acomodo”; “Si vamos al caso lo hizo por plata por acomodo pero ahora están todos ustedes involucrados”; y “El chabon en cuatro años ponele que sale y sale re acomodado mal eh’”.
- Otro ejemplo: la “línea Milman”
“Cuando la maten yo voy a estar en la costa", le escuchó decir a Gerardo Milman en la víspera del atentado un testigo que declaró en la causa. De acuerdo al testigo Abello, que declaró ante Capcuhetti, el diputado de JxC, el 30 de agosto pasado, le dijo esa frase a dos mujeres en el bar Casablanca. Los datos brindados por el testigo se corroboraron pero no justamente por una veloz intervención de la magistrado. Se supo que él estuvo ese día en ese bar ubicado frente al Congreso. También Milman junto a dos mujeres, que son sus asesoras: Ivana Bohdziewicz y Carolina Gómez Mónaco. Y se constató que al día siguiente el exnúmero 2 de Patricia Bullrich en el ministerio de Seguridad viajó a Pinamar. Tanto Bohdziewicz y Gómez Mónaco – que tenía un alto cargo en la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal durante la gestión de Milman en Seguridad- declararon como testigos el 26 de octubre. Bajo juramento de decir verdad, entraron en contradicciones e incluso mintieron. La querella entonces pidió que se les secuestre los celulares. La jueza lo rechazó. Entre otras cosas, dijo que 3 testigos que declararon por ese tema no ratificaron los dichos de Abello. Pero dos eran las mismas Bohdziewicz y Gómez Mónaco que lógicamente declararon en sintonía con los intereses de su jefe. A la jueza eso le alcanzó.
“Esta judicatura explicó que se avanzó en esta línea de investigación, sin haberse podido acreditar los dichos del testigo Abello. Y sin perjuicio de ello, la querella sin efectuar fundamentación alguna al respecto –tal como se desprende del acta firmada por el abogado Aldazabal-, solicitó el secuestro del teléfono celular de dos personas ajenas al proceso, sin invocar los motivos por los cuales, a su criterio, dicho dispositivo tendría valor probatorio en este contexto, ni cuáles serían las causas que justifiquen las medidas de intromisión estatal pretendidas”, se justificó la magistrada en el rechazo de la recusación. “De esta forma, siguiendo el criterio expuesto el 25/10/2022, y no existiendo causas que permitan justificar el desplazamiento del límite constitucional previsto en los arts. 18 y 19 de la CN, que amparan el derecho a la intimidad de las personas y el carácter inviolable de la correspondencia y las comunicaciones, a la que debe equipararse los contenidos informáticos, la suscripta resolvió no hacer lugar al secuestro de los teléfonos celulares de Gómez Mónaco y Bohdziewicz”, añadió.
En diálogo con El Destape Radio, Ubeira señaló que “El juzgado no vio a las asesoras de Milman en las filmaciones y las detectamos nosotros". Y fustigó a la magistrada: “Capuchetti descarta pruebas porque le parecen que no hacen falta".
La querella le había pedido a la jueza que profundice la investigación sobre la asesora de Milman, Carolina Gómez Mónaco, y su socia en un centro de danzas y fitness, Alejandra Mroue, por su posible vínculo con Brenda Uliarte y Fernando Sabag Montiel. “Mroue es panelista del programa de Crónica TV en el que por primera vez apareció Brenda Uliarte. Llamativamente, lo único que dio de baja de internet Gómez Mónaco es la página de la sociedad que tiene con Mroue. Es decir, lo que podría ser su nexo con Uliarte”, señalaron desde la querella en su recusación. También destacaron que “Gómez Mónaco nada dijo de este trabajo que aún hoy tiene cuando se le preguntó por su profesión durante su testimonial”. Al descartarse el análisis del celular de Gómez Mónaco todas estas posibles pistas quedaron casi anuladas aunque la jueza dice que las sigue investigando en un legajo reservado.
En pos de defenderse, Capuchetti apeló a la variable cuantitativa pero no a la efectividad de sus decisiones.
En esa línea, destacó que en la causa “se fueron llevando a cabo distintas diligencias, entre ellas 61 declaraciones testimoniales, 17 allanamientos, se libraron exhortos nacionales e internacionales, se ha solicitado colaboración a organismos de índole internacional como ser el FBI, se peritaron 43 aparatos de telefonía celular, se efectuaron 4 detenciones, se formaron más de 20 incidentes o legajos, y se conformaron 17 cuerpos en papel, y un total de más de 25.615 fojas del expediente digital”. Pero lo cierto es que a dos meses y medio del intento de homicidio no se sabe mucho más que lo que se sabía el día 5.
La recusación
Las cuestiones sobre las que se centró el pedido de apartamiento del caso, fundamentalmente, fueron:
- Las visitas de Capuchetti a la AFI comandada por Arribas y Majdalani antes de ser nombrada jueza por Mauricio Macri. Tal como reveló El Destape, la ahora magistrada ingresó al menos en seis ocasiones a la agencia. La querella recordó que los jefes de los servicios de inteligencia fueron procesados por espiar de forma ilegal a CFK.
- Una reunión de Capuchetti con el 2 de Clarín. Según denunciaron Aldazábal y Ubeira, tras un encuentro de jueces y fiscales de Comodoro Py a la titular del juzgado federal Nº 5 “le habría sido gestionada una reunión con el editor del diario Clarín Ricardo Roa a la cual la jueza concurrió acompañada”.
- La cobertura de la Policía Federal, que aparece involucrada en distintos episodios como el reseteo del celular del principal acusado, Fernando Sabag Montiel; la demora en la escucha directa de Brenda Uliarte cuando empezó a ser investigada; y la fuga de la joven de su domicilio, donde estaba siendo vigilada por esa fuerza. “Nos llama poderosamente la atención que, dadas las tres situaciones que acabamos de describir, la jueza no haya investigado en lo más mínimo a la PFA”, señalaron los abogados. ¿Qué dijo la jueza? Que hay un sumario interno en la PFA y que está buscando recuperar la información del celular, para lo que hizo distintos planteos al exterior. También que corrió a la Federal del caso.
- La protección del dirigente del PRO Gerardo Milman, quien fue apuntado por un testigo, que lo escuchó decir el 30 de agosto pasado a dos de sus asesoras que cuando él estuviera en la costa iban a matar a CFK. La magistrada no avanzó con distintas medidas de prueba que pidió la querella luego que las mujeres con las que estuvo Milman en el bar Casablanca mintieran en su declaración testimonial. La querella agregó que la magistrada les dijo que Milman no aparecía en las imágenes captadas por las cámaras que dan cuenta de su ingreso a Casablanca y descubrieron que eso era falso. Para la jueza, está línea por ahora no es consistente. Ubeira le respondió este mismo martes: "No podemos llegar a determinadas terminales porque está Caputo por un lado y Milman y Bullrich por el otro".
- No avanzar sobre el financiamiento del atentado. En el escrito se criticó “la nula investigación de todo aquello relacionado con el financiamiento a Sabag Montiel, Uliarte y Carrizo”. Capuchetti respondió que realizó una “amplia investigación patrimonial” de los detenidos que estuvo a cargo de la Procelac y que los resultados fueron negativos. Como si fuera contundente, mencionó la declaración de un testigo que dijo que Sabag Montiel le había pedido 4 mil pesos prestados en los días previos al atentado y que Ularite había dicho que no tenían dinero para señar un departamento en los alrededores de lo de CFK. “Sin perjuicio de lo que en el futuro resulte de la investigación, lo cierto es que esa línea fue transitada sin que arroje frutos que permitan reconducir la pesquisa en ese punto”, afirmó la jueza.
- También hubo una ampliación de la recusación porque a partir de una reunión que mantuvo la querella con uno de sus peritos, se anotició que el dirigente “Hernán Carrol había borrado el contenido de su teléfono celular el día 24/10/22, un día antes de prestar declaración en los autos principales de esta causa”. La querella sostuvo que la información sobre el borrado se encuentra disponible hace días en el juzgado y por una “ausencia de equipos de investigación” esa situación no fue adecuadamente leída, analizada y procesada.
La jueza respondió los puntos 3, 4, 5 y 6. Pero omitió referirse a los primeros 2 puntos, que son los más delicados por las relaciones políticas que pueden evidenciar.
Y remarcó: “Reitero enfáticamente que no me encuentro incursa en ninguna de las causales enumeradas en el artículo 55 de la ley adjetiva, como tampoco detento ningún tipo de parcialidad que altere la objetividad de mis decisiones en el presente caso”.
La querella apelará esta decisión de Capuchetti, que será revisada por el trío macrista Llorens-Bruglia y Bertuzzi, que integra la sala I del tribunal revisor porteño. Ubeira ya percibe lo que sucederá por eso adelantó: “No tenemos ninguna confianza en la Sala I de la Cámara Federal. Iremos a Casación y luego a la Corte". En las instancias superiores, se sabe, tampoco hay garantías.