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26 de diciembre de 2018

“Cuando esté listo se abrirán las puertas, pero no habrá inauguración política”

En octubre la señora Ele­na Bonatti a través de su representante hizo pública su preocupación por los obstáculos que enfrenta­ba el proyecto del centro oncolólógico. El llamamien­to puso en movimiento a la ciudadanía y despertó a la actividad a las auto­ridades. La relación se ha encaminado.

Hija de italianos, pero nacida en Argentina, Elena Bonatti tiene domicilio casi permanente en el país de sus mayores, sin embargo, sus raíces están aquí en el sur del mundo, cerca del campo y en especial el centro de la pro­vincia de Corrientes. Podría decirse que Curuzú Cuatiá sería su lugar en el mundo si no fuera por un cáncer que la llevó a buscar alivio en los países más desarrollados. Esa batalla por su salud, que todavía continúa, comenzó en 2014 y fue el disparador para una obra de beneficen­cia fenomenal: el Centro On­cológico de Curuzú Cuatiá, que ha debido sortear insóli­tos tropiezos.
La señora declara haber destinado 15 millones de dó­lares (a $39 el dólar, según cotización del cierre de edi­ción), serían unos 585 millo­nes de pesos, para levantar el complejo en un predio conti­guo al hospital público “Fer­nando Irastorza” de Curuzú Cuatiá. Ya no es común este tipo de donación, son gestos de otros tiempos, lejanos. 
En el siglo 19 era muy co­mún, incluso hasta principio del siglo pasado las familias acaudaladas se desprendían de sus bienes para contribuir al bien común. Es que en­tonces estaba todo por hacer y se necesitaban personas comprometidas y generosas. Resulta que, fuera de tiem­po y con mucho todavía por concretar, Elena Bonatti tuvo un fenomenal desprendi­miento aquí –en silencio, sin aspavientos–, sin embargo, a causa de la indolencia oficial el proyecto estuvo a punto de zozobrar. 
Una oportuna carta pú­blica ayudó a visibilizar el estropicio que se estaba co­metiendo y la gente reaccio­nó. Los vecinos de Curuzú Cuatiá que salieron a la calle a reclamar el Centro Oncoló­gico lograron torcer el rumbo de una iniciativa altruista que chocó con el obstáculo de estos días: la política. No debería ser así, pero quedó claro que el Estado, sus ad­ministradores circunstan­ciales, muchas veces desper­dician el mejor sacrificio de los particulares y espanta las buenas intenciones. 
“Lo que hice no fue una in­versión, se trata de una dona­ción. Ni yo ni mis colabora­dores tenemos intención de lucrar con el funcionamien­to del Centro Oncológico”, afirma Elena Bonatti desde Italia, donde se encuentra. En diálogo exclusivo con NORTE de Corrientes rela­tó cómo surgió el proyecto y las distintas etapas que se fueron superando hasta lle­gar al cuello de botella que se registró hace un par de meses y que la obligó a una irrup­ción mediática para forzar un compromiso de las auto­ridades. En ese marco, relató los pormenores del convenio firmado con la Provincia para avanzar con el Centro Onco­lógico y su demorada puesta en funcionamiento. Además reconoció la frustración que sintió cuando el proyecto estuvo a punto de naufragar, aunque aclaró que el diálogo con el Gobierno provincial se encauzó. 
La instalación de los equi­pos de última generación, que comenzarán a llegar a Curuzú Cuatiá en enero próximo, finalizará aproxi­madamente en el mes de junio venidero, entonces el centro estará en condicio­nes de comenzar a buscar su funcionamiento a pleno. “Al día siguiente que reciba al primer paciente se podrá decir que está con las puer­tas abiertas, pero no vamos a permitir que se haga una in­auguración política”, resaltó.
Amante del campo y sus actividades, pasión que heredó de sus padres (que compraron propiedades en la zona de Curuzú), Elena Bonatti descubrió que el arte constituía un pasatiempo sanador. El prodigarse por los demás también y así fue como nació el proyecto del Centro Oncológico.
En 2014 cuando le diag­nosticaron la enfermedad, que la obligó a buscar espe­cialistas fuera del país, ad­virtió las carencias sanitarias que había en Curuzú Cuatiá y eso fue lo que la decidió a comprometerse con la co­munidad que había alberga­do a su familia. La idea con­sistía en montar un centro de avanzada, con los mejores profesionales, que brindaran una medicina de excelencia, para la detección y cura del cáncer. Servicio al que pue­dan tener acceso todos, sin restricción por su condición económica. 
–¿Por qué Corrientes?
–Mi familia ha tenido siempre un cariño especial por la Provincia de Corrien­tes y por los correntinos. Nos dedicamos desde hace muchos años a la actividad agropecuaria en la zona, tra­bajando codo a codo y convi­viendo con los correntinos. Desafortunadamente, en septiembre de 2014 me diag­nosticaron cáncer. Desde entonces estoy combatiendo mi enfermedad, afortuna­damente con buenos resul­tados. Esa circunstancia me llevó a interiorizarme sobre la situación sanitaria y hos­pitalaria de la provincia en el tratamiento de esta en­fermedad, particularmente en el municipio de Curuzú Cuatiá. Al advertir el déficit y las carencias existentes, no pude más que poner manos a la obra y procurar contribuir con mi granito de arena al diagnóstico y el tratamiento del cáncer, en especial faci­litando el acceso de la gente con menos recursos a los mejores profesionales y tra­tamiento.
–¿Cuándo decidió avan­zar con la obra del Centro Oncológico contó con el apo­yo de su familia?
–En realidad, no se trata de una inversión, se trata de una donación. Ni yo ni mis colaboradores tenemos intención de lucrar con el funcionamiento del centro oncológico. Todo lo contra­rio, se trata de ayudar a las comunidades de Curuzú Cuatiá y de la provincia de Corrientes, sin otro interés que el bien común. Mis pa­dres supieron transmitirme la importancia de contribuir en todo lo posible a la comu­nidad en la que vivimos, de manera que este tipo de ac­ciones son habituales en mi familia y son apoyadas por todos sus miembros.
–¿El Centro lleva el nom­bre de Anna Rocca de Bonat­ti?
–Es el nombre de mi ma­dre. Es mi homenaje a la gran mujer que fue, ocupada siempre en ayudar a los de­más y en transmitir esos va­lores a nuestra familia.
– ¿Es la primera donación que hizo en Curuzú?
–Hubo otras, por ejem­plo los nuevos quirófanos del hospital Irastorza, que lamentablemente no han empezado a funcionar aún, porque las autoridades pro­vinciales no han cumplido con los compromisos asumi­dos para que estén en con­diciones. Bueno también he ayudado a gente de forma totalmente anónima.
– Desde la Dirección del hospital dicen que falta ajustar detalles de los equi­pos en los quirófanos, ¿que opina al respecto?
– Me parece mal, como ya lo comente anteriormente. Se está privando a la comu­nidad del uso de quirófanos nuevos porque la Provincia no hace lo que debería.
– Cuándo inició los trá­mites para avanzar con la obra, ¿fue inmediata la aceptación de los funciona­rios para poner en marcha el Centro?
– El comienzo del proyecto se dio bajo la administración del entonces gobernador Ricardo Colombi. La predis­posición y el interés fueron tales en aquel momento que terminé construyendo el centro en un terreno que es propiedad de la Provincia de Corrientes (está al lado del hospital Irastorza, ambas instituciones estarán conec­tadas).
– ¿Es verdad que al prin­cipio la intención era solo construir una sala de qui­mioterapia?
– Es cierto que el proyecto terminó siendo más grande e importante que lo que me imaginé al principio. Pero en todo momento lo conce­bí como un centro en el que pudiera diagnosticarse y tratarse el cáncer de mane­ra integral, con los mejores profesionales y procurando sobre todo que las personas con menos recursos tengan la posibilidad de tratarse y curarse. El Gobierno de Co­
eePOR LILIANA FERNÁNDEZ
–Su carta de octubre tuvo un impacto social importante. ¿Qué sintió ante tanto apoyo de la sociedad?
–Sentí mucha emoción y me dio fuerzas. Y so­bre todo percibí que la sociedad sí entiende lo que el Centro significa para la gente. Cuando veo que la gente me abraza, me agradece y me dice que no estoy sola, entiendo que hice bien en hacerlo.
–¿La obra del centro ya está finalizada?
–La obra civil está prácticamente concluida.
–¿Qué mensaje tiene para los pacientes que es­tán atravesando el duro trance del cáncer?
–Que es muy duro, pero que no estamos solos. Y que la medicina cada año avanza.
–¿Algún pedido a la sociedad correntina, la clase política en general?
–A la sociedad correntina, que desde su lugar siga apoyando este proyecto. Y a las autoridades, que hagan lo necesario para que el Centro pueda ser inaugurado cuanto antes y que sea de excelen­cia que Corrientes se merece. rrientes se enteró enseguida de la ampliación del Centro, y yo misma le di al gober­nador Colombi los recursos para el Centro completo.
–¿Qué sintió cuando el proyecto se frenó y estuvo a punto de naufragar?
–Mucha frustración, tris­teza y bronca.
–En la carta que hizo pú­blica en octubre, usted ex­presó mucha indignación por la indiferencia oficial ¿Se arrepintió de haber in­vertido parte de su fortuna en este Centro?
–La carta del mes de octu­bre fue el medio que encontré para canalizar la frustración que me provocó la situación. Si no recuerdo mal allí dije que me arrepentía de haber construido el centro, pero ello fue porque sentí que las autoridades provinciales no valoraban ni entendían real­mente lo que el centro sig­nificará para la provincia de Corrientes. Ni mis colabora­dores ni yo claudicaremos en la idea de que los correntinos tengan un centro oncológi­co de excelencia en Curuzú Cuatiá.
–¿Considera que fue una cuestión política la indife­rencia gubernamental?
–No lo sé, habría que pre­guntárselo a ellos.
–¿Alguna vez dialogó con el gobernador anterior, Ri­cardo Colombi o con el ac­tual, Gustavo Valdés, sobre el Centro Oncológico?
–Sí, con ambos goberna­dores. Se les mostró y explicó en qué consistía el proyecto del Centro Oncológico.
–Después que estalló todo el tema en los medios ¿algún funcionario provincial se contactó con usted?
–A pesar de las diferencias, hemos procurado mantener el contacto con las autori­dades provinciales en todo momento. Sin embargo, con­sidero que fue como mínimo poco feliz la actitud inicial del Ministro de Salud (Ricar­do Cardozo) de enviarme una carta documento intimándo­me luego de hacer pública la carta de octubre. Hoy pare­ciera que han recapacitado y las cosas están avanzando más eficientemente. Ojalá dure.
–¿Qué le diría o solicitaría hoy si lo tiene enfrente al go­bernador Valdés, respecto al Centro?
–Le diría que es necesario seguir trabajando juntos para que el Centro sea una reali­dad para los correntinos. Que de nuestro lado no bajaremos los brazos para que ello ocu­rra, y que una vez que esté terminado pondremos todos nuestros esfuerzos para que se convierta en la institución de excelencia que anhelamos desde el principio.
–¿Cuándo se inaugurará el Centro Oncológico? ¿tiene información oficial? ¿estará presente en el corte de cinta?
–No hay fecha de inaugu­ración aún. Hemos comenza­do el proceso de instalación y montaje de los equipos, que estimamos concluirá hacia fines de junio del año que viene. Quedan pendientes algunas habilitaciones que debe obtener la Provincia, y luego ponernos de acuerdo con las autoridades provin­ciales sobre la mejor manera de administrarlo. El Centro se inaugurará una vez que el día después pueda recibir pacientes, no se harán inau­guraciones políticas. Y cla­ro que estaré presente en la apertura.
–¿Hoy se puede decir que se limaron las asperezas con el Gobierno?
–Diría que sí. s

  Fuente:www.nortecorrientes.com

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