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EL TIEMPO EN LA CRUZ

23 de febrero de 2017

"Checho" cruzó el Rubicón

Todo un culebrón la historia de encuentros y desencuentros entre Ricardo y Tato, símbolos de sucesivas épocas de la historia institucional reciente. El líder nuevista llegó a ser el hombre fuerte por un tiempo. Colombi lo es ahora, aunque con fecha de vencimiento y con la seguridad que el 10 de diciembre la historia será distinta incluso ganando la alianza gobernante. En términos de costos-beneficios, el paso de ayer no fue menor. El tiempo dirá. Lo que está claro es que para Raúl Rolando Romero Feris el tiempo de las promesas se acabó. Las tuvo, una y otra vez de parte de Colombi como las tuvo en su momento de Carlos Menem -primero- y de Miguel Pichetto -después- cuando le aseguró una incorporación a la Cámara alta que nunca se produjo. Ahora Tato, aun detenido, parece estar en una posición de fuerza frente a un Gobierno al que los números no le cierran. Anoche sus voceros dejaron en claro que deberá haber algo más que señales para avanzar.

Podría decirse, con bastante carga de ingenuidad, que sólo se trató de una reunión entre el Presidente de la Unión Cívica Radical y el líder del Partido Nuevo. Pero en realidad en esta historia, los nombres propios cambian la lectura y su consecuente interpretación. Sergio Moisés Flinta, alias el "Checho", se reunió con Raúl Rolando Romero Feris, alias "Tato".

Fue el Senador provincial el que se acercó hasta la casona que tiene el ex hombre fuerte de los '90 por calle Mendoza de la Capital correntina. Tato goza de prisión domiciliaria, por la cual acusó al Gobierno provincial, cuestión que raya la posición partidaria a la hora de analizar posturas en la Legislatura provincial, donde el PaNu tiene bancas clave, como en el Senado (donde su única poltrona conforma el denominado grupo de los 8, junto con el justicialismo). Con este detalle, también expondría una severa inexperiencia en el análisis político correntino pensar que la presencia del Checho fue sólo protocolar. No fue poca cosa. Es el alfil, considerado por muchos, más fiel que tiene Ricardo Colombi. Ergo, su visita lo ubica como un exégeta de las intenciones del mercedeño, que con su pragmatismo incesante pretende asentar las bases para una alianza amplia que le dé cierta tranquilidad, ante un peronismo que en las últimas cuatro elecciones fue sumando votos, quedando como el partido más votado de la Provincia, sacándole una diferencia enorme a su segundo, el radicalismo. Romero Feris despotricó en más de una oportunidad contra el Gobernador y la alianza Encuentro por Corrientes, desde donde se retiraron pegando un portazo ante compromisos incumplidos. Esta vez, el líder naranja tuvo la ventaja de verlo descender del caballo cansado a Flinta, quien con su tesitura parca tradujo a la perfección el mensaje que por ahora no vio la luz mediática.  El mandamás nuevista no quiere saber nada de más promesas, quiere hechos concretos, más incluso si su libertad está coartada. En distintas oportunidades aseveró que su situación judicial se podía resolver desde la política. Es lo que espera luego de la reunión de ayer.  Tato está cansado de propuestas de Colombi que luego no vieron la realidad. Ya padeció esta situación ambivalente con Carlos Menem y con Miguel Pichetto. Este último, por ejemplo, le aseguró una incorporación  a la Cámara alta que nunca ocurrió.  Aun detenido, Romero Feris muestra que tiene una posición de fuerza frente a un Gobierno que no tiene números para sostener el poder ni en la Legislatura, ni en los concejos deliberantes, ni en las urnas.  Y dentro de este escenario, el pragmatismo de Ricardo se expondrá con creces. Por el momento, los solados nuevistas eligieron guardar silencio, tal vez por un espacio breve de tiempo. En cuanto a Flinta, el legislador no hace más que demostrar fidelidad plena hacia el Gobernador, el cual tiene fecha de salida impuesta por la Constitución, pero que analiza establecer un hombre que le brinde plena seguridad, sin ambiciones desmedidas, en el sentido de pretender una era diferenciadora del ricardismo.  Por el momento, el Checho le ofrece esa seguridad, esa que también le da el hecho de que es el único en el que Tato confía, a pesar de que algo está claro, para el líder nuevista el tiempo de las palabras y los compromisos se terminaron. Espera decisiones en torno a su libertad, su habilitación electoral y hasta una reivindicación política que esta vez Colombi estaría proclive a formalizar.   Fuente:www.diarioellibertador.com.ar

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