Las bajas ventas que venían advirtiendo desde las carnicerías se mantienen, e inclusive algunos de los comerciantes aseguran que ya no pueden expender sus mercaderías ni siquiera los fines de semana. Una de las tiendas tuvo que cerrar los domingos, mientras el contexto para el sector minorista sigue siendo negativo.
Desde principios de año (y unos meses antes) el panorama económico para el sector minorista no es nada alentador. Indices nacionales marcan un descenso en la comercialización para todos los rubros, con el fundamento de la suba de precios por el dólar y la inflación, y el cada vez menor poder adquisitivo por parte de las familias.
Desde ese tiempo El Litoral viene advirtiendo la complicada situación que atraviesan los carniceros, quienes también deben lidiar con la escasez de los cortes producto de la época invernal. El último aumento de precios fue hace dos semanas, de un 5% aproximadamente, y también se estimó una baja en ventas del 10%.
Por el lado de los comercios barriales el importe de la carne subió alrededor de un 6% en los últimos dos meses, e inclusive el pollo también tuvo un incremento del 20% aproximadamente. Los vendedores adujeron que los importes bajarán recién para octubre por una cuestión estacional, pero por el momento todo sigue en baja.
Tal es la situación que el encargado de una de las carnicerías del barrio 17 de Agosto advirtió a este medio que ya no trabaja más los domingos porque no puede vender. El comerciante aseguró que anteriormente compraba una cierta cantidad del producto y le duraba hasta el domingo, pero que ahora la gente no compra ni siquiera ese día.
Inclusive relató que llegó a bajar los precios casi al costo, pero que de todas formas la situación no cambió. El corte de costilla pasó a 75 pesos en la pizarra, pero aun así permanece intacto en las góndolas.
En ese sentido, otro de los comerciantes del sector relató un panorama similar, con el parámetro puesto en el asado. “La gente viene comprando menos hace algunos meses, la venta decayó muchísimo, más que nada por los precios”, advirtió a Radio Dos uno de los carniceros del Mercado de Productos Frescos, Hugo Lucena.
Al igual que el vendedor barrial, puntualizó en que la carne no se comercializa ni siquiera en los fines de semana. “Nosotros seguimos manteniendo a $58 el kilo de costilla pero no se vende como antes. No era habitual que quede asado de los fines de semana, y ahora sí queda”, aseguró.
Asimismo, Lucena declaró que “va  ser difícil que sea el último aumento. Generalmente en estos tiempos pueden llegar a aumentar un poquito más”.
Mientras tanto algunos consumidores se vuelcan a adquirir alternativas como el cerdo y el pollo, con el incentivo por parte de los carniceros que cuentan con estos cortes. De todas formas advirtieron que muchos siguen optando por comprar los cortes de carne roja en menor proporción.