Dos explosiones coordinadas, provocadas por suicidas y reivindicadas por los talibanes, dejaron 26 muertos, entre ellos dos coroneles y un jefe de los servicios de inteligencia, y casi un centenar de heridos cerca del Ministerio de Defensa en Kabul, la capital afgana.

"Hubo dos ataques suicidas, el primero cerca del Ministerio y el palacio presidencial", aseguró el portavoz de Defensa, Muhammad Radmanish, quien precisó que cuando la gente acudió a ayudar a las víctimas "hubo un segundo ataque en el que murieron y resultaron heridas muchas personas", reiterando así el modus operandi que, a partir de explosiones diferidas, busca generar mayor cantidad de bajas.

"Murieron 26 personas y 90 resultaron heridas por el doble atentado", dijo el vocero del Ministerio de Salud Pública, Ismail Kawusi. El primer ataque se produjo en una zona muy concurrida cerca del palacio presidencial y otras dependencias del gobierno, momento en que muchos empleados del Ministerio de Defensa dejaban su lugar de trabajo, y fue seguido de una segunda explosión que afectó a quienes se acercaron a socorrer a las primeras víctimas.