4 de agosto de 2016
#NiUnaMenos: Perpetua para un femicida
El crimen ocurrió en Salta hace dos años. El condenado siempre lo negó y aseguró que su pareja se accidentó en la letrina. ¿La víctima? Una joven de apenas 20 años
Un hombre fue condenado a prisión perpetua por el femicidio de su pareja, cometido en 2014 en la localidad salteña de Salvador Mazza, en la frontera con Bolivia.
Se trata de Víctor Hugo Ambertini (29), quien fue condenado a la pena máxima del Código Penal por el “homicidio calificado por el vínculo y por mediar violencia de género”, en perjuicio de su pareja, Camila del Milagro Bulacio (20). La joven fue asesinada a golpes el 5 de marzo de 2014, en la casa donde convivía con el ahora condenado en el barrio Pueblo Nuevo de la mencionada ciudad fronteriza.
En un primer momento, Ambertini informó a la Policía que su pareja se había accidentado en la letrina, y al constituirse personal del servicio médico de emergencias Samec dijo que la víctima llevaba un tiempo sin vida, por lo que intervino el médico legal y personal de Criminalística. Los investigadores hallaron en la escena del crimen un palo con manchas de aspecto sanguinolento, además de manchas de sangre en paredes y pisos.
Luego de casi tres meses, el fiscal requirió el juicio para el acusado, con pruebas como la autopsia, que determinó que la víctima había sido golpeada en todo su cuerpo y que el que le provocó la muerte fue uno propinado en su cabeza. El fiscal señaló que durante las declaraciones testimoniales se corroboró la hipótesis por la cual fue llevado a juicio el imputado, ya que la víctima sufría de violencia continuamente y, aunque no lo había denunciado, los vecinos escuchaban gritos con frecuencia.
Durante las audiencias del debate quedó claro que al ser adictos, la víctima tenía una dependencia completa con su pareja, inclusive sus familiares trataron de ayudar buscando sacarla del lugar y que denuncie los hechos, pero no lo hacía. En los alegatos, la defensa solicitó que sea condenado por el hecho pero no a perpetua y solicitó que goce de prisión domiciliaria por su estado de salud. El acusado nunca se hizo cargo del hecho que se le imputó durante el proceso oral y público.