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EL TIEMPO EN LA CRUZ

OPINIÓN

17 de septiembre de 2014

Aguad seguirá siendo un ladrón

Por Daniel Caram
Los 60 millones de dólares se “esfumaron”, luego de un empréstito concedido al Municipio de Corrientes por el Banco Nación, cuando el actual diputado radical se desempeñaba como delegado normalizador de la intervención federal en la comuna capitalina. El episodio ocurrió en agosto de 2000. Aquella montaña de dólares fue canjeada por bonos CECACOR para saldar deudas de la municipalidad correntina con el IOSCor y el IPS, argumento primario para solicitar el millonario empréstito que por su volumen, violaba artículos de la Constitución Nacional y la Carta Orgánica local. El préstamo superaba con creces al Presupuesto de ese año del municipio. La letra magna determina que no se puede comprometer más del 25% de la renta anual con garantía de sus recursos coparticipables.

El billete americano que quedaría tras el estafador trueque, también desaparecería. No se sabe si el fallo de Varela, que no hace más que obedecer un dictamen de la Corte Suprema de Justicia de la Nación de mayo pasado, termina ayudando o perjudicando al legislador cordobés. Aguad fue sobreseído por la pura inacción de la justicia, no por la falta de mérito en los delitos que se lo acusaba: la prescripción de su causa lo deja pisando la baldosa de los delincuentes no juzgados por el paso del tiempo. Y los correntinos podrán seguir llamando ladrón al ex interventor en la provincia, quien tendrá que agachar la cabeza y silbar bajo, hasta que en el 2015, considerado como uno de los responsables del mayor desfalco a dineros públicos en la historia de Corrientes, busque ser gobernador de Córdoba. Aunque usted no lo crea.
Desde el inicio del proceso el pernicioso sistema judicial fue benevolente con los acusados (Aguad, Fidias Sanz, Darwich y el finado Ramón Mestre) del llamado robo del milenio, al imputarlos solamente por el delito de administración fraudulenta, cuando cabía el peculado y la asociación ilícita.
Horas atrás, una vez más la justicia de la provincia, aquella que muchos ciudadanos intentan confiar, le dio un violento sopapo a su propia credibilidad.

UN POCO DE HISTORIA

En su momento el Superior Tribunal de Justicia (año 2012), había volteado el primer fallo de prescripción de la jueza Varela. Pero aquel dictamen que terminó conmoviendo a los estrados penales, sería interpretado de Té con Leche. La Corte provincial anuló la caducidad del expediente, pero no revocó el desprocesamiento que le otorgó un tribunal de alzada en junio de 2007, dándole la posibilidad de no ser juzgado por igual delito en el futuro. Sospechosamente el ministerio público nunca apeló los dictámenes. La cadena de complicidad de protección a la figura de Aguad, no tiene eslabones sueltos. Absolutamente todo el sistema judicial local, presionado por el poder político de turno, fue obediente para que el llamado Milico, no termine detrás de las rejas. Un hecho que hubiera sido un verdadero escándalo para el incólume radicalismo. Como dato, uno de los jueces de la entonces Cámara del Crimen N°1, que revocó su procesamiento, Luís González, posteriormente recibiría el voto de Oscar Raúl Aguad en el Consejo de la Magistratura para convertirse en el integrante del Tribunal Federal de Apelaciones con asiento en Corrientes. Lo más insólito, hasta descabellado, es que estando procesado, Aguad integraba el cuerpo que elegía a los jueces de la república. González hoy participa de la organización kirchnerista “Justicia Legitima”.
La jueza Laura Varela decidió el procesamiento de Aguad en agosto de 2005. Sería cuatro meses antes de su asunción como diputado de la nación que iría a ocurrir en diciembre de ese año. Hasta la fecha nunca dejó su banca en el Congreso de la Nación, atento a sucesivas reelecciones. La justicia de Corrientes debió congelar las acciones al momento que el imputado logró sus fueros parlamentarios y accedió a la función pública.
El Código Penal de la Nación en artículo 67 es claro y determinante: la prescripción se suspende en los casos de delitos cometidos en el ejercicio de la función pública, para todos los que hubiesen participado, mientras cualquiera de ellos se encuentre desempeñando un cargo público. Asimismo la causa se siguió sustanciando con tanta desprolijidad, que se emitían fallos sobre un expediente que debió ser paralizado.
Finalmente la historia de troncharía con el tristemente (no célebre) dictamen de la Corte Suprema de mayoría automática (solo votaron 4 de sus 7 miembros), cuando argumentó que se había “excedido el plazo razonable” para llegar a una sentencia definitiva sobre la causa de Aguad. Algo totalmente ilógico cuando el caso se inició en diciembre de 2001, demorándose dos años para establecer su competencia. Actualmente operan procesos contra el ex presidente Carlos Saúl Menem y la ex funcionaria de su gobierno, María Julia Alsogaray, que se ejecutan desde mediados de los 90’.
Oscar Raúl Aguad es una de las predominantes figuras de la alianza FUNEN, que en sus discursos se rasga la vestidura de honestidad. Y como si fuera poco, promueven la CONADEP de la Corrupción.

Cuando el chancho pregona higiene

Tal vez inmiscuido en su personaje que busca promocionar decencia, el Milico Oscar Aguad continúa pregonando honestidad en cuanta tribuna dispone, y mientras tanto –ya sin ser sorpresa alguna- las decisiones locales terminan por alejarlo definitivamente de sus compromisos judiciales. Por quien sabe qué razón aún sin análisis preciso, el Juzgado de Instrucción Nº5 sobreseyó al diputado nacional Oscar Aguad por prescripción de una causa iniciada por administración fraudulenta, fraude a la administración pública y abuso de autoridad tras su paso como interventor federal de la provincia.
El mismo beneficio llegó hasta sus colaboradores Fidias Sanz y Ramón Darwich, así como al ex interventor Ramón Mestre. La causa por la que fue sobreseído el 12 de septiembre último fue iniciada por el Rodolfo Amílcar Paladini. Pero, ni el más justiciero de los mortales parece que podrá dar con el huidizo Aguad, ya defenestrado por propios y extraños por estos lares. Lo decidido en el escritorio de la jueza Varela, a cargo del Juzgado mencionado, bien debería convertirse en el paradigma de la acción deliberadamente nefasta de nuestro poder Judicial. Si se permite que un funcionario sospechado de fraude siga ‘vivito y coleando’… que Justicia nos espera?.  Sí, lo adivinó: esa Justicia perimida, fuera de tono, nefasta, reprochable y con una lentitud que exaspera.  Es así. Por eso estamos como estamos. Me dirá usted como se puede ser medianamente optimista, si éstos jueces y funcionarios actúan así desde hace tiempo, amparados por un poder de turno que sabe mucho en cuestiones de esconder y negar. Y tendrá razón. Y deberemos convencernos de lo irremediable. Acá hay una Justicia para los ricos, y otra para los pobres. El intendente Fabián Ríos, cuestionó a Aguad, y dijo que el legislador “habla de honestidad y decencia” pero “no puede demostrarlas en hechos concretos”. Tiene razón el bueno de Ríos, pero pasó el tiempo y muchos callaron… no dijeron nada cuando llegaba a escondidas a cumplir con sus obligaciones con la justicia local. “Que se haga cargo la justicia de que este tipo de cosas pasen. No se va a hacer cargo la política pese a que la política lo consintió y permitió una ilegalidad consagrada de semejante manera”, se sinceró el jefe comunal, con algo de autocrítica, pero esperando lo casi imposible. Después, todo seguirá igual. Aguad promoviendo honestidad… como chancho pregonando limpieza.

Por Daniel Caram



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