30 de junio de 2014
Por falta de espacio, niños y adultos tienen clases de apoyo en la vereda de una casa
En una vivienda particular del barrio Santa Teresita funciona la asociación Estudiando Juntos que recibe a casi un centenar de chicos.
El año pasado solicitaron ampliar el lugar donde se ofrece una copa de leche. Allí se dictan talleres de capacitación y plan Fines.
Hace cinco años la asociación Estudiando Juntos recibe a cientos de alumnos de distintas edades y de sectores vulnerables para brindar clases de apoyo, capacitaciones a adultos y copa de leche. Las clases se brindan en el living de una casa en el barrio Santa Teresita y, por falta de espacio, en algunas ocasiones el dictado se traslada a la vereda.
Por eso, el año pasado los responsables del grupo presentaron un proyecto de ampliación al Gobierno provincial. La iniciativa había llegado a Obras Públicas y de allí no hubo movimiento del expediente, según contaron a El Litoral.
Con este panorama, a partir de la recolección de firmas buscan reimpulsar la iniciativa de dotar al lugar de mayor espacio. Quienes deseen, pueden apoyar la inciativa también en formato digital a través de la página web change.org.
“Necesitamos ampliar 1,5 metros más hasta la línea municipal porque los chicos tienen que dar clases en la vereda y cuando hace frío o llueve es difícil”, dijo a El Litoral Carmen Gómez, referente de la asociación, quien cede el living de su casa para ayudar a los chicos del barrio.
En caso de que no se pueda ampliar, desde el grupo piden que por lo menos se arrege la vereda para apoyar con estabilidad la mesa de estudio.
A la casa ubicada sobre calle Las Heras al 3100 concurren unas 150 personas, entre chicos y adultos. Allí los niños toman la leche y realizan apoyo escolar. Los más grandes asisten a los programas Fines de Terminalidad Primaria y Secundaria.
También cuentan con talleres de capacitación en corte y confección, bijouterí, guaraní y tejido. El año pasado las alumnas de tejido, en su mayoría madres, realizaron escarpines y bufandas para donarlos al Hospital Vidal y al Geriátrico “Juana Francisca Cabral”, respectivamente.
Estiman que unos 70 adultos van a clases, sea a los talleres o a finalizar sus estudios básicos. Mientras tanto esperan poder impulsar el proyecto de ampliación. “A veces los chicos tienen que escribir sobre las máquinas de coser industrial porque no hay lugar para las mesas”, señaló.
También desde el grupo realizan rifas y demás actividades a beneficio para recolectar fondos a fin de comprar bancos y sillas para que los chicos puedan sentarse a estudiar.
Fuente:www.ellitoral.com.ar
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