Domingo de Ramos con un llamado de la Iglesia a la responsabilidad social
Desde la vida privada a la función pública, Andrés Stanovnik llamó a vivir la Semana Santa bajo la fe cristiana.
“Si he robado o me he apropiado de bienes ajenos, ¿estoy dispuesto a restituir esos bienes?”, preguntó a modo de reflexión el prelado.
Con el Domingo de Ramos inicia la Semana Santa, preludio de las celebraciones más importantes para la fe cristiana. Ayer el arzobispo de Corrientes monseñor Andrés Stanovnik presidió la ceremonia religiosa que inició con la tradicional bendición de las hojas en la iglesia Jesús Nazareno.
La concentración fue a las 10, acompañado por un nutrido número de feligreses que participaron enarbolando sus ramos. “Tomar hoy el ramo en nuestras manos, es manifestar públicamente con las palabras del Papa Francisco, que no es lo mismo haber conocido a Jesús que no conocerlo, no es lo mismo caminar con él que caminar a tientas, no es lo mismo poder escucharlo que ignorar su palabra, no es lo mismo poder contemplarlo, adorarlo, descansar en él, que no poder hacerlo”, dijo el conductor de la Iglesia local antes de la bendición.
“No es lo mismo tratar de construir el mundo con su evangelio que hacerlo sólo con la propia razón. El verdadero peregrino y misionero, sabe que Jesús camina con él, habla con él, respira con él, trabaja con él”, prosiguió el prelado.
Luego la feligresía caminó junto al Arzobispo y sacerdotes de la Arquidiócesis, así como de grupos religiosos por las calles céntricas de Corrientes. Arribaron a la iglesia Catedral pasadas las 10,30 donde se ofició la santa misa, cuya lectura principal fue la Pasión de Cristo.
“El relato de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según San Mateo, que acabamos de escuchar, coloca en el centro al hijo de Dios. Él es el centro de este impresionante acontecimiento que sucedió en la historia”, inició su homilía el religioso.
“Con esta celebración del Domingo de Ramos se abre la puerta que nos conduce hacia la Semana Santa. Este domingo Jesús pone delante de nuestros ojos varias cosas. En primer lugar, nos coloca delante del signo de la cruz. La cruz es signo de muerte y de vida, un signo que está inscrito profundamente en el cosmos y en la historia de la humanidad”, expresó monseñor Andrés.
“El combate principal y el que mayor templanza requiere, es contra el mal que se enquista en las personas y en las estructuras que fabricamos los hombres”, añadió Stanovnik.
“Al iniciar esta semana, en la que recorreremos piadosamente los grandes momentos en los que se apoya nuestra fe, hagámonos algunas preguntas. Por ejemplo, ¿qué haré en los próximos días para vivir más intensamente mi vida cristiana? ¿Estoy firmemente decidido a participar de las celebraciones principales de esta semana?”, reflexionó el prelado.
“Probablemente conozca personas que están pasando necesidades más o menos extremas, o que necesitan de una palabra de aliento, ¿voy a ser generoso con ellas? Si he robado o si me he apropiado de bienes ajenos acomodando la ley para beneficio propio, ¿estoy dispuesto a restituir esos bienes? ¿Tengo sincera disposición y apertura para el diálogo con mi esposa, mi esposo, en la familia, en el trabajo, en la función pública? Son algunas preguntas que deberíamos hacernos para abrir nuestro corazón a Dios y a nuestros hermanos, y prepararnos a vivir con renovado gozo y esperanza las próximas fiestas pascuales”, expuso el Arzobispo durante la homilía.
Fuente:www.ellitoral.com.ar